Malditos banquetes

2007

La historia es más o menos así: pibe busca músicos para tocar sus canciones. Le deja un cassette al baterista Andrés Coutinho, que se anuncia ocupado pero recomendará personal. Cuando vuelven a hablar, la respuesta es que tocará él. Y eso sucederá con todos los músicos a los que se acerque: como durante toda su carrera, las canciones tendrán la culpa de todo para el Eté, que logró reunir en su debut un seleccionado del killer rock montevideano: los guitarristas de Motosierra y la producción del chico eléctrico Adler. Al escucharlo hoy sorprende el juvenil timbre de voz, algún parecido con sus contemporáneos Astroboy y la persistente contundencia del tema que lo bautiza: “Tu propuesta es indigna/ es sucia, es tan linda/ que voy a tener que aceptar”.

Vil

2011

“No, la herida no es mortal/ me puedo levantar”, anuncia la frase que abre el disco con el que Tabárez confirma que el premio a la revelación que recibió su debut en los Graffiti –los Gardel uruguayos– estaba en buenas manos. Álbum de temas memorables, de esos que anuncian que un artista llegó para quedarse, una nueva escucha de Vil renueva la magia: es posible ir de “El futuro” a “Confesá” con una sonrisa de admiración ante sus atrevimientos, recorrer los versos de “Los muertos” (“Llorar y después/ enterrar a los muertos”) o de “Punto muerto” (“El llavero del partido, con la estrella de metal/ tiene mucho que explicar”) como quien repasa un evangelio. Entra Santiago Peralta en guitarra, y todo está por fin en su lugar. El Eté llegó finalmente a casa.

El éxodo

2014

Aunque estos tiempos de streaming y redes sociales hagan pensar que el destino de un grupo no se decide en un hit, cuando llega queda claro que la música sigue obedeciendo las mismas leyes. Y la llegada de “Jordan” lo cambió todo para Eté & Los Problems. Del under a las radios, de las cuevas a compartir escenario con los grandes, todo gracias a un tema-de-separación que lejos de autocompadecerse se incendia en un solo salto y pide sonar una y otra vez: “Sos como Jordan/ flotando”. Pero si hubo vuelta olímpica es porque hay equipo: desde el aullido de “Río arriba” en el tema que bautiza el álbum a un “Objetos perdidos” que no es hit porque “Jordan”. Y, como si fuese poco, “Aparte”, “Ruta 8” y “La bandera” demuestran que se trata del álbum más killer del grupo.

Hambre

2018

“Acá podríamos fundar una nueva ciudad”. Después del éxito viene la épica, algo que nunca le falta a un grupo que para volver de un hit encuentra otro: se llama “Los eucaliptos” y es como una ventana abierta en un disco que busca y se desgarra. “¿Ya comiste?¿Qué comiste?¿Querés comer?”, pregunta, generoso y maternal, el tema central de un trabajo que, según reflexionó Tabárez en su última visita porteña, anticipó necesidades pandémicas. “Mirate las manos, la sangre en las manos”, pide entonces “Hambre”, que resume y redondea las intenciones de un álbum con el que se despide la guitarra de Peralta. Párrafo final para dos temas extemporáneos: el big band de “Al menos para vos” y esa obra maestra que es “Bailemos”, que el mismísimo Jaime Roos aconsejó no dejar afuera.