El reciente acuerdo entre el Reino Unido y Mauricio marca un punto de inflexión en la historia colonial al pactar la entrega de las Islas Chagos, la última colonia africana bajo control británico. El avance no fue fácil. Estuvo precedido por años de disputas y luchas por la soberanía, en las que los chagosianos fueron forzados a abandonar sus hogares en las décadas de 1960 y 1970.
La entrega de las islas debe entenderse dentro de un contexto histórico complicado, que se va a mantener, porque el acuerdo es a medias y una parte de la isla quedará bajo el mando británico. Se trata de la Isla Diego García, que alberga una base militar conjunta del Reino Unido y Estados Unidos.
El hecho se explica en los complejos intereses estratégicos que forman parte de la historia reciente de la región. En 1968, el Reino Unido separó las Islas Chagos de Mauricio, obligando a más de 2.000 personas a desplazarse del lugar para permitir la instalación de la base militar, que según señalaron tras el acuerdo, seguirá siendo un pilar de la política de defensa angloamericana.
Un paso más
Tanto Mauricio como el Reino Unido sostuvieron que el acuerdo representa “un momento decisivo” en su relación, subrayando su “compromiso permanente con la resolución pacífica de las controversias y el Estado de derecho”. El primer ministro británico, Keir Starmer, y su homólogo de Mauricio, Pravind Kumar Jugnauth, celebraron el tratado como "un paso más" hacia una mejor relación.
El acuerdo, sujeto a la finalización de un tratado y documentos jurídicos de apoyo, permitirá a Mauricio implementar un programa de reasentamiento en el archipiélago de Chagos, excluyendo, claro, a la Isla Diego García. Además, el Reino Unido se compromete a financiar este proceso mediante un fondo fiduciario y a realizar pagos anuales durante la vigencia del acuerdo, así como a subvencionar la construcción de infraestructuras para el desarrollo económico de la excolonia. Asimismo, ambas naciones colaborarán en temas de seguridad marítima, protección medioambiental y el combate contra actividades ilícitas.
La voz de los chagosianos
El anuncio generó una variedad de reacciones entre los chagosianos. Mientras algunos celebraron el avance hacia el reconocimiento de sus derechos, otros expresaron su descontento por no haber sido consultados en el proceso.
“Exigimos nuestra inclusión en la redacción del tratado”, destacaron, enfatizando la necesidad de ser parte de la determinación de su propio futuro.
En este sentido, Olivier Bancoult, presidente del Grupo de Refugiados de Chagos, describió la noticia como “un gran día” después de una lucha de más de 40 años. Sin embargo, la falta de claridad sobre cuántos chagosianos desearían regresar a las islas, muchas de las cuales son inhabitables, plantea dudas sobre el futuro de la comunidad.
Las negociaciones, que comenzaron en 2022, representan un cambio significativo tras años de resistencia británica a las recomendaciones de la ONU. Sin embargo, el tratado final aún está pendiente, y la inclusión de reparaciones para los chagosianos y la consulta efectiva se ha vuelto un tema central en el debate.
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