Apenas unas horas después de que Javier Milei publicó el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, la oposición le respondió con tres pedidos de sesión para rechazarlo. Uno de la UCR -sin las firmas de los cinco radicales M-, otro de Encuentro Federal y el tercero de Unión por la Patria. Si bien no está la convocatoria oficial, la fecha de la sesión será el miércoles a las 11 de la mañana y, hasta entonces, ni el gobierno libertario ni la oposición dormirán mucho. El desafío de Milei es retener los 87 "héroes" que lo ayudaron a evitar el aumento a las jubilaciones, pero sin el respaldo del PRO, su más importante aliado, no tiene muchas posibilidades. Mientras Mauricio Macri impulsa su paritaria, la oposición apunta los cañones hacia otro lado: el universo de indecisos que responden a los gobernadores y que se muestran incómodos con blindar un veto que desfinancia las universidades en las que muchos de ellos dan clases.
Pese a los intentos de minimizar la marcha, en la Casa Rosada están nerviosos. El PRO no termina de confirmar su apoyo y, para colmo, las señales que envía Mauricio Macri -como la reunión que tuvo con los senadores nacionales- no hacen sino sumar confusión y ambigüedad. Sin el macrismo, los votos para blindar el veto no están: el oficialismo necesita 86 voluntades si desea bloquear cualquier intento de la oposición de sumar los dos tercios y, si el PRO llega a dar libertad de acción, las posibilidades de hacerse con el número son prácticamente nulas. La Libertad Avanza solo cuenta con una cuarentena de diputados propios a los que podrían sumarse alrededor de veinte satélites oficialistas, bullrichistas y de fuerzas provinciales.
"Lo que vaya a pasar no lo sabemos y cada diputado es dueño de su opinión cuando le toque votar", admitió el vocero presidencial, Manuel Adorni, durante la conferencia de prensa. El Gobierno tiene interlocutores con Macri, pero, hasta ahora, la respuesta no ha sido la esperada. "Lo va a volver loco a Milei y se lo va a hacer pagar caro", ironizaba un dirigente alejado del macrismo, pero que conoce al expresidente hace años. En Casa Rosada mantienen cautela, pero ya comenzaron a advertir que, de perder la votación en el recinto, podrían llegar a "judicializar" la ley.
Mientras que el Gobierno negocia con Macri, la oposición salió a gatillarle con tres pedidos de sesión para rechazar el veto en la Cámara de Diputados. El primero fue presentando por el radicalismo y lleva las firmas del jefe de bloque, Rodrigo de Loredo, y de representantes de todas las líneas internas de la UCR. Todas excepto una: el quinteto radical libertario que fue a Casa de Gobierno a sacarse una selfie con Milei y, horas después, cambió su voto para blindar el veto al aumento de las jubilaciones.
Hasta hace una semana, Mariano Campero, Luis Picat, Martín Arjol, Pablo Cervi y Federico Tournier aseguraban que trabajarían codo a codo con el Gobierno. Algunos tienen un vínculo aceitado con los funcionarios nacionales -y fantasean, incluso, con convertirse en uno de ellos- lo sostienen. Este es el caso, por ejemplo, del tucumano Campero, que ya se había rehusado a acompañar la ley cuando se aprobó en agosto. Tanto Campero como Picat se ausentaron en esa votación. Arjol y Cervi están más incómodos con la decisión y mantienen el suspenso: ambos son intensamente presionados por el resto del partido, que publicó ayer un comunicado instando a todos los diputados y senadores radicales a insistir en la ley.
Dirigentes como Danya Tavela o Martín Lousteau están a la cabeza de las negociaciones, trabajan no solo para que todo el bloque acompañe, sino también para acercar a dirigentes de otros espacios, como el PRO. Algunos diputados amarillos, como Álvaro González (la mano derecha de Horacio Rodríguez Larreta) y Héctor Baldassi, ya anticiparon que acompañarán la ley a pesar de no haberlo hecho cuando se aprobó. El radicalismo y el pichettismo de Encuentro Federal, mientras tanto, fantasean con poder sumar a algunos más, como la chubutense Ana Clara Romero y el fueguino Héctor Stefani.
El segundo pedido de sesión -para el mismo día y horario- fue presentado por Encuentro Federal, el bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto. La convocatoria lleva la firma de casi todo el bloque: desde exmacristas como Emilio Monzó, Nicolás Massot y Oscar Agost Carreño, hasta socialistas como Esteban Paulón, la lilita Paula Oliveto y el cordobés Ignacio García Aresca, que responde a Martín Llaryora. Este bloque funcionó, hasta hace unos meses, como uno de los aliados más importantes del Gobierno en el Congreso, pero, últimamente, se convirtió en uno de los opositores más activos junto al peronismo. Hubo dos diputados del bloque que no firmaron la convocatoria: Jorge Ávila y Francisco Morchio. Los dirigentes responden a los gobernadores de Chubut y Entre Ríos, respectivamente, y su postura dependerá de la actitud que tomen los mandatarios de esas provincias.
Los armadores de EF, mientras tanto, mantienen conversaciones con las fuerzas provinciales aglutinadas en Innovación Federal para que acompañen la ley. Los ocho diputados y diputadas misioneros, salteños y rionegrinos de Innovación son una pieza clave en el tablero del recinto y los dirigentes pichettistas, como Carreño o Monzó, intentan convencerlos de que no vuelvan a plegarse al gobierno (como hicieron con el veto a las jubilaciones). Los legisladores están incómodos -muchos, como la salteña Pamela Calletti, son docentes- y admiten, en la intimidad, que quieren insistir con la ley. Pero su decisión final dependerá de lo que lo que los gobernadores acuerden con Milei. "Nosotros respondemos al gobernador y estamos ahí para levantar la mano", admitió un misionero en referencia a Carlos Rovira, mandamás del Frente para la Concordia Misionero.
El grueso de los votos para resistir al veto vendrán del peronismo, que cuenta con 99 diputados propios. En el bloque, que preside Germán Martínez, aseguran que estarán todos presentes para insistir en la ley (incluso los más díscolos, como los catamarqueños o el entrerriano Gustavo Bordet, el santafesino Roberto Mirabella y el jujeño Guillermo Snopek, con tendencia a ausentarse en algunas votaciones).
En UxP están entusiasmados. El panorama está difícil y se parte de una base de votos más baja que el aumento a las jubilaciones -la ley de Financiamiento Universitario salió con 144 votos en agosto-, pero consideran que, con un cuidadoso juego de ausencias, podrán alcanzar los dos tercios. "Esto va a ser día a día", pronosticó una diputada peronista.