La segunda edición de La Sexta Existe reunirá música, teatro, juegos, gastronomía, lecturas compartidas y feriantes; arte repartido para todo un barrio que sale a su propio encuentro. Una propuesta que tendrá lugar hoy, de 17 a 22, en barrio República de la Sexta, en calle Ayacucho entre Riobamba y Cerrito. Una actividad que las gestoras culturales Mercedes Ianniello y Cecilia Gómez llevan adelante desde la cooperación misma de todo el barrio. “Fueron tres meses de mucho trabajo, hubo que gestionar a pulmón con recursos muy limitados, pero también generando una onda entre la gente, que contagiara entusiasmo. Cuando te das cuenta que la gente necesita el aire y este tipo de encuentros, eso te estimula, y es lo que para mí es la gestión cultural: conectar energía para que se vayan dando las cosas”, comenta la gestora, cantante y compositora, Mercedes Ianniello a Rosario/12.
La Sexta Existe contará con lecturas en el escenario -a cargo de (la periodista de Rosario/12) Beatriz Vignoli, María Fernanda Trebol, Juan Blanco, Bárbara Verino-, propuestas teatrales, música en vivo -con Las Formas, Fede Baronio y su banda, Coro de Ranas, DJ Leyniyu-, la presencia folclórica del Centro Entrerriano Pancho Ramírez, y una performance de las Alumnas de la Escuela Provincial de Danzas N° 5032 Nigelia Soria.
-¿Cómo les resultó la edición anterior?
-La primera edición fue en 2022, y la sacamos de la galera con poco tiempo. Me llamó la atención la cantidad de gente que participó, y sentimos con el grupo el gusto por fomentar la cultura en el barrio. El año pasado se complicaron las cosas a nivel personal y no pudimos realizarlo, pero había un potencial que nos faltaba explorar, porque nos faltó tiempo para caminar más el barrio, charlar más con la gente y conocer los centros culturales. No podemos abarcarlo todo -hay también muchas organizaciones sociales en el barrio-, pero sí poner un granito de arena en el vínculo que permiten el arte y la cultura. Siento que hay un crecimiento entre la primera edición y la que vamos a hacer ahora.
-Y abrir la experiencia por fuera de los lugares acostumbrados de la ciudad, ¿no?
-Cuando empezamos a nombrar, por ejemplo, a músicos y músicas que vivimos en el barrio, hay muchos; muchas veces, al comprar algo en la esquina, hablo con personas que no saben que hago música, y conocernos me parece importante. Las políticas culturales están centralizadas siempre en ciertos lugares, pero este barrio está en crecimiento y hay que intentarlo, así como sucede con el Teatro La Orilla Infinita, que está moviendo bastante gente. También para ayudar a quienes necesitan sostenerse, porque siempre hay un negocio inmobiliario atrás que hace peligrar todo, como le pasa al Centro Cultural La Angostura, que pelea para que no los echen. La cultura siempre es puesta en un lugar de relleno, cuando en verdad es fundamental.
-Y promueve, de manera inevitable, el encuentro.
-Lo más divertido es poder abrir el juego, escuchar las propuestas y ver quién se quiere sumar, qué quiere hacer y ayudar a que todo eso salga. Eso es lo que disfruto, antes que tener una idea acabada en mi cabeza sobre cómo debe ser el festival. El espíritu es colaborativo, y eso es algo que aprendí participando de los colectivos de mujeres músicas, no puedo separar la música que hay en mí de la mujer de barrio, o la militante de la gestora. Yo aprendí mucho de lo colectivo en esa militancia, con las compañeras músicas; tal como se dice, la salida es colectiva, y yo creo en eso.
-Cortar la calle me recuerda a lo que hacían mis vecinos en zona sur, cuando yo era pibe, porque se organizaba una comida entre todos, y obligaban al colectivo a pegar la vuelta.
-Al primer festival lo hicimos en un parque, también porque era más fácil, pero esta vez quisimos cortar la calle y no fue sencillo. La Municipalidad apoya al festival, pero no nos miró con tanta alegría ante esta decisión, porque saben que hay una logística, pero medio que nos encaprichamos, si la cortan para San Cayetano, que la corten para un evento cultural. Y nos salió bien, nos habilitaron el corte. La idea es que la vecindad entienda que la calle es un lugar para ocupar y que nos pertenece a todas y a todos. La mayoría se enganchó, si bien hubo gente en la cuadra que empezó con esto de “¿Pero cómo? ¿Con los impuestos nuestros hacen estas cosas? (risas). Vamos a ocupar la calle para conectarnos y encontrarnos con lo humano que tenemos.
La Sexta Existe incluirá una actividad artística coordinada por Mono Saavedra, en la realización de un mural colaborativo del barrio; junto a muchas otras propuestas como artesanías, tejidos, juguetes de madera, productos de belleza artesanales, literatura, diseño, librería, juegos para todas las edades -a cargo de la Asociación Civil la Oveja Negra-, y puestos de gastronomía.