El fuerte aumento de la pobreza y la indigencia este año respecto del 2023 se dio en un contexto de crecimiento de la desigualdad económica. El coeficiente de Gini, que mide la distribución del ingreso, siendo 0 un valor que describe una igualdad absoluta y 1 una desigualdad total, se ubicó en el segundo trimestre en 0,436, mientras que en el mismo período de 2023 era de 0,417. "Esto muestra un importante aumento de la desigualdad en la comparación interanual", dice el Indec.

De acuerdo a las últimas cifras referidas al cuadro social, la pobreza y la indigencia tuvieron un tremendo salto en el primer semestre del año, hasta alcanzar al 52,9 por ciento y 18,1 por ciento de las personas, respectivamente. Se trata de números abrumadores que además implican un deterioro muy profundo respecto de 2023.

En paralelo, está la cuestión de la distribución del ingreso, es decir, de cómo le fue relativamente a cada sector de la población en relación al resto. El derrotero de los últimos años del coeficiente de Gini está bastante alineado a la situación macroeconómica general, de modo que se observa una relación entre los vaivenes de la economía y la distribución del ingreso.

En 2016, por ejemplo, el valor se ubicó en 0,427 y se mantuvo más o menos en la misma línea en 2017 (anotó 0,428) y en 2018 (cuando fue de 0,422). A partir de ahí, en paralelo a la crisis de la segunda parte del gobierno de Cambiemos, hay un deterioro de la distribución del ingreso medida por Gini, ya que el segundo trimestre de 2019 registró un valor de 0,434. Con la crisis de la pandemia, el Gini pegó un nuevo salto hasta llegar a 0,451.

En 2021, el Gini volvió al valor de 2019 (0,434) y en 2022 bajó aún más hasta los 0,417, el mejor valor de la serie desde 2016. Sin embargo, la debacle económica de la segunda parte del año pasado sumado a la profundización de la crisis este año llevó el Gini a 0,436 nuevamente, en la misma línea que 2019.

De acuerdo al Indec, el ingreso medio individual durante el segundo trimestre se ubicó en 458.474 pesos. En su informe de junio pasado, la línea de pobreza de la Ciudad de Buenos se ubicó en 890.590 pesos para un hogar compuesto por dos mayores y dos niños. Esto quiere decir que dos personas en promedio en la Argentina llegan raspando a pagar la canasta de pobreza de un hogar.

Distribución

De acuerdo a los datos del Indec, la medición del ingreso per cápita familiar muestra que el 10 por ciento de menores ingresos de la población explicó apenas el 1,8 por ciento de los ingresos totales, mientras que el decil más rico obtuvo el 33 por ciento.

Hace un año, la misma medición mostraba que el decil más pobre explicaba un poco más, el 1,9 por ciento de la "torta" de ingresos, mientras que el decil más rico lo hacía en una medida un poco menor, de un 30,5 por ciento.

La brecha entre los deciles más extremos se ubicó en 14 veces, por arriba de 2023 (13 veces) pero por debajo de 2019 (18 veces). Cuando se observan los deciles del medio de la pirámide de ingresos, del 5 al 7, se registra que conjuntamente obtuvieron un 24,1 por ciento de los ingresos totales en el segundo trimestre de este año. En el mismo período de 2019, esos mismos grupos obtuvieron un 24,6 por ciento.

Otra medida interesante está dada por la distribución del ingreso por género. En total, los varones explican el 57,1 por ciento de los ingresos, mientras que las mujeres, el 42,9 por ciento. El ingreso promedio de los valores se ubicó en 532.370 pesos, al tiempo que el de las mujeres, en 386.928 pesos, es decir, un 27 por ciento menos.

Del total de la población asalariada, durante el segundo trimestre un 34,9 por ciento lo hizo de manera no registrada, ya que tuvo el correspondiente descuento jubilatorio. Este valor está por debajo del 35,4 por ciento del mismo período de 2023. En el segundo trimestre de 2019, era del 32,8 por ciento.

Entre la población ocupada, se registró un ingreso promedio de 473.924 pesos y un ingreso mediano --que divide a la distribución de población en dos partes iguales-- de 370 mil pesos. De modo que la mitad de los ocupados recibió menos de 370 mil pesos en el segundo trimestre.

Al interior de los hogares, la cantidad de personas no ocupadas --como niños, jubilados o desocupados-- fue de 122 por cada 100 personas ocupadas, mientras que la cantidad de no perceptoras de ingreso fue de 61 por cada 100 perceptoras.

La relación es más alta en el caso de los deciles más bajos, en donde los hogares son más numerosos y las condiciones laborales, más precarias. Para el decil 1, por ejemplo, es igual a 255 personas no ocupadas cada 100 ocupadas y 146 no perceptoras cada 100 perceptoras de ingresos. En el caso del decil 10, que concentra al 10 por ciento de mayores ingresos de la población, los valores correspondientes son iguales a 31 no ocupados cada 100 ocupados y 17 no perceptores cada 100 perceptores.