“Si se apaga la estación transformadora de Ezeiza, impactará en una parte del servicio de Edenor, una parte de Edelap, y en todo Edesur”, explica Marcelo Garrido, director provincial de Energía. En un contexto de constante incremento de las tarifas y un parate de la obra de publica nacional, los riesgos de padecer cortes de luz en el verano en el conurbano se acrecientan. Cammesa ya dio la alerta y desde el Gobierno nacional, más allá del nuevo plan de acción que lo niega, ya deslizaron que habría cortes programados.
La posibilidad de sufrir cortes en el servicio de electricidad ante los picos de demanda que se generan en los días de altas temperaturas se acrecientan por la combinación de dos factores. En primer lugar, dos de las tres estaciones transformadoras (ET) que proveen de energía al Gran Buenos Aires están funcionando al límite.
Incluso Cammesa, la empresa que administra el mercado mayorista eléctrico, ya plantó bandera. Según el informe al que Buenos Aires/12 tuvo acceso, en caso de que el consumo del conurbano supere los 11 mil megawatts habrá “sobrecargas en líneas y transformadores”. El número no es azaroso y solo con ver en el mismo documento los últimos dos picos de demanda de la zona, el panorama es desolador: 11.257 megawatts en 2023 y 10.880 en 2024.
“No se descarta algún evento de colapso rápido de tensión en algún estado de alta proporción de demanda de aires acondicionados”, señala el informe de Cammesa. Es, en este sentido, que Garrido, ingeniero electricista con amplio recorrido en la gestión nacional y provincial, traduce el escenario: “es cómo si quisieras seguir enchufando un electrodoméstico tras otro a la misma zapatilla”.
Así están la ET Ezeiza y la ET General Rodríguez. Ambas, junto a la ET Abasto, en las inmediaciones de La Plata, son las encargadas de convertir la electricidad que llega de alta tensión a media y baja tensión para su distribución en el conurbano. Tanto Ezeiza como General Rodríguez están operando por encima del 95 por ciento de su capacidad.
Ante esta situación, hace años se impulsa la construcción de la ET Plomer, en la localidad de General Las Heras, con el fin de alivianar la carga de Ezeiza. Garrido explica que, durante la última gestión, no se llegó a conseguir el financiamiento. Pero “con este Gobierno no hubo avances y no va haber avances”, resalta el funcionario provincial. Además, advierte que el camino no es ir por el sector privado: “No veo a Edesur poniendo plata en Plomer porque, además, te va a decir que necesita un aumento de la tarifa”.
De esta manera, se constituye el segundo factor que erosiona la capacidad de brindar un servicio eléctrico constante. Se trata de la paralización en la obra pública nacional, siendo el Estado nacional, tal como explica Garrido, el responsable de contar con un plan estratégico de obras para la red de alta tensión que transporte el suministro eléctrico y desarrollar la construcción de las líneas y estaciones transformadoras.
Por el contrario, desde la Provincia se anunciará, previo al comienzo del verano, un plan de acción donde se especificarán cuáles son los puntos críticos de demanda y cómo se operará sobre la generación de energía para solapar cualquier inconveniente en el marco de su jurisdicción. En materia de jurisdicción, el Gobierno provincial sólo tiene injerencia en el interior bonaerense, mientras que la Nación es la que administra el servicio en lo que se denomina Área Metropolitana de Buenos Aires, que incluye a la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
Contradicciones libertarias
Días atrás, el jefe de gabinete de la Nación, Guillermo Francos, adelantó que, en caso de que se haya elevadas temperaturas durante el verano 2024-2025, la demanda de energía se acrecienta. Esto, según explica Garrido, es algo normal. Incluso, advierte que, más allá de cualquier crisis económica, la demanda tiende a crecer por otras razones, como el crecimiento demográfico o inmobiliario. Según el propio informe de Cammesa, se estima un crecimiento interanual del 2 por ciento interanual año tras año hasta 2027.
Ante este diagnóstico, Francos había expresado que el pico de demanda, combinado con una falta de inversiones de los últimos años, haría que falte generación de electricidad y “va a tener que programarse algún corte”. Pero, al día siguiente de estas declaraciones, el secretario de la Nación, Eduardo Chirillo, “no va a haber cortes programados ni se volverá a los cortes rotativos de la década de los años ochenta”.
Sin embargo, los números de Cammesa son crudos. Según el plan de acción comunicado por la cartera que comanda Chirillo, no habrá cortes y, particularmente, en el sector del transporte de energía “se trabajará en la disponibilidad de cuatro transformadores de reserva”. No especifica la provincia o localidades donde se instalarían.
“En el segmento distribución se establecerá un mecanismo de gestión de reducción de demanda a los grandes usuarios (industrias), voluntario, programado y remunerado”, apunta el texto que se hizo público a las pocas horas de los entredichos entre Francos y Chirillo. Además, sostiene el comunicado, “el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) instruirá a las empresas distribuidoras del AMBA (Edenor y Edesur) a presentar un Programa de Atención de Contingencias para sus nodos críticos”.
La realidad es que los antecedentes de Edenor y Edesur no son los mejores con el correr de los veranos. Garrido toma como ejemplo lo que sucede año tras año en el barrio de Caballito, en la Ciudad de Buenos Aires, donde el boom inmobiliario no estuvo acompañado de inversiones por parte de Edesur que “debería inundar de generadores la zona, cosa que no pasa”.
Además, hace hincapié en los múltiples aumentos tarifarios que hubo desde el arribo del Gobierno de Javier Milei, algo que no tendría como corolario una mejoría en el servicios durante el verano. La combinación de incrementos en los componentes de la cadena de electricidad combinada con la quita de subsidios, hizo que las facturas residenciales se triplicaran o cuadriplicaran en muchos casos. Lo mismo para clubes de barrio, centros culturales, hospitales e, incluso, municipalidades.
Garrido remarca que, las inversiones privadas, tienden a darse “fundamentalmente” en la generación de energía. Parques eólicos o energías renovables hoy pican en punta en esta materia. Pero, de todas maneras, es el Estado nacional el que debe construir las líneas para su transporte.
El funcionario afirma que entre las dos principales empresas de distribución de electricidad aglutinan alrededor de 5 millones de usuarios. "Si se sumaron 100 mil usarios nuevos o más iluminación o unos aires acondicionados más que se hubieran instalado, ya están los 100 MW que hacen colapsar el sistema", apunta. "Un dia de calor sofocante donde esté toda la demanda a full y se venga una tormenta de verano en la que se pone el cielo tan negro que se prende el alumbrado público más temprano, la demanda te salta 100 MW", ejemplifica.
"Lo peor es que, si falla el sistema, como un cortocircuito en el sistema de transporte, tenés un apagón como el de 2019", advierte. "Acá estamos hablando de que puede explotar un equipo en una de estas estaciones que no es algo que lo repones en dos minutos, sino que demoraría varios días", agrega.
Los lineamientos provinciales
Así las cosas, Garrido explica que la provincia de Buenos Aires tiene obras en cartera y licitadas, pero aclara que, en todo momento, “se necesitan obras de alta tensión para mejorar los problemas de abajo”. Cuenta que está adjudicada y en construcción una línea de alta tensión en Guaminí de 80 kilómetros, otra en Chivilcoy de 90 kilómetros, se está ampliando la ET Puerto Quequén en un 400 por ciento y una obra similar en Azul.
Estos trabajos se suman a obras inauguradas por Axel Kicillof hace poco tiempo, como la ET Vivoratá en el municipio de Mar Chiquita en noviembre de 2023. La estación vino acompañada de una línea de extra alta tensión de 444 kilómetros de extensión entre Vivoratá y Bahía Blanca.
En aquel momento, la ex secretaria de Energía, Flavia Royón, explicó que la obra estuvo paralizada desde 2014 y se reimpulsó durante el último tramo de la gestión del Frente de Todos. Con esta inversión se completó el sistema de interconexión Atlántica Norte, que garantiza el suministro de energía en varias localidades del sur de la provincia, y la cobertura de la alta demanda eléctrica en la Costa Atlántica durante la temporada.