Los precios del petróleo completaron el viernes su cuarta jornada consecutiva de subas, impulsados por las tensiones en Medio Oriente. En la semana, tanto el crudo Brent como el West Texas Intermediate (WTI) registraron incrementos superiores al 9 por ciento, un comportamiento que refleja la creciente preocupación por la estabilidad de los flujos de crudo en la región.
El Brent, el referente internacional, cerró el viernes con una subida del 0,6 por ciento, alcanzando los 78,05 dólares por barril, mientras que el WTI, la referencia estadounidense, subió un 0,9 por ciento para ubicarse en 74,38 dólares por barril. Ambas variedades acumularon una ganancia semanal del 9,1 por ciento, impulsadas por la posibilidad de que las tensiones entre Israel e Irán se intensifiquen.
La volatilidad de los precios del crudo se vio exacerbada el jueves cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sugirió en declaraciones que su país estaba en conversaciones sobre una posible ofensiva israelí contra instalaciones petroleras iraníes. Este comentario elevó el precio del crudo en un 5 por ciento en solo una jornada.
El origen de la escalada fue un ataque con cohetes realizado por Irán contra Israel el martes pasado, lo que marcó el mayor ataque iraní de la historia reciente. En respuesta, Israel prometió represalias, y la especulación sobre un posible ataque a la infraestructura petrolera iraní avivó las tensiones en los mercados de crudo. Aunque Biden instó a Israel a no atacar las instalaciones de Irán, las declaraciones del mandatario elevaron las expectativas de un conflicto más amplio.
Expertos en el sector energético, como Ashley Kelty de Panmure Gordon, advierten que un ataque israelí a las instalaciones petroleras iraníes podría provocar una cadena de represalias y arrastrar a otros países vecinos al conflicto. Esto impactaría aún más en el suministro de crudo, afectando el equilibrio ya frágil del mercado energético global.
A estos temores se sumó la reapertura de los yacimientos petroleros en Libia, que había visto interrumpida su producción debido a disputas internas. Tanto el gobierno del este del país como la National Oil Corp de Trípoli anunciaron la resolución del conflicto, lo que permitirá al país duplicar su producción y restablecerla en torno a 1,2 millones de barriles por día. Este factor ayudó a mitigar parcialmente las presiones sobre los precios, pero no fue suficiente para frenar la tendencia alcista generada por las tensiones geopolíticas.