El gobierno de Haití condenó este viernes un ataque pandillero "brutal y sin sentido" que dejó al menos 70 muertos y 16 heridos graves en una localidad del oeste del empobrecido país caribeño. Este ataque sin precedentes se produce pocos días después de las sanciones anunciadas por Estados Unidos y la ONU contra el líder de la banda criminal "Gran Grif" (grandes garras), conocido como Luckson Elan, y pese a la presencia en el país desde junio de unos 400 efectivos kenianos de la citada misión.

Un nuevo capítulo de violencia

"Miembros de la pandilla Gran Grif armados con fusiles automáticos abrieron fuego contra la población y mataron a al menos 70 personas, incluyendo 10 mujeres y tres lactantes", lamentó en un comunicado la oficina de la ONU para los Derechos Humanos. Los pandilleros "habrían incendiado al menos 45 casas y 34 vehículos", forzando a los habitantes a huir, agregaron los expertos de Naciones Unidas. Dos de los heridos graves son miembros de esa banda alcanzados durante un tiroteo con la policía haitiana.

Según contó Bertide Horace, vocero de una asociación local, a la radio Magik 9, el pandillero Luckson Elan ordenó el asalto contra la población después de que algunos conductores de la ciudad se negaran a pagar dinero en un peaje que la pandilla había instalado en la ruta nacional. "Los bandidos tomaron la localidad y ejecutaron a decenas de residentes. Casi todas las víctimas murieron de una bala en la cabeza", agregó Horace. 

El ataque es una nueva prueba macabra del poder de las pandillas en Haití, donde controlan la inmensa mayoría de la capital, Puerto Príncipe, y de las principales rutas nacionales. El lugar de la masacre, Pont Sondé, en el departamento de Artibonite, se sitúa precisamente en la ruta que lleva de Puerto Príncipe a Cabo Haitiano, la gran ciudad del norte del país. 

"La cobardía más absoluta"

El gobierno del primer ministro Gary Conille anunció este jueves el envío a la zona atacada de policías haitianos y de efectivos de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MMAS), que intenta ayudar a las fuerzas locales a restablecer el orden. La MMAS, compuesta en su gran mayoría por 400 policías kenianos, carece por el momento de los recursos necesarios para afrontar un enemigo poderoso.

"Hoy, una vez más, una vez más de la cuenta, enfrentamos la cobardía más absoluta", escribió Conille en la red social X, y agregó: "Un ataque brutal, sin sentido, golpeó a ciudadanos inocentes en Pont Sondé. Este crimen odioso, perpetrado contra mujeres, hombres y niños indefensos, no es sólo un ataque contra las víctimas, sino contra toda la nación haitiana". El helicóptero del gobierno haitiano realizó este viernes su primer viaje a Artibonite para transportar agentes de la Policía Nacional con vistas a reforzar la presencia policial en Pont Sondé.

En un comunicado, el ministerio de Salud haitiano declaró que este hecho de violencia "perturba la vida cotidiana de los residentes, limitando su acceso a los servicios básicos, en particular a la atención sanitaria, advirtiendo que "la inseguridad persistente impide las intervenciones humanitarias en determinadas localidades, lo que hace que la situación sea cada vez más crítica". Aunque el ministerio estaba tratando de usar los recursos de la ONU para responder por aire, "las capacidades de intervención directa son muy limitadas, debido al acceso casi imposible a la zona afectada".

Un enemigo muy poderoso

Haití afronta una dura crisis humanitaria, que empeoró en febrero cuando varias pandillas se aliaron para derribar el gobierno del impopular primer ministro Ariel Henry. Frente a esas bandas fuertemente armadas, acusadas de asesinatos, saqueos, violaciones y secuestros, las fuerzas de seguridad tienen grandes dificultades para frenar la violencia que azota la capital y sus alrededores desde hace meses. 

A fines de septiembre Estados Unidos anunció sanciones contra el líder pandillero Luckson Elan por su involucramiento en graves violaciones de derechos humanos, así como contra un exmiembro del Parlamento, Prophane Victor, por su papel en la formación, apoyo y entrega de armamento a las bandas. El gobierno de Joe Biden recordó este viernes que ofrece recompensas millonarias por la captura de líderes de pandillas haitianas.

El encargado para Latinoamérica y el Caribe del Departamento de Estado, Brian Nichols, dijo que Washington ofrece un millón de dólares por la captura de Wilson Joseph, supuesto líder de la pandilla "400 Mawozo". Nichols recordó que existe otra recompensa de dos millones de dólares por Vitel’homme Innocent, líder de la banda "Kraze Barye". Estas dos recompensas fueron inicialmente anunciadas en 2022 tras la imputación contra estos dos pandilleros por su relación con el secuestro en 2021 de 16 misioneros cristianos estadounidenses y uno canadiense en Haití.

Según la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH), al menos 1.379 personas fueron víctimas de la violencia de las bandas armadas en Haití, entre muertos y heridos, durante el segundo trimestre de 2024, elevando a casi 3.900 las víctimas en el primer semestre del año. La ola de violencia y la situación humanitaria catastrófica forzaron a más de 700 mil personas, entre ellas la mitad niños, a huir de sus casas para hallar refugio en otras partes del país, según las últimas cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).