A partir del programa de Reconversión de la Venta en la Vía Pública, son cientos los vendedores ambulantes platenses que optaron por dedicarse al trabajo cooperativista, el aprendizaje de un oficio, o accedieron a relocalizar sus espacios de venta.
Ideólogo del proyecto, Julio Alak asegura que "el espacio público es el santuario de los vecinos y es el Estado el que tiene que ordenar estas cuestiones". "Somos hijos de la concepción de la comunidad organizada y creemos que detrás del que vende para sobrevivir, debe haber alguien que organice la situación de manera tal que el vendedor tenga su ingreso, pero sin ocupar el espacio público", dice a Buenos Aires/12.
El intendente estuvo este viernes junto a los más de 300 inspectores y policías que implementaron el operativo para evitar la instalación de puestos en el microcentro de La Plata, y también recorrió las zonas comerciales y atestiguó la ausencia de los vendedores ambulantes.
En diálogo con este diario, cuenta que "había 1200 vendedores que ocupaban el espacio público para comerciar en la zona céntrica de La Plata". Los rubros eran varios, desde la venta de ropa y artesanías, hasta puestos de comida. Las tres plazas centrales estaban colmadas desde hacía diez años, pero a diferencia de lo que sucede en la Capital Federal, La Plata optó por "una mirada integradora, porque el eje fue ordenar la vía publica, pero que nadie perdiera el trabajo", según describe Alak.
El Programa de Reconversión de la Venta en la Vía Pública tuvo varias etapas. Primero realizó el censo general de vendedores y vendedoras, a quienes les ofrecieron tres alternativas, desde su incorporación a cooperativas de barrido, la capacitación en oficios o su relocalización en los nuevos paseos de compras.
Luego, las autoridades municipales relocalizaron a los vendedores de las plazas San Martín, Italia y Rocha, a los vendedores de los centros comerciales de calles 7, 8, 12, 50, 51 y diagonal 80, y a los vendedores de la comunidad senegalesa. Para ello, el Gobierno platense dispuso de distintos predios, que fueron el Paseo de Compras Meridiano V y una serie de galerías que llevaban años en desuso. Entre ellas están el Pasaje 8 bis en 50 entre 8 y 9, la Galería Malvinas en 49 entre 8 y 9, la Galería Apolo, ubicada en 7 entre 45 y 46, el Paseo de Compras de 9 y 54, y el paseo de compras El Ayuntamiento, situado en 1 entre 47 y 48.
"La comunidad senegalesa fue muy agredida por el Gobierno de Julio Garro"
Si bien el intendente platense asegura a este diario que "todos los vendedores ambulantes quedaron contentos y conformes con las respuestas que brindó el municipio", hace especial hincapié en la comunidad senegalesa, ya que asegura que ésta "fue muy agredida por el gobierno de Garro, que sólo ofreció represión, policía, garrote, gente tirada en el piso, boca abajo y esposada".
"Nosotros, por el contrario, empezamos un programa de persuasión, explicándole a la comunidad senegalesa que era bueno que adhirieran, y les hicimos entender que era bueno que aceptaran", sostiene Alak ante la consulta de este medio, mientras asegura que él y sus compañeros de gabinete dieron lugar "a todos los planteos" de los vendedores africanos, por lo que "la negociación se ajustó según sus expectativas".
Alak asegura que eso fue posible gracias a la gestión de "los mejores cuadros de la Municipalidad", y se refiere al secretario de Control Urbano y Convivencia, Víctor Hortel, a la secretaria de Producción e Innovación Tecnológica, Mercedes La Gioiosa, y al titular de Desarrollo Social, Nicolás Carvalho.
Alak asegura que la presencia de los vendedores ambulantes "era un hecho que generaba tensión". Las veredas estaban colmadas, y la palabra más recurrente entre la gente era "miedo", según el intendente, que enumera la presencia los "arbolitos" que venden monedas extranjeras, los trapitos que se peleaban con los automovilistas, y "todo un desorden que afectaba al comercio". Se detiene allí y destaca que los comerciantes de La Plata "no son tipos ricos", ya que se esfuerzan, alquilan, tienen empleados en blanco, pagan los servicios y "les cuesta mucho sobrevivir", motivos que se potenciaban por las dificultades que les generaba tener obstrucciones en las entradas de sus comercios.
Subraya Alak: "Yo había prometido en campaña que el espacio público no era el lugar adecuado para los vendedores, ya lo hice hace treinta años cuando creamos la feria de Villa Elvira, pero a partir de esa experiencia, tomando lo bueno y lo malo, hicimos este programa de relocalización que fue tremendamente exitoso". El intendente destaca que a los vendedores relocalizados le pusieron WiFi, que hicieron un convenio con el banco Provincia para que accedan a los beneficios de Cuenta DNI, y que contarán con la presencia de espectáculos culturales. Además, advierte que desde la gestión municipal sostendrán los nuevos espacios de compras con publicidad.
De tanto hablar con los comerciantes, ya sea los de local o los ahora ex ambulantes, Alak sostiene que ellos "se mostraron seriamente afectados por la situación macroeconómica actual". "El consumo cayó demasiado, casi un 20 por ciento, por eso también había que darles una mano y una posibilidad de que estén en un lugar mejor. Ya no tienen los productos tirados en el piso, generamos 80 comercios nuevos con plena ayuda del Estado y ahora somos su garantía", cierra el intendente.