Hace un año empezó una guerra en Medio Oriente que por estos días, lejos de ver su fin, aviva sus rescoldos con consecuencias impredecibles. Mientras tanto, un museo de Rosario recibe recursos para educar en una mirada crítica sobre los conflictos bélicos.

Fundado en 1939 en un edificio construido en el Parque Independencia por Ángel Guido, el Museo Histórico Provincial Julio Marc nació con una misión americanista en uno de los momentos más aciagos de la historia moderna. Entre sus tesoros se cuenta la crónica fotográfica documental realizada por el médico rosarino Carlos De Sanctis, que fue al Chaco boreal en 1932 como parte del Servicio Sanitario del Ejército paraguayo en la Guerra del Chaco. Titulada ¡Esto es la guerra! Mi campaña en el Chaco, álbum de fotografías explicadas (1932-1933), constituirá la pieza central de un proyecto expositivo en torno al trágico conflicto. El programa, que lleva por título una cita de la crónica de De Sanctis, reunirá a profesionales y artistas de varios países de Sudamérica y será posible gracias a una beca de 10 mil dólares de la Fundación Ama Amoedo, que se suma a recursos del Ministerio de Cultura y el Gobierno de la Provincia de Santa Fe. "Al fin me encuentro / con mi destino sudamericano", puede decir el Marc, en versos de Borges.

"La guerra es una gran porquería", opinaba el voluntario De Sanctis ante los soldados que enloquecían y morían de sed, los indígenas como carne de cañón y otras crueldades de la contienda entre Paraguay y Bolivia que entre 1932 y 1935 dividió a sus aliados, Argentina y Chile, en aras de intereses económicos fogoneados por potencias mundiales que "ensayaron" en el Chaco las armas usadas luego en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial. Cuenta Pablo Montini, director del Museo Marc desde 2017: "Rosario fue la única ciudad de Argentina donde los grupos de izquierda, a los que pertenecían muchos artistas, alertaban por esos años contra el avance del fascismo”.  

Hoy como ayer, la ultraderecha avanza y la cultura enciende alarmas. La guerra es una gran porquería se desplegará en cuatro exposiciones. Una propuesta "busca dar cuenta del posicionamiento crítico de algunos artistas rosarinos contemporáneos al conflicto, y ponerlo en diálogo con las producciones de artistas de Paraguay, Bolivia y Argentina que hoy siguen alertando sobre las consecuencias socioeconómicas y políticas de aquella guerra", anticipa Montini. La crónica de De Sanctis va a ser el núcleo. "Pero además vamos a analizar en una sala interpretativa la historia de la guerra. Esto lo vamos a trabajar con investigadores de la Universidad Nacional de Rosario: contar qué fue la guerra, cuáles eran las posiciones en pugna, los intereses económicos, la cuestión territorial y el impacto político. En Rosario, la Guerra del Chaco fue muy importante para los sectores del campo de las izquierdas vinculadas a la Mutualidad de Artistas Plásticos dirigida por Antonio Berni, que en el Salón de Otoño de 1935, que era libre, pudieron presentar una serie de obras antibelicistas. Tenemos las tallas activistas en madera de la región del Chaco boreal por Antonio Paino", cuenta Montini, y expresa su esperanza de exhibir registros fotográficos de unas obras perdidas de Juan Grela y Domingo Garrone. 

"La tercera exposición tiene que ver con el arte contemporáneo e incluye a artistas de Paraguay, de Bolivia y de Argentina", adelanta el director. "Uno de los artistas nacido en Paraguay nacionalizado boliviano es Joaquín Sánchez, que viene trabajando hace mucho tiempo sobre la Guerra del Chaco. También vamos a tener a la gran artista argentina Laura Códega. Esto nos permite pensar el impacto de la guerra desde la actualidad".

Otra muestra indagará "la guerra en términos iconográficos: las alegorías y lo simbólico, en una relación entre pasado y presente". Montini anuncia "pinturas y grabados de Félix Pascual, artista español que trabajó mucho tiempo en Rosario y que tiene una serie de xilografías que pertenece a la Escuela Provincial de Artes Plásticas Manuel Belgrano, acá en Rosario, además de una serie de pinturas que tomamos como responsabilidad social del museo restaurarlas para que puedan ser exhibidas, que pertenecen a la masonería de Rosario. Todas estas pinturas y grabados históricos van a estar acompañados por una serie de obras tituladas La Guerra del artista contemporáneo Nahuel Vecino, para mostrar las distintas variables de la iconografía de la guerra a lo largo de la historia". 

El programa, según expresó Montini, "se va a completar con múltiples activaciones, como las proyecciones de documentales y películas sobre la guerra (que hay en gran cantidad, hay muchas filmaciones de la guerra, hace poco se encontraron algunas que son inéditas todavía); esto se va a producir en asociación con el Cine El Cairo. También va a haber conferencias y sobre todo actividades educativas. Sobre todo en el contexto actual de las guerras que están sucediendo en el mundo, donde vamos a hablar de los derechos de las infancias en los conflictos armados. Para nosotros es importante pensar al Museo como un lugar que fomente el pensamiento crítico, y esta es nuestra idea".

El director del Museo destacó además el dedicado profesionalismo de los equipos curatoriales de la institución y la constante labor conjunta entre el Museo Marc, el Ministerio y el Gobierno de la Provincia de Santa Fe y la Asociación de Amigos del Marc. A ello atribuye "la gran alegría" que es haber ganado varios premios y becas en poco tiempo. Entre ellos, una de la Fundación Getty para la formación en restauración de arte colonial, en 2022. Con este nuevo proyecto expositivo, La guerra es una gran porquería, se busca activar procesos de memoria, revisión histórica e identidad. 

La fundación Ama Amoedo, creada en 2021 por la artista y mecenas Amalia Amoedo, con sede en Punta del Este, Uruguay, se dedica a incentivar el diálogo y las conexiones del arte de América Latina, el Caribe y la diáspora. En esta edición el jurado, integrado entre otros por la investigadora rosarina Nancy Rojas, eligió diez proyectos de entre más de 2000 aplicaciones presentadas a las categorías Artistas, Arte y compromiso social, Organizaciones y Publicaciones. Otros ganadores son la aldea-escuela Floresta (Brasil) y el Archivo de la Memoria Trans (Argentina). Más info en: (fundacionamaamoedo.org)