Durante los 70, mientras Mick Jagger navegaba en las mieles del rock and roll embarcado en discazos de los Rolling Stones (Beggars Banquet, Exile on Main Street), su hermano Chris, guitarrista, periodista y actor, daba un paso en falso con los Flying Burrito Brothers. Y otro con discos solistas de escasa repercusión: You Know the Name But Not the Face y The Adventures of Valentine Vox the Ventriloquist, por nombrar dos. Por ello, y un tanto desencantado, se volcó a otra de sus vocaciones: el periodismo. Escribió para The Guardian, The Mail on Sunday y la Rolling Stone, entre otros medios, y presentó un material sobre Alexis Korner, capo del blues blanco, para la BBC Radio. Entre sus hitos personales también figuran su participación en dos de los mejores discos de los Stones de los 80 (Dirty Work y Steel Wheels), y el reinicio de su trayecto solista entre fines del siglo XX y principios del XXI, con ocho discos publicados. Más o menos así se resume el devenir de Chris Jagger, nacido en Kent cuatro años después que su hermano estrella, y setenta antes del concierto previsto para esta noche a las 21 en Mr Jones (Saavedra 399, Ramos Mejía).
“Estamos felices de haber organizado un espectáculo con poco tiempo de anticipación. Aunque es temprano en la semana, esperamos encontrar nuevos amigos allí”, introduce Jagger, antes de la fecha que compartirá con su coequiper Charlie Hart, un violinista, acordeonista y pianista que ha trabajado con Roger Daltrey, Van Morrison y Eric Clapton, entre otros. “Charlie toca piano, violín y acordeón, y yo guitarra. Además, hacemos músicas diferentes, músicas que varían mucho de un género a otro. Pero por suerte pudimos combinarnos bien, e incluso compusimos muchas piezas juntos, que por supuesto tocaremos en el show de Buenos Aires”, prevé el músico acerca de la naturaleza del ensamble con Hart, quien también dice lo suyo ante Páginai12: “La verdad es que mi violín se combina muy bien con la guitarra de Chris. Diría que le agrega un elemento ligero, rápido, a las canciones que compusimos juntos”. El violinista asegura compartir con Jagger su amor por el blues y también haber aprendido un montón con los músicos que tocó. “Disfruté mucho de tocar hace poco con Van Morrison en el Royal Albert Hall”, puntualiza Hart, sobre la reposición en vivo de Astral Weeks, formidable disco de Morrison grabado y publicado en 1968.
–Uno de los instrumentos que toca usted es el acordeón. ¿Qué diferencia nota entre su toque y el uso que se le da en la Argentina?
Charlie Hart: –Bueno, con Chris admiramos mucho la música argentina y las formas de tocar acordeón que tienen allí, pero esperamos escuchar más. En mi caso, por lo que escuché hasta ahora, la diferencia está en que mi estilo está más asociado al blues de Louisiana, pero no estaría mal combinarlo con géneros como el chamamé, ¿por qué no?
Tras la intervención de Hart, vuelve Jagger, en este caso para referirse al vínculo con su hermano: “A veces me gustaría intentar trabajar con él, pero Mick suele estar bastante ocupado con la música o con su familia. De todas maneras, acaba de salir un disco mío (All the Best), que es un compilado sobre todos mis discos anteriores en el que incluí dos canciones en las que hace dúo conmigo. En ese disco también aparecen contribuciones de David Gilmour y de la cantante inglesa Sam Brown”, informa Chris, cuya mencionada participación en Dirty Work fue a través de la autoría de algunas letras. “Sí, escribí algunas cosas, pero la verdad es que mi hermano es lo suficientemente capaz de hacer todo por sí mismo”, se ríe el guitarrista, mientras vuelve su mirada hacia su producción solista. “En All the Best, además de las canciones compiladas, hay una nueva llamada ‘Avalon Girls’, y un par de temas inéditos”, refiere el músico, parado en un álbum que también incluye un DVD homenaje a viejos músicos de blues. “Fue hermoso hacer ese trabajo, en el que participó Pinetop Perkins, pianista que tenía 93 años en el momento de la filmación, y que aún hoy sigue tocando muy bien”.
–Respecto de su producción solista, usted publicó tres discos en la década del 70 y ninguno durante los 80. ¿Cuáles fueron las razones de ese corte?
Chris Jagger: –Fue difícil hacer otro disco después de los dos primeros. Aunque todavía estaba tocando, se dio que tuve hijos y luego, en vez de seguir grabando, volví a actuar en teatro.
En calidad de actor, el otro Jagger fue parte del The Glasgow Citizens Theatre y del musical Hair, que se presentó en Tel Aviv. También, a mediados de los ‘80, invirtió en una empresa de guitarras que tuvo a Bill Wyman y al mismo Mick como socios. “La empresa se fundió en 1987”, evoca Chris. “Fue un negocio que empezamos con un amigo mío que me pidió que lo ayudara, pero yo no estaba realmente calificado para ese negocio y no funcionó”. Su rol como cronista musical, en cambio, fue levemente mejor. “Como periodista pude ver muchas bandas tocando en Londres y eso fue divertido, pero después me aburrí un poco y empecé a escribir sobre otras cosas, como medio ambiente o viajes”, cuenta.
–¿Y su trayecto actoral en qué quedó?
C. J.: –La verdad es que dejé de actuar hace muchos años, porque es una profesión muy difícil de seguir ya que nunca estás al mando de tu propio destino, sino más bien esperando que otros te empleen.
–¿Con la música no pasa lo mismo?
C. J.: –(Risas.) Sí, pero al menos con la música podés tocar con tus amigos y conseguir conciertos en algún pub.