El Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral, ubicado en la isla de Sal, Cabo Verde, no solo es la principal puerta de entrada al país insular, sino también un homenaje a uno de los grandes pensadores y líderes de la libertad del país. Amílcar Cabral, cuyo centenario se celebró este año 2024, fue un hombre que sigue inspirando a generaciones actuales, no solo en Cabo Verde, sino en toda África y el mundo.
Amílcar Cabral , una de las figuras más influyentes en la lucha por la independencia de África, nació el 12 de septiembre de 1924 en Bafatá, Guinea-Bissau, cuando esta región formaba parte de la Guinea Portuguesa, bajo el control colonial de Portugal. Hijo de caboverdianos, Cabral creció conectado con las dos naciones que marcarían su legado: Guinea-Bissau y Cabo Verde. En 1945 se trasladó a Lisboa para estudiar agronomía, donde también obtuvo un doctorado en antropología en la Universidad de Lisboa, antes de regresar a su país natal.
Una vez de vuelta en Guinea-Bissau en 1952, trabajó como ingeniero agrónomo, y con esta experiencia logra constatar de primera mano las condiciones de vida bajo el régimen colonial. Fue esta experiencia la que lo llevó a convencerse de la necesidad de organizar una lucha por la independencia. Así, en 1956 fundó el Partido Africano para la Independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC), que rápidamente se convirtió en el motor de la resistencia anticolonial.
Cabral se convirtió en un referente tanto en África como a nivel internacional, ganándose el respeto de líderes revolucionarios y de movimientos anticoloniales en todo el mundo. Esto fue por su ejemplaridad, que tenía como enfoque la organización social entorno a la educación y la cultura de forma conjunta, y no solo la organización de las guerrillas armadas. Con el objetivo de transformar la conciencia de su comunidad.
Durante la década de 1960, Cabral logró el reconocimiento internacional del PAIGC, y en 1972 fue invitado a hablar ante el Consejo de Seguridad de la ONU, donde defendió la lucha de su pueblo contra el régimen colonial fascista. Al año siguiente fue asesinado por agentes del ejército portugués el 20 de enero. Meses después de su muerte, Guinea-Bissau declaró unilateralmente su independencia el 24 de septiembre de 1973, y Portugal la reconoció en 1974. Cabo Verde seguiría el mismo camino en 1975.
Hoy, a más de 50 años de su asesinato, el nombre de Amílcar Cabral sigue resonando en el continente africano y en el mundo, no solo por su legado político, sino también porque el principal aeropuerto de Cabo Verde lleva su nombre: el Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral, ubicado en la isla de Sal.
Este aeropuerto, que opera vuelos internacionales y es un importante punto de conexión en la región, tiene una historia singular. Construido inicialmente por Italia en 1939 como una escala en la ruta hacia Sudamérica, fue adquirido por Portugal en 1947. Durante años, sirvió como parada técnica para aerolíneas como South African Airways, afectadas por el boicot internacional durante el apartheid. En la actualidad, es el principal centro de operaciones de Cabo Verde Airlines y conecta con ciudades como Lisboa, Ámsterdam y Boston.
El aeropuerto cuenta con dos pistas, una de ellas de 3.000 metros de longitud, lo que la convierte en la más larga del país. Es un punto estratégico para el turismo y los negocios en Cabo Verde.
Este año, con motivo del centenario de su nacimiento, se han llevado a cabo varios actos conmemorativos que celebran su vida y obra, incluyendo la emisión de un sello en su honor.
Así, el Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral no es solo un lugar de tránsito, sino un tributo tangible a un hombre cuyo impacto trascendió las fronteras de Cabe Verde y Guinea-Bissau, y cuyos ideales y valores siguen resonando en las luchas contemporáneas por la justicia racial a nivel global, desde su enfoque anticolonial.