Mauricio Macri ya no sabe cómo hacer para transmitirle su enojo a Javier Milei. El éxito del blindaje al veto de la Ley de Financiamiento Universitario depende, en gran medida, de la decisión que tome el expresidente en las próximas horas y, hasta ahora, todas las señales son negras para el oficialismo. El Gobierno Nacional, denuncian en el macrismo, no ofrece soluciones y se mueve como si prefiriese jugar "solo". Empiezan a escasear los motivos para respaldar al oficialismo y, en el bloque PRO, son cada vez más las diputadas y diputados que quieren ausentarse de la votación. 

La oposición, frente a este escenario, se relame: ya tienen consolidados más de 150 votos a favor de la ley y solo le falta asegurarse algunas ausencias. A este ritmo, hasta los opositores más escépticos se muestran entusiasmados.

"Como el escorpión que mata a la rana que lo está ayudando a cruzar el río, no pueden resistirse, está en su naturaleza". El tuit de Fernando De Andreis, mano derecha de Mauricio Macri, fue un aguijonazo en medio de las negociaciones para evitar el derrumbe del escudo protector del veto presidencial. 

La rana podría ser Santiago Caputo, Patricia Bullrich o el propio Milei, pero el mensaje estaba dirigido a todo el gobierno libertario. La fusión de la bancada bullrichista con LLA en la Legislatura bonaerense fue para el macrismo, una afrenta personal. Poco a poco, Bullrich y Milei le fueron comiendo las fichas, y Macri necesitaba ganar centralidad. 

Macri con los senadores

En la reunión con los senadores, entre los que se encontraba la bullrichista Carmen Álvarez Rivero, Macri dejó trascender su fastidio. En diálogo con otros dirigentes del PRO, Macri también mostró su malestar. Algo que repitió en los medios amigos. "Para qué voy a seguir yendo a comer milanesas si después no cumple nada", fue el mensaje del expresidente, que se reunió con Santiago Caputo, aunque no le prometió ningún acompañamiento del bloque. 

En LLA no esconden su irritación con Macri, pero admiten que es un juego de fuerzas que, esta vez, podría terminar mal. "El PRO pide mucho y en LLA todavía tenemos que los números (de la opinión pública) nos favorecen. Es un tironeo, pero hoy no está el número para el veto y no se cuánto margen de negociación tenemos", admitió una fuente libertaria.

El tiempo juega en contra de LLA, ya que, más allá de la postura de Macri, en el bloque PRO empiezan a crecer las voces en contra del veto. Algunos diputados, como Álvaro González o Héctor Baldassi, ya anunciaron que acompañarán la ley. Y otros, mientras tanto, amenazan por lo bajo con ausentarse. Ya sucedió durante la votación de agosto en Diputados, cuando la mayoría del bloque votó en contra de la norma, pero hubo cuatro que no estuvieron presentes, como Sabrina Ajmechet (que es docente). 

El papel de Ritondo

El jefe de bloque, Cristian Ritondo, y el referente de Educación del partido, Alejandro Finnocchiaro, vienen trabajando para unificar posturas, pero los cuestionamientos internos son cada vez más fuertes. "Esto se podría haber resuelto de mil maneras distintas. No podes tener un conflicto institucional de gobierno de alta inestabilidad por el financiamiento de una paritaria mal manejada", masculló un dirigente macrista. Varios temen, además, quedar expuestos al posicionarse en contra de las universidades nacionales -en donde muchos de ellos trabajan dando clases- y terminar perdiendo la votación. "¿Todo este quilombo por 0,14 por ciento del PBI y encima perder y dejar que los peronistas y radicales se lleven la victoria política?", cuestionó otro referente del PRO.

El tiempo pasa y, mientras más dilata Macri su decisión, más difícil se hace acordar una postura. A este ritmo, lo más probable es que el martes, cuando haya reunión de bloque del PRO, se termine dando "libertad de acción" a los diputados. "El clima está raro y ellos no quieren resolver los problemas, se sienten más cómodos solos", zanjó un diputado cercano a Macri, abriendo el paraguas de lo que, al cierre de esta edición, parecía una negociación condenada al fracaso.

La rosca opositora

Mientras el PRO juega al suspenso, los bloques opositores vienen presionando para insistir en la Ley. Necesitan alcanzar los dos tercios del recinto, un número que, en un escenario de presencialidad perfecta, serían 172 votos. Pero, en la práctica, las ausencias juegan, y en la oposición confían en bajar a varios indecisos que no quieren quedar mal con sus universidades locales y lograr lo que no se pudo con el aumento a los jubilados: romper el blindaje oficialista y forzar al gobierno a sancionar una ley con costo fiscal. 

En la oposición calculan que tienen entre 156 y 159 votos a favor de la ley. El grueso proviene de Unión por la Patria, que tiene unos 99 diputados, aunque arrastrará algunas ausencias. El desafío de Germán Martínez, el jefe de bloque, es acercarse lo más posible a la sólida mayoría que logró reunir para el rechazo al veto a la reforma de ley de movilidad jubilatoria, cuando el peronismo aportó unos 98 votos a favor de los jubilados. 

No hay bloque opositor, sin embargo, que no arrastre sus propios dolores de cabeza internos. El caso paradigmático es la UCR, cuya bandera es la educación pública pero, al día de hoy, continúa presionando para evitar fugas. El mayor peligro es el quinteto libertario que fue a fotografiarse con Milei en Casa Rosada previo a dar vuelta su voto para blindar el veto al aumento de las jubilaciones. En el bloque radical dan por perdidos a Mariano Campero, Federico Torunier y Luis Picat, pero confían en que podrán lograr que Martín Arjol y Pablo Cervi se ausenten. "Ahí la disciplina partidaria está funcionando mejor que con los jubilados", confesó, risueño, un dirigente opositor que se entusiasmaba con que el número de adhesiones empezaba a superar los 160 votos. 

En el caso de Encuentro Federal, que comanda Miguel Ángel Pichetto, hay dos incógnitas: Jorge Ávila, que responde al gobernador de Chubut, Nacho Torres, y Francisco Morchio, que responde al de Entre Ríos, Rogelio Frigerio. El lunes, Miguel Ángel Pichetto y Oscar Agost Carreño se reunirán con Frigerio para negociar en el marco del debate del Presupuesto y confían en que podrán convencerlo para que Morchio acompañe la ley. Torres, mientras tanto, mantiene un diálogo fluido con Nicolás Massot y podría aceptar que Ávila se ausente o que, en todo caso, acompañe y, a cambio, la otra diputada que le responde -Ana Clara Romero, que está en el PRO- vote en contra.

La clave, sin embargo, será lo que terminen votando los ocho diputados de Innovación Federal, un bloque compuesto de fuerzas provinciales - Misiones, Salta y Río Negro - que suele votar con el gobierno. En agosto, el bloque votó a favor de la ley y, ahora, se muestra incómodo con tener que acompañar (de nuevo) el veto presidencial. Algunas diputadas, como la titular del bloque Pamela Calletti, vienen advirtiendo que acompañará la ley y en la oposición especulan con que podrán sumar a un par de salteños más. Los misioneros que responden a Carlos Rovira, mientras tanto, no definirán una posición hasta el último día, atentos a las negociaciones que la Casa Rosada encabeza por el Presupuesto 2025.