Llevaré olor de vivir
toda sangre da siempre de sí.
Luis Alberto Spinetta, "8 de octubre" (canción con música de León Gieco)

 

Es una mañana de sol tibio en una sala de ensayo de provincia y los músicos y organizadores del concierto van llegando entre risas y abrazos. Antes del ensayo se hará esta nota, así que hay tiempo para esperar a que lleguen todos, entre algún mate y bromas compartidas. Llega León Gieco con la gorra y la sonrisa de siempre, comenta cuánto lo ayudó su puntualidad prusiana en lugares como Rusia, "manda al frente" a sus jóvenes y demorados acompañantes de viaje, el cantautor David Tagger y el bajista Antonio Druetta. Van cayendo los integrantes de Los Tipitos, acomodan guitarras. Los anfitriones disponen amorosamente un catering casero, hay hasta ramos de hierbas y verduras de hoja que uno de ellos trajo de su huerta para repartir. Se respira un clima de entusiasmo. Más que eso: lo que se percibe motorizando a esta gente que se levantó temprano para la juntada es algo del orden de la alegría. Nadie diría que el germen de este encuentro que se repite desde hace 18 años como un ritual y un imperativo del hacer, fue el dolor más grande que puede atravesar a una persona.  

El 8 de octubre de 2006, nueve chicos y chicas y una docente del colegio porteño Ecos murieron en la ruta cuando volvían de una actividad solidaria en una escuela rural de El Impenetrable. El micro que los llevaba de regreso fue embestido de lleno por el conductor de un camión que manejaba altamente alcoholizado, y que también murió, al igual que su acompañante. Otros 38 chicos y docentes sufrieron heridas de distinto tipo. La "tragedia del colegio Ecos", como se la conoció -aunque, en tanto evitable, no califica como tal- transformó para siempre a muchas familias. Y lo que hicieron con ese dolor indescriptible, lejos de paralizarlos, los puso también a transformar. 

Foto: Verónica Bellomo
 

Así fue como nació Conduciendo a Conciencia, la ONG que puso en acción a este grupo humano que hoy se define, sin dudarlo, como "una gran familia". Se pusieron al hombro la tarea de concientizar en seguridad vial. Continuando la tarea de sus hijos, apadrinaron la escuela rural a la que ellos iban, y con el tiempo muchas más del norte argentino, -también hospitales y salas de primeros auxilios, en ocasiones pueblitos enteros, ver aparte-. Mantuvieron su acción y la ampliaron en el tiempo, fueron sostén y generaron proyectos que no hubieran imaginado. Y cada 8 de octubre, declarado Día del Estudiante Solidario en honor a estos chicos y chicas, organizan un gran concierto que congrega a grandes artistas, en un "homenaje solidario que es también una forma de celebrar que todo esto es posible", según sus palabras. 

Se acerca un nuevo 8 de octubre y el gran concierto solidario esta vez será doble, y volverá a ser protagonizado por históricos y nuevas figuras. León Gieco, Los Tipitos, Ligia Piro, Maggie Cullen, David Tagger, Vale Acevedo, Sandra VázquezJoana Gieco y Alejo León, forman parte de la grilla artística. Como siempre, estará además el "padrino eterno" sobrevolando y cuidando la música que aquí se ofrende: Luis Alberto Spinetta, uno de los primeros motores de estos conciertos, y autor junto a Gieco de "8 de octubre", el himno que cada año cierra, alzado en un coro colectivo, los conciertos de Conduciendo a Conciencia.  

Spinetta y Gieco, históricos motores de Conduciendo.
 

Éxito solidario

Después de girar por diferentes escenarios, este año los conciertos se organizaron en la Sala Caras y Caretas (Sarmiento 2037), y son dos: el 8 y 9 de octubre. Aun cuando se dividió en dos fechas, sucedió que ambas ya están completamente vendidas. Así que el "sold out" que lleva ya un par de días es la primera noticia que celebran los participantes de la juntada en la sala de ensayos. 

Como la totalidad de los ingresos se destina a los proyectos solidarios que sostiene Conduciendo a Conciencia, todos destacan que más allá de la compra de entradas se puede seguir colaborando: donando a través de transferencia bancaria o Mercado Pago al alias Conduciendo; y como siempre interiorizándose sobre cómo ser voluntarios de la ONG en el sitio web conduciendoaconciencia.org y el Instagram conduciendoaconcienciaok">@conduciendoaconcienciaok

Foto: Verónica Bellomo.
 

"Esto también habla del trabajo que viene haciendo Conduciendo durante todo el año, no sólo para esta fecha", destaca Walter "Willi" Piancioli de Los Tipitos, sobre el "sold out". Gieco dice que sabe que muchos entre el público son habitués, que después de tantos años (al igual que Los Tipitos, participa desde el primero) ya les conoce las caras. Y David Tagger cuenta lo que sabe por las redes, cómo se organizan grupos para venir desde Santa Fe, Bahía Blanca, entre otras ciudades. 

"Es una forma de dar amor que se contagia, y que vuelve", sintetiza Diego Molina, quien se sumó a Conduciendo a Conciencia tras perder a su pareja Mariana, la docente fallecida en la tragedia. Los acompañan Héctor "Pacho" Bravo, papá de Benjamín, también fallecido en la ruta, Fabiana Sotelo, madrina de Federico Ecker; a la distancia Alba Saenz, su mamá, que no quiso correr el riesgo de contagiar su resfrío; también Virginia y Gustavo Taranto, managers de Gieco, atentos a los detalles del ensayo. 

 

-¿Qué aprendieron en todos estos años con Conduciendo a Conciencia?

León Gieco: -Nosotros los admiramos mucho a estos padres y madres. Tuvieron que bancarse la peor que puede haber en la vida, perder un chico de 18 años, es algo demasiado pesado. De ahí también salen las energías de decir: ¡uau, esta gente, qué dura qué es, qué polenta que tiene! Nos hicimos muy amigos, de wasapearnos, de contarnos chistes, de juntadas. Aprendimos de ellos, de la resiliencia que tienen, de cómo van para adelante y lograron cosas que a lo mejor no se hubieran imaginado. 

Willi Piancioli: -Aprendimos de la importancia del trabajo sostenido. 18 años, es un número, y cada año van por más. Sabemos que hay una realidad que es urgente pero que necesita políticas públicas, Alba hoy nos compartió unos números de siniestros viales en la Argentina y en el mundo que son de locos. Esto es un pequeño aporte para crear conciencia. 

Diego Molina: -Estamos buscando que todas las ciudades del país tengan alcohol cero, la de Buenos Aires es una de las que todavía no tiene. Ahora mismo trabajamos con otras ONG en un proyecto que también reduce las velocidades máximas, de 40 a 30 en las calles y de 60 a 50 en avenidas, pronto se va a presentar en Diputados.

David Tagger: -Es increíble cómo toda esa fuerza que tienen estas familias que no paran, se transmite en los conciertos, es una energía que de verdad se percibe. Yo lo he vivido como espectador, y ahora tengo la suerte de vivirlo por primera vez compartiendo con los artistas.

Raúl Ruffino (Los Tipitos): -Es una hermosa manera de usar la música para ayudar. Sentimos que formamos parte de una gran familia.

Foto: Verónica Bellomo.
 

 

-¿Cómo se resignifican estos conciertos en estos tiempos en que lo solidario está fuera de agenda, y hasta es atacado?

Gieco: -Yo haciendo esto me olvido absolutamente de la política, de todo lo que está destruyendo al mundo. Es como una limpieza, un caparazón que me salva de todo eso que es muy pesado. 

Héctor Bravo: -Cuando empezamos todo esto estábamos en shock, no sabíamos qué hacer. Tanto Luis (Alberto Spinetta) como León se pusieron a disposición de las familias, de inmediato. Me acuerdo que en una de las primeras reuniones que tuvimos en casa, Luis le dijo a León: León yo no sé cómo hacés para estar en todas las causas. Y él le dijo: lo que pasa es que yo me nutro de cada causa, me lleno de energía. Ahora entiendo que es así. 

Molina:- El año pasado teníamos la consigna "solidaridad en voz alta". Este es un momento en donde no nos escuchan, desde ningún lugar. En la marcha (por la universidad pública) no nos escucharon, y éramos muchos. Es tiempo de poner la voz, desde donde cada uno pueda. Y esta es una manera hermosa de hacerlo. Por eso este 8 de octubre tiene que ver con eso. De alguna forma nos tienen que escuchar, y es urgente. Hay gente que no morfa, que la está pasando mal en serio. Tenemos que transmitir eso, cada uno desde el lugar que pueda. De alguna manera nos tienen que escuchar. 

Federico Bugallo (Los Tipitos): -Y volvemos a la pregunta de los aprendizajes: Contra viento y marea, aprendiendo de nuestros queridos compañeros. 

Foto: Verónica Bellomo.
 

Un trabajo sostenido y extendido

El padrinazgo que hace Conduciendo a Conciencia a escuelas del norte argentino se sostiene desde hace 18 años, y se implementa con una cercanía especial. Actualmente son 11 las escuelas de Chaco, Santiago del Estero, Salta y Jujuy a las que la ONG llega atendiendo necesidades y pedidos de lo más diversos: ropa y alimentos, como una constante, pero también puede ser una media sombra para el patio, una canilla general para abastecer de agua al pueblo, y hasta guitarras para las clases de música, como las que mandó una vez Gieco a Santiago del Estero. "Después terminamos trayendo a los chicos a tocar al Opera. Y al papá de uno de ellos, que pidió cantar 'Solo le pido a Dios' en quechua. El tipo terminó ovacionado cantando solo una chacarera adelante de todo el Ópera. Y todo por dos guitarras que mandé. Nunca sabés adónde pueden terminar estas cosas", reflexiona León.

Conduciendo trabaja también todo el año dando charlas en colegios y empresas, buscando llegar cada vez a más gente con su mensaje de concientización vial. Y cada 8 de agosto despliega un amoroso homenaje a Luis Alberto Spinetta que abarca un gran circuito de centros culturales: "Son todas bandas de pibes que hacen versiones de Luis, de lo más diversas. Esta buenísimo porque lo escuchás al Flaco sonando de una y mil maneras. La movida va con otra cosa que me encanta y es que la entrada es un cuaderno de tapa dura, que se manda a las escuelas del norte. No es cualquier cuaderno: es el mejor cuaderno, el más lindo", destaca Gieco. 

"Es urgente y necesario"

Ligia Piro no llegó a estar presente para la nota. Su voz será una de las que darán impulso, un nuevo año, al concierto solidario de Conduciendo a Conciencia. La sumó también para la nota de Página/12

"Desde hace cinco ediciones, participar en Conduciendo a Conciencia me hace sentir que podemos generar algún cambio y tomar conciencia de lo que tenemos que modificar como sociedad. Algo que es urgente y necesario. ¡Qué mejor que poder decirlo cantando! Ofrendar amor, lograr de alguna manera la decisión de cambiar algo", destacó. 

"Agradezco la invitación de aquella primera vez, porque me dio la posibilidad de conocer a este grupo de padres y madres maravillosos que con su fortaleza, que admiro enormemente, nos dan la oportunidad a los artistas de estar juntos una vez más para generar, desde el arte, cambiar todo esto que nos afecta. El 8 de octubre, es recordar que hace 18 años se abrió una herida muy grande en nuestros corazones. Desde la música y desde nuestro más profundo amor para dar… aquí estamos y continuamos".