El bastón de mariscal, finalmente, será el de Cristina Kirchner. Dos años después de haber convocado a un trasvasamiento generacional, de haber exigido que se tomen las riendas “sin pedir permiso”, la conducción del peronismo seguirá en manos de la exmandataria. El desorden interno, la crisis de representación y la disputa entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof convergieron para que CFK considere asumir nuevamente ese rol. La novedad es que esta vez ejecutará su liderazgo desde un cargo al que siempre le esquivó: la presidencia del Partido Justicialista. Su candidatura, que desde el jueves suma adhesiones, también genRicardo QuintelaNo hay que tenerle miedo a competir