La Selección Argentina no pudo cumplir su sueño de coronarse campeón en el Mundial de futsal, que se jugó en Tashkent, la capital de Uzbekistán. Si bien el triunfo fue 2-1 para Brasil, lo cierto es que hubo un par decisiones de los árbitros españoles, Alejandro Martínez y Juan Cordero, que perjudicaron a los dirigidos por Matías Lucuix. ¿Podrían haber modificado el resultado final? Eso quedará como un interrogante para la historia.
La primera acción polémica ocurrió en el primer tiempo cuando Pito, el mejor jugador de la verdeamarela, le entró con un planchazo a Ángel Claudino cuando Brasil ya ganaba por 1-0 con tanto de Ferrao. Cobraron la falta, es cierto, pero nunca consideraron que la infracción merecía tarjeta roja. Tampco cuando las imágenes del VAR mostraron el patadón al jugador albiceleste.
La otra gran polémica de la noche en el HUMO Arena se dio en la última jugada del partido. Con Brasil esta metido atrás, dependiendo de los reflejos de su arquero Willian luego del descuento de Matías Rosa, Argentina tuvo la última. Probó desde lejos Kevin Arrieta y la pelota rebotó en Pito.
Todo el cuerpo técnico vio la mano del 10 -que hubiera sido la sexta infracción y tiro libre directo- y reclamaron el uso del VIR -el VAR del futsal- cuando la pelota se fue al lateral, pero los árbitros asistentes hicieron caso omiso y Martínez y Cordero, otra vez hicieron vista gorda. Quedaba un segundo de juego.
Más allá de una cuestionable actuación arbitral, se fue de pie el equipo de Matías Lucuix, que repitió el subcampeonato de hace tres años. Aunque con bronca ante un arbitraje que no estuvo a la altura de una final.