Alrededor de 400 millones de pesos. Esa es la deuda que mantiene el gobierno nacional con la empresa Dyscon, que debió paralizar las obras de refacción en el Monumento Nacional a la Bandera desde el 28 de febrero, ante la falta de pagos. El trabajo lleva un 32% de avance y pese a las promesas de ser “una obra priorizada” por Nación, desde la empresa no tienen novedades respecto a su pronta reactivación. “Como es una obra de restauración los tiempos no son tan lineales. Pero calculamos que en nueve meses se podría estar finalizando si todo marchara bien. Pero para eso hay que ver de qué manera Nación va a disponer de los fondos para armar un plan de trabajo”, señaló Mariano Schor, titular de la firma constructora. Ante ese escenario, desde el Concejo se comprometieron a supervisar el seguimiento de las obras. “Como rosarinos necesitamos que eso se termine, porque además es un peligro para todos los que pasamos por ahí”, evaluó el concejal de Volver a Rosario, Hernán Calatayud.

En este tiempo, la empresa fue avanzando como pudo. La mayor parte de los trabajos se hicieron sobre la parte del propileo y los bajos relieves que están por calle Córdoba y Santa Fe. “La impermeabilización del túnel, por Santa Fe, también está hecho”, remarcó Schor en diálogo con Rosario/12. Todo eso concreta un 32% de avance de obra. Lo que resta es la mayoría: las reparaciones sobre la proa, los trabajos en la sala de las banderas, la modernización de la parte del ascensor que va hacia la torre, y todas las tareas sobre el patio cívico, con la restauración del mármol. “Es mucho lo que falta”, reconoció el titular de la firma, que también preside la delegación Rosario de la Cámara Argentina de la Construcción.

“Las obras están paralizadas desde el 28 de febrero, que fue cuando se tomó la determinación de hacer una neutralización de obra en concordancia con el comitente, que es el Estado nacional, por la falta de pagos. Esa neutralización, que es un elemento técnico-jurídico que se utiliza para que no corran los plazos, venció el 31 de agosto. En todo este tiempo tuvimos la promesa de que la obra se iba a pagar y a reactivar. Pero aún estamos esperando a ver qué resolución toma Nación con respecto a esto”, relató Schor. “En estos momentos, la deuda aproximada del gobierno ronda los 400 millones de pesos”, añadió.

Si bien el dirigente aseguró que mantienen diálogo con la Secretaría de Obras Públicas, reconoció que la problemática aparece a la hora de encontrar respuestas. “Nos da la sensación que ellos también están esperando alguna definición en cuanto a esto. En el área dicen que es una obra priorizada por Nación, pero la verdad es que más allá de eso no tuvimos novedades. Nos dicen que la intención es seguir la obra, pero que depende de la situación económica”, explicó y añadió: “Como es una obra de restauración los tiempos no son tan lineales. Pero calculamos que en nueve meses se podría estar finalizando. Pero para eso hay que ver de qué manera Nación va a disponer de los fondos para armar un plan de trabajo”.

Seguimiento

En una cronología reciente podría decirse que la empresa Dyscon puso en marcha las obras de refacción del Monumento Nacional a la Bandera en abril del año pasado, unos meses después de ganar la licitación correspondiente. Pero la victoria electoral de Javier Milei y la consigna de “obra pública cero” repetida a lo largo de su gestión, encendieron las alarmas sobre su continuidad. Sin embargo, desde el propio gobierno intentaron llevar calma, confirmando a la empresa que se garantizarían los fondos para las obras. Incluso se barajó la idea de que sea el presidente libertario el encargado de cortar las cintas de inauguración, durante el tradicional acto de 20 de junio. Nada de eso pasó.

Para una cronología más prolongada hay que trasladarse casi una década atrás, hasta junio de 2015, cuando la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció por primera vez la refacción del Monumento, que comenzó a materializarse un año después, a partir de un acuerdo la Municipalidad de Rosario y Nación. Las tareas comenzaron en mayo de 2017, ya durante la gestión de Mauricio Macri, y con un plazo estimado de ejecución de un año y medio. Pero en marzo de 2018 las obras quedaron frenadas ante la falta de pagos de Nación. Después de una serie de idas y vueltas, para febrero de 2019 el Municipio rescindió el contrato con la empresa adjudicataria. Al inicio de su gobierno, Alberto Fernández prometió reiniciar las reparaciones, pero la pandemia de coronavirus reordenó las prioridades. Finalmente, a mediados de 2022 se anunció nuevamente el proyecto.

En el último tiempo, desde el Concejo se impulsaron varios pedidos de informes sobre ese tema. Ante ese panorama, la Comisión de Obras Públicas del Concejo decidió dar un paso más e involucrarse en la supervisación de las obras. La iniciativa fue impulsada por el concejal Hernán Catalayud que ya comenzó a motorizarse con la visita de un grupo de ediles por la obra, donde se repasaron aspectos técnicos del proyecto. La intención es que los integrantes de la comisión puedan tener un contacto fluido tanto con los responsables de la firma constructora, como con las autoridades del gobierno nacional. De esa manera, ir informando de manera mensual los niveles de avance (o de estancamiento) de las obras.

“Hay concejales que han presentado informes para conocer qué se hizo. Esa es una mirada que propone revisar hacia atrás, que está muy bien. Pero lo que planteamos con esto es mirar hacia adelante y comenzar a hacer un seguimiento permanente. Creo que es necesario asumir este trabajo para que de una vez por todas se finalice, porque es una vergüenza todo lo que pasó”, expresó en declaraciones a Rosario/12. “Algunos plantean que no es una tarea que nos corresponda a nosotros, pero eso no quiere decir que no podamos hacer algo. Entonces, lo que propuse es que sigamos esto desde el Concejo. Debemos establecer los contactos correspondientes y actuar estando encima de ellos”, añadió.

El dirigente recordó que mientras se iba gestando la idea, desde su oficina intentaron entablar contacto con la Secretaría de Obras Públicas de la Nación. Pero hasta el momento el diálogo no fue el más próspero: “Justo estaban en una suerte de reacomodamiento y no pudimos tener demasiadas respuestas a nuestros requerimientos. Quedamos en que esta semana vamos a ponernos nuevamente en contacto para ver cómo sigue la situación y tratar de tener una fecha de reinicio de las obras”.

 

Por último, Catalayud consideró que la ciudad necesita que la obra se termine. No solo por todo lo que significa el Monumento Nacional a la Bandera para Rosario, sino que además las obras paralizadas generan riesgos para los transeúntes de la zona. “Es un peligro para todos los que pasamos por ahí. Si recorres el lugar, vas a ver que está todo por arreglar. Es un espacio que es turístico para la ciudad, que llama la atención de quienes nos visitan, y hoy no sabemos qué va a pasar con eso”, cuestionó y agregó: “Llevamos varias presidencias sin que se resuelva y es realmente lamentable. Vinieron todos los gobiernos de todos los colores a Rosario, pero el Monumento sigue igual. Por eso creemos que es momento de hacer algo”.