Maximum Studios está en problemas. Antes de retomar el rodaje de una producción avisan que el set está en llamas. La lista de inconvenientes continúa con actores demasiado blancos (“incluso para ser alemanes”), uno con ataques de pánico detrás de su máscara de pescado espacial y chistes sobre transexuales. Y lo más urgente, si Tecto: Eye of the Storm no tiene un buen desempeño en la taquilla, todo ese universo fílmico de fases basado en un comic de antología dejará de existir. De eso se trata, The Franchise, la comedia de ocho episodios sobre lo que sucede tras bambalinas en la filmación de una “peli” de superhéroes demasiado parecida a cualquiera de Marvel o de DC. La serie se estrenó en MAX y en HBO (domingos a las 22).

The Franchise se destaca por su carácter coral en donde no falta la superestrella con ínfulas (Billy Magnussen) y su alterego al mando de un martillo mecánico invisible capaz de crear terremotos. Por allí también deambulan la leyenda teatral (Richard E. Grant) y el director en su propio círculo del infierno (Daniel Brühl). Pero a quien verdaderamente sigue la cámara es a Daniel (Himesh Patel), el asistente de este producto con destino de broma dentro de la Comic-Con. 

La idea para The Franchise nació de un encuentro entre Armando Iannucci (Veep) con Sam Mendes (1917) que venía de dirigir su segunda película para la saga de James Bond. Ese “magnífico caos” derivó en este carnaval de chistes internos de la industria audiovisual del presente. No se trata, por cierto, de la primera en su tipo. Menos lasciva que The Boys y con ciertas semejanzas a Fiasco, queda una pregunta latente. ¿Habrá secuela para The Franchise?