El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Lammy, defendió el acuerdo sobre el estatus del archipiélago de Chagos con Mauricio este lunes en la Cámara baja de los Comunes, alegando que era "la única forma" para mantener el control de la base militar 'Diego García', allí localizada.
En su intervención, en donde buscaba explicar el pacto a los diputados, el funcionario razonó que el Reino Unido se exponía a grandes riesgos de no alcanzar un acuerdo. En el mismo, Londres reconoce la soberanía del país africano sobre las islas, a cambio de explotar la base conjunta con Estados Unidos durante, al menos, 99 años.
"Era sólo cuestión de tiempo antes de que nuestras únicas opciones fuesen abandonar la base o romper la ley internacional (...) Llegar a este acuerdo era la única forma de mantener por completo y efectivamente las operaciones de la base en el futuro", dijo Lammy ante los parlamentarios.
Como parte de su discurso, el ministro señaló que la legalidad de la base ha sido objeto de contención desde su creación, y consideró que cualquier decisión vinculante de la justicia internacional habría ido en contra del Reino Unido. La falta de un consenso con Mauricio sobre el archipiélago amenazaba el estatus de la base, fundamental para las relaciones con Estados Unidos.
Antes de su declaración, Lammy recibió la reprimenda del presidente de la Cámara, Lindsay Hoyle, quien se quejó de que el Gobierno hiciese público el acuerdo durante el receso parlamentario de la semana pasada, sin presentarlo primero ante los diputados.
En respuesta, el ministro reafirmó que, aunque las negociaciones han concluido, el acuerdo no ha sido firmado ni ratificado todavía.
Recordó también que la gran mayoría de rondas de negociaciones con la nación insular del Índico fueron llevadas a cabo por los previos gobiernos conservadores, y que el Ejecutivo laborista liderado por Keir Starmer "heredó" a su llegada al poder en julio "un asunto inacabado". "La inacción suponía grandes riesgos para el Reino Unido", añadió Lammy.
Precedentes y consecuencias
El ex primer ministro conservador, Boris Johnson, a su vez, descartó que este acuerdo fuera a producir un cambio positivo para la influencia global del país, considerando que el mismo iba en contra de la soberanía territorial británica.
"Aunque crean que el acuerdo nos hará aparecer mejor ante el resto del mundo, ese no es el caso", aportó Johnson, antes de aseverar que "el acuerdo hace que el Reino Unido se vea débil y patético".
"No solo trae la amenaza de un eventual veto de China sobre la vital base de Diego Garcáa, sino que también envalentona a países como Argentina para presionar por el control sobre las Malvinas", sentenció Johnson el ante el diario The Independent.
Este lunes, un portavoz del gobierno del Reino Unido insistió que, aun con el acuerdo con Mauricio, "no hay dudas sobre la soberanía británica" tanto en Gibraltar como en Malvinas. "Chagos es una situación única con una historia única", zanjó el vocero, en declaraciones recogidas por Sky News.
El anuncio de la medida también despertó el enojo de los ciudadanos británicos de Chagos, quienes acusaron al gobierno de dejarlos fuera de la conversación sobre la soberanía del territorio. El grupo 'Voces de Chagos', una campaña en representación de los locales del archipiélago, denunció en un comunicado haber sido notificado sobre las negociaciones con Mauricio a través de los medios. Según la agrupación, la voluntad de los habitantes es que las islas se mantengan bajo jurisdicción británica.