Con la llegada de la Boleta Única de Papel a la elección nacional del año que viene, el Gobierno de Javier Milei desenganchó a la enorme mayoría de las provincias, que tendrán que definir si adoptan el mismo sistema o si hacen convivir dos herramientas en el calendario electoral. Es el caso de la provincia de Buenos Aires, que deberá elegir representantes legislativos en todos los niveles y, por la división de fuerzas que expresa la actual composición, tiene prácticamente cerrada la posibilidad de modificar el mecanismo para acoplarse al nuevo sistema propuesto por la Nación.

Ese fue uno de los puntos políticos fuertes en la conferencia del ministro de Gobierno, Carlos Bianco, que este lunes sostuvo que uno de los principales problemas que presenta la Boleta Única de Papel aprobada por el Congreso es que no permite el acople de boletas para cargos nacionales con la de cargos provinciales, por lo cual los candidatos de esos distritos tendrían que ir en papeletas separadas.

Debido a esto, en las elecciones del año próximo “como mínimo se va a tener que votar con dos boletas y dos urnas, una para las nacionales con Boleta Única y otra para para las provinciales, veremos si con Boleta Única o con Boleta Partidaria, siempre en el caso de que las elecciones sean el mismo día y no se desdoblen”, explicó, dejando abierta una posibilidad que empieza a barajarse en varios de los 13 distritos que votarán legisladores provinciales el año que viene: desdoblar las elecciones.

La proyección

Aunque es demasiado arriesgado pensarlo con tanto tiempo de antelación, vale señalar que el Gobierno nacional todavía no tiene en claro qué hacer con las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, vigentes en la provincia. Por esa razón, en el extremo de las variantes en juego, los bonaerenses podrían tener que votar cuatro veces en 2025.

La discusión sobre la estrategia no es nueva, aunque la llegada de la Boleta Única de Papel se presenta como un agravante. María Eugenia Vidal analizó separarse para buscar su reelección en una fecha distinta a la que Mauricio Macri había fijado para la contienda nacional en 2019 pero el deseo del fundador del PRO se terminó imponiendo, aunque el efecto fue exactamente el inverso al que imaginaba y ambos perdieron sus respectivas contiendas.

En medio de una catarata de desdoblamientos que marcaron el pulso electoral del año pasado, la posibilidad de que Axel Kicillof separe la contienda provincial de la nacional se puso sobre la mesa en más de una ocasión, pero el gobernador no lo hizo. Terminó ganando su reelección por amplio margen y sumó votos a la elección nacional en la única fecha en que Sergio Massa resultó el candidato más votado del país.

Según se detalla en la ley electoral bonaerense, “la convocatoria para toda elección será hecha por el Poder Ejecutivo con no menos de sesenta días de anticipación a la fecha que se señale para el comicio”, que debería fijarse entre 30 y 120 días antes del fin del mandato. Es decir, antes del 10 de diciembre. Eso, independientemente de la fecha fijada para las primarias.

En la provincia de Buenos Aires, entonces, se podría votar entre 10 de agosto y el 10 de noviembre, más allá de lo que se determine a nivel nacional.