La feroz escalada del precio de los alimentos en los primeros meses del año llevó al índice de pobreza de la Argentina al 52,9 por ciento en el primer semestre de 2024, un incremento de 12,8 puntos porcentuales con respecto al mismo período de 2023. La indigencia fue del 18,1 por ciento, es decir, 8,8 puntos más con respecto al mismo período del año pasado. Según un reciente estudio del Instituto Gino Germani de la UBA, el 30 por ciento de los empleados formales y el 70 por ciento de los informales viven en términos de pobreza.

Los niveles de inflación de alimentos en el primer semestre (9,4 por ciento) superaron a los del primer semestre de 2023 en 1,7 puntos porcentuales. Sin embargo, estuvieron por debajo del promedio de inflación, del 10,4 por ciento. Esto aparece luego de un brutal incremento en el segundo semestre de 2023, donde el promedio de la inflación de alimentos (14,8 por ciento), superó ampliamente al promedio (13 por ciento).

Toma de ganancias

El aumento de precios de los alimentos tuvo un pico en diciembre, con un 29,7 por ciento frente al 25,5 por ciento del promedio de la economía. Esto fue luego de la depreciación del peso del 118 por ciento con la que el gobierno de la Libertad Avanza inauguró su gestión. La tercera más grande luego de las dos devaluaciones de la hiperinflación de Alfonsín. Y el doble de la de Eduardo Duhalde en 2002, según un informe de la CELAG.

Sin embargo, el índice del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) sobre la Economía Social, Solidaria y Popular (ESSyP) mostró que ese mismo mes, la inflación en este tipo de emprendimientos fue de solo 19,55 por ciento. “Es importante tener en cuenta que mientras muchos supermercados aumentaron en noviembre, incluso anticipando los cambios post elección, los espacios de ESSSyP van realizando los aumentos al momento de reposición en muchos casos”, aclara el informe.

Según el informe Ganadores y Perdedores en los primeros meses del gobierno de Milei elaborado por Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), si se suma a las tres empresas alimentarias que cotizan en bolsa (Arcor, Mastellone y Río de la Plata), sus ganancias operativas tuvieron un incremento del 598 por ciento. Muy por encima de la inflación del período (273 por ciento).

Crisis productiva

“Las ventas han caído alrededor de un 40 por ciento y eso hace incrementar los gastos, porque no es lo mismo un viaje para vender 100 cosas que 40. Más con el aumento de la nafta y otros insumos. Si queremos mantener el valor de nuestro trabajo, se ha puesto muy difícil la cuestión del precio final. Sobre todo, porque pretendemos que sea un precio popular”, cuenta Hernán Diego de la cooperativa La Porfia de Santa Fe. “Actualmente hay un desafío para las cooperativas sin el apoyo del Estado. Y además teniendo que empezar a delinear más finamente las estructuras de costos para poder seguir subsistiendo”, describe Lucrecia Scarpeccio del Estudio Cooperativo Contable (ECC).

El actual gobierno ha cerrado programas como el de Mercados de Cercanía o Sembrar Soberanía, además del Instituto de Agricultura Familiar, mientras desfinancia el INAES y todo apoyo al sector. “La incertidumbre, los cambios de políticas y otras medidas impositivas regresivas, que se llevan adelante en esta gestión, como la modificación del monotributo social o el congelamiento del Potenciar Trabajo, lejos de mejorar la situación de los trabajadores cooperativos, aumentan su precariedad”, opina Lorena Putero, del CESO.

Mientras el Presidente daba su discurso en el panel central de la ONU en Ginebra, el Comité de los Derechos del Niño de dicha organización presentó otro informe con duros cuestionamientos sobre el desfinanciamiento de las políticas públicas vinculadas en Argentina. “Aunque debería ser excepcional, nuestro país ha vivido en emergencia alimentaria durante los últimos veinte años”, dice el documento de FUNDAR titulado “Una hoja de ruta para mejorar la política alimentaria”.

“Los precios de insumos para la producción (semillas, plantines, gasoil o nylons) se han disparado por la devaluación y por la especulación de las tres o cuatro empresas que manejan estos materiales. Esto va acompañado de problemas climáticos, con el agravante de que las familias no tienen la posibilidad de reinvertir en la producción y se están retirando del campo o están endeudadas a tasas altísimas”, describe Zulma Molloja, de la Unión de Trabajadoras de la Tierra.

Efecto disciplinador

“A mí me parece que esto tiene un efecto disciplinador. Es algo que pudimos ver perfectamente en el caso de la yerba mate. La yerba aumentó cuando se abrió la importación, que supuestamente era una solución. Primero se importó. Una vez que los productores no tenían a quién venderle, aprovecharon las grandes empresas concentradas del sector con una caída del 50 por ciento del precio de la yerba canchada. Y ahora compran la yerba de producción nacional. La pregunta sería: ¿nosotros vimos en góndola una caída del 50 por ciento de la yerba? No. Terminó siendo una transferencia brutal de recursos”, detalla Putero.

En comercio internacional esta estrategia es catalogada como dumping y es considerada anticompetitiva por la Organización Mundial de Comercio (OMC). Incluso permitiendo el establecimiento de sanciones o tributos compensadores. Poca gente conoce que existe la Comisión de Defensa de la Competencia en Argentina.

El índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por el sector de Economías Regionales de Cámara Argentina de Mediana Empresa (CAME), muestra que la devaluación última de diciembre de 2023 se reflejó en que los agroalimentos multiplicaron sus precios por 3,5 veces del campo a la góndola. La participación del productor explicó solo un cuarto de este aumento.

Según un estudio de la red Calizas para el 2022, la diferencia entre lo que paga el consumidor y el productor en el rubro alimentos es de 5,3 veces en el mercado concentrado. Una encuesta informal sobre algunas comercializadoras de la ESSyP muestra que este margen, hasta el momento, no supera las dos veces.

* Licenciado en Economía de la Universidad Torcuato Di Tella y master en Periodismo de la Universidad del País Vasco.