Estudiantes universitarios iniciaron tomas en facultades de todo el país en la previa al tratamiento del veto de Javier Milei a la Ley de Financiamiento. Las medidas comenzaron el lunes en dos facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y ayer se extendieron también en Córdoba, Jujuy y Santa Fe, entre otras provincias. Hoy al mediodía, el Frente Sindical Gremial y la comunidad educativa se movilizarán al Congreso para presionar durante la sesión en la Cámara de Diputados. Aún no hay certezas sobre el resultado de la votación y los sindicatos anticiparon que si se ratifica el veto, profundizarán el plan de lucha.

Ayer por la tarde, las noticias corrieron fluidez: en distintas provincias, los estudiantes iniciaron tomas como parte de una vigilia que también tuvo abrazos simbólicos, clases públicas y ruidazos. En la Universidad de Córdoba, en la de Jujuy, en la de Cuyo, en la de Rosario, en la de La Plata, en la de San Juan. Las tomas fueron creciendo y el efecto dominó concluyó en un movimiento estudiantil encendido y presionando a los diputados y diputadas que hoy tratarán el veto a la norma que prevé incremento en las partidas presupuestarias y actualización en los salarios de los docentes y no docentes. El plan de lucha incluye una movilización al Parlamento, donde los gremios darán una conferencia de prensa y harán una radio abierta.

El inicio fue en la Ciudad de Buenos Aires, con las facultades de Psicología y de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que el lunes comenzaron la toma de 48 horas. Ayer al mediodía fue Veterinaria y por la tarde, Exactas. En el anochecer del martes, cuando la luz del sol ya no calentaba y la temperatura bajaba a 15 grados, en la calle Puán, entre Pedro Goyena y José Bonifacio, cientos de estudiantes participaron de clases públicas. Alrededor de diez en simultáneo, también sobre José Bonifacio. En las calles de “Filo”, el clima se enfrentó con capuchas, camperas y mates. “Compensaremos el frío con entusiasmo”, dijo Lucía Hellín, docente Análisis de los Lenguajes, que a las ocho de la noche inició su clase. Los negocios bajaron las persianas y estudiantes y docentes siguieron ahí, en una jornada de clases públicas que arrancó a las 7 de la mañana y terminó a las diez. “No vamos a dejar de luchar, Esto no se termina si mañana si el veto sigue en pie porque las necesidades siguen estando”, agregó Hellín.

En esa misma facultad, estaba Isabel González Puente, presidenta del Centro de Estudiantes. Estaba sorprendida por la cantidad de gente que participó en la asamblea. “Genuinamente los estudiantes estamos un poco cansados, venimos generando un montón de instancias, somos conscientes del perjuicio de las políticas de Milei y eso hace que los estudiantes hayan votado masivamente la toma, 1000 para Filo es un montón”, contó. Parada en medio de la calle, entre profesoras que escribían en alemán en un pizarrón o que hablaban de edición de libros, Gonzalez Puente anticipó: “A los diputados, los estamos mirando. Si traicionan el voto popular, tienen que estar dispuestos a que los estudiantes salgamos a profundizar esta pelea porque si ellos van a seguir insistiendo en algo que no tiene legitimidad, nosotros vamos a estar a la altura de defenderla”.


El viento que corría por la Avenida Independencia al 3000 acentuaba el frío del atardecer. Sin embargo, en la entrada de la Facultad de Psicología, continuaron con las clases públicas. Docentes y alumnos formaron círculos en uno de los carriles de la calle, entre  bocinazos de apoyo y reprobación. En el hall y en los pasillos también hubo clases. “La toma es simbólica, la actividad sigue, queremos visibilizar lo que pasa”, dijo Felipe Cultraro, profesor de Psicología General. “Lo que pase marcará un antes y un después, no se vota algo circunstancial, se está discutiendo un modelo. Es un punto de quiebre para el sistema político porque acá hay un valor fundamental que atraviesa todas las ideologías”, agregó.

En el hall, al costado de una de las columnas estaban apiladas bolsas de dormir y aislantes térmicos para el piso, elementos fundamentales para pasar la noche en el edificio. Se hicieron jornadas de arte, poesía, ollas populares y un recital.  Fue la previa a la movilización al Congreso, donde habrá un acto a las 11 de la mañana. “Si los diputados ratifican el veto se prende fuego el país. El movimiento estudiantil no está dormido, está más despierto que nunca y no está solo, lo vimos el 2 de octubre. Va a ser un clima de caos, de tensión constante y de tomas masivas”, anticipó Priscila Vitale, presidenta del Centro de Estudiantes.

En Veterinaria, estaba Camila Silveira que después del trabajo se fue para la toma a preparar choripanes. Los vendieron para recaudar dinero para los trabajadores del Hospital Laura Bonaparte. “A los diputados les decimos que no se olviden de donde salieron, muchos vienen de una universidad pública. Si lo hacen vamos a discutir en asambleas, apuntando a que se mantengan las facultades que ya están tomadas y a que las otras que inicien la toma”, agrega. En otras casas de estudios se hicieron charlas, y actividades de visibilización de la crisis. En la Universidad de La Plata, estuvo el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que durante una charla llamó "traidores al pueblo" a los diputados que voten en contra de la ley.

Al anochecer, mientras en las universidades se mantenía la vigilia, el Ministerio de Capital Humano difundió un comunicado en el que informó sobre la actualización de la garantía salarial con retroactividad a abril de 2024 para docentes y no docentes, algo que los gremios calificaron como “operativos de prensa” para bajar la espuma de lo que será un miércoles agitado. “Ese aumento que dieron de forma unilateral es el mismo que ofrecieron el 26 de septiembre, que fue rechazado porque no alcanza a ser el 10 por ciento del aumento salarial. Con eso, un ayudante de cátedra o un jefe de trabajos prácticos no alcanza a pagar la SUBE de todo el mes, es menos de 15.000 pesos. Algo totalmente insuficiente”, le dijo a el secretario General de CONADU, Carlos De Feo, a Página/12.

El lunes, el Gobierno Nacional anunció un aumento salarial del 6,8 por ciento para docentes y no docentes que se realizará por decreto tras el rechazo de los sindicatos a la propuesta. “Esta medida llevará el salario universitario a niveles equivalentes al Sistema Nacional de Empleo Público”, afirmaron desde la cartera que dirigida Sandra Pettovello. Sin embargo, quedó muy lejos de lo que reclaman los gremios.  “Capital Humano no ha dado ninguna respuesta a la pérdida salarial del 70 por ciento frente a la inflación. Todo lo que hay hasta ahora representa menos del 10 por ciento de la pérdida que tuvimos en estos diez meses”.

Mientras tanto, en el Congreso no hay nada definido. El oficialismo busca conseguir los dos tercios para ratificar el veto, pero no lo tiene garantizado. Si bien sumó el apoyo del PRO y negocia con los radicales “héroes” y con los gobernadores, el escenario es de paridad (ver aparte). Ante este escenario, desde el Frente Sindical anticiparon que si la norma se cae, intensificarán las medidas, aunque debe ser debatido las formas y tiempos. “Estaremos llamando a un plenario de secretarías generales para evaluar cuál será la continuidad del plan de lucha. Las universidades de todas las provincias y los gremios están dialogando con diputados para que acompañen la ley”, afirmó a este diario Claudia Baigorria, secretaria de Formación de CONADU Histórica.

Mientras tanto, en las universidades se fortalecen las medidas de lucha y la continuidad de las tomas es una opción factible. “Les pedimos que, por favor, no voten en contra de la universidad pública, de algo que nos enorgullece a todos. Los resultados se ven plasmados en los ranking internacionales, esperamos que no veten el futuro de toda la juventud argentina”, le dijo a este Página/12 Lucille Leavy, presidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).