“No podemos destruir a la ANMAT”, dijo el ministro de Salud Pública de Salta, Federico Mangione, al referirse a la decisión del ministro de Desregulación y Transformación de la Nación, Federico Sturzenegger, de que las provincias importen medicación sin pasar por los controles de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica.
Hasta ahora todos los medicamentos que ingresaban al país debían tener el visto bueno de la ANMAT, que se ocupa del control de estos insumos.
“La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, aclara que los gobiernos provinciales, tal como establece la Constitución Nacional, no requieren autorización de la ANMAT ni del Ministerio de Salud de la Nación para importar medicamentos”, sostiene el comunicado que emitió el organismo el pasado 4 de octubre. Agregó que “la responsabilidad política y legal de asegurar la calidad, eficacia y seguridad de lo que se decida importar corre exclusivamente por el gobierno provincial correspondiente y sus máximas autoridades, tanto el gobernador como el ministro de salud”.
El comunicado oficial fue publicado bajo el título “ANMAT pide a las provincias que fortalezcan sus medidas regulatorias”.
Sin embargo, en Salta no existe un organismo similar que pueda controlar los medicamentos.
“Soy muy cauteloso y mi equipo también”, sostuvo Mangione al referirse a la decisión del gobierno nacional que carga sobre las provincias la responsabilidad sobre el control de los insumos médicos. "No me importa qué digan otras entidades” similares a la ANMAT de Estados Unidos o de la Unión Europea, sino lo que indique el organismo local creado para tal fin “y que es reconocido mundialmente”, sostuvo el ministro salteño.
“Quiero ver como lo hace Mendoza”, añadió en diálogo con Radio Nacional al recordar que fue la gestión provincial cuyana la que solicitó al gobierno nacional un aval que luego, por interpretación del gobierno libertario, no necesitaba.
Para Mangione, la decisión tomada es un tanto “alocada”, dado que incluso se podrá importar medicamentos en zona de frontera para abaratar costos, con los riesgos que esto pueda conllevar. Entendió que detrás de estas disposiciones existen intereses de algún sector del empresariado. Sin embargo, señaló que podría ser una herramienta para poder negociar el precio de los medicamentos a la baja.
Dengue sin vacunas
Por otro lado, Mangione anunció que hoy a las 12.30 en el Centro Cívico Grand Bourg se firmarán convenios con el Foro de Intendentes para fortalecer las acciones contra el dengue.
La idea es comenzar con los trabajos preventivos ante lo que, ratificó una vez más, será un “brote histórico”, que será sufrido, sobre todo, por el área central del país, aunque para el funcionario las complicaciones se sentirán además en la región norte.
La vacuna es de las soluciones que podría haber morigerado la hospitalización y mortalidad de posibles futuros pacientes, pero en el mercado son escasas.
“Voy a reclamar en Buenos Aires” lo que había comprometido la anterior gestión a cargo del ex ministro de Salud, Mario Russo, dijo el ministro salteño. Esto implica el envió de las 20 mil vacunas completas comprometidas, de las cuales recién llegaron 6 mil primeras dosis. Mientras, en la provincia solo se registran unas 25 mil personas vacunadas.
Al problema de la escasez, Mangione añadió que especialistas indicaron que “para que la vacuna sea válida más del 60 por ciento de la población tiene que ser vacunada”. Esto implica que, en Salta se debería inocular a 800 mil personas.
“Las cosas se pueden corregir sin cerrar”
Mangione se refirió por último a la situación del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte ubicado en Buenos Aires, que el gobierno nacional había decidido cerrar pero luego dijo que seguirá funcionando pero se harían reestructuraciones. “Yo creo que son decisiones apresuradas”, opinó el funcionario salteño.
El panorama que deja la crisis que atraviesa el país muestra entre sus aristas una alta tasa de problemas de salud mental. En este momento cerrar un Hospital que apunta a contener estas situaciones “me parece descabellado”, afirmó.
Asimismo, destacó la necesidad de hacer auditorías las veces que sea preciso. Pero “las cosas se pueden corregir sin cerrar”, insistió.