Víctor Hugo Morales lanzó un durísimo cuestionamiento en su editorial de este miércoles al Gobierno de Javier Milei por los altos niveles de violencia y señaló el silencio cómplice de los medios de comunicación, que ignoran las amenazas del Presidente y se centran en el veto al presupuesto universitario, poniendo en evidencia un doble estándar en la cobertura mediática que favorece a la derecha.

El editorial de Víctor Hugo Morales

A Milei le gusta su locura. En algún rincón de su mente debe haber un espacio que le susurra que ahí radica su éxito: ser loco y sobreactuarlo. Y lo peor es que le rinde, porque sus patrones están felices.

Y está feliz una parte enferma de la sociedad. Ese sector ni siquiera asume su responsabilidad política y moral, lo ha llevado en hombros hasta la Casa Rosada.

Esa "pazzia" (locura) del personaje le permite lanzar amenazas con la peor de las violencias. A los que hacen cola por alimentos, a los que protestan en las escalinatas de los hospitales, a los estudiantes que toman universidades, les advierte: "Tengan ojo".

Porque les van a pasar cosas. Y, después, “que no vengan con el cuentito de los derechos humanos y la lesa humanidad”. "Se la están buscando", dice entre líneas. Así que si después desaparecen a alguien, si hay torturas, si se comete algún crimen, que se hagan responsables. Esta es la síntesis de lo que tuiteó Milei.

Ayer mismo, Milei lo dejó claro en un tuit: "Están avisados, zurdos... después no lloren derechos humanos y lesa humanidad". Esto es textual. "Marchas, paros, tomas... quieren derrotar al presidente con más huevos de la historia”. “Están avisados, zurdos de m... después no lloren represión". Es espantoso, pero nos está pasando.

El título de la mafia de Clarín y sus pistoleros de tinta es la apuesta del sistema a que sea vetado el presupuesto universitario. Las palabras de Milei son música para los oídos de la derecha asesina de siempre.

"Los vamos a matar", dice él, pero eso no está en las tapas, ni en letras pequeñas. Ese escándalo moral es disimulado. No es noticia. Lo que sí es titular es el veto. La amenaza de exterminio, el ataque directo a la dignidad humana, eso es solo un murmullo que pasa desapercibido.

Después de todo, ¿qué más da que reivindique a Videla o que apañe genocidas con sus visitas? Para el establishment, este sinceramiento tan cobarde es solo parte de la normalidad.