Del Gigante al cielo. Así fue ayer la despedida que hinchas de Rosario Central y familiares realizaron a Omar Arnaldo Palma, el Negro, desde el estadio donde exhibió su juego por muchos años y en el que entre el martes y ayer recibió el último saludo de miles de simpatizantes, conocidos y amigos. Con la marcha del club de Arroyito de fondo, un grupo de familiares trasladó el féretro por el campo de juego hasta el coche fúnebre que llevó los restos del ídolo al cementerio de Granadero Baigorria, donde fue cremado. El autor de la canción Los buenos tiempos, uno de cuyos versos dice “Y soy canalla desde mi más tierna edad”, lo recordó en redes sociales. “Fuiste un auténtico grande entre los grandes y vivirás por siempre en nuestros corazones”, escribió Fito Páez.

Miles de personas dieron el último adiós a Palma desde que su velatorio en el Gigante de Arroyito se abrió al público, el martes unos minutos antes de la 17. La diversa columna de hinchas, que combinó jóvenes, chicos, adultos, mujeres y varones, continuó en la mañana de ayer hasta cerca de las 10, cuando sus restos fueron retirados del estadio de Rosario Central.

Actuales integrantes del plantel profesional, ex jugadores, amigos y conocidos que atesoran anécdotas y recuerdos del Negro Palma pasaron durante esos dos días por el velatorio del 10. Entre ellos, se destacó la figura del ex Newell’s Julio Zamora, enfrentado en las canchas y amigo afuera del campo de juego.

El club del Parque Independencia también se expresó en redes por la partida del ex jugador. “El Club Atlético Newell’s Old Boys lamenta el fallecimiento de Omar Palma, exjugador y figura destacada de Rosario Central. Con respeto acompañamos en este difícil momento a sus seres queridos, y enviamos nuestras más sinceras condolencias”, sostuvo la institución.

En estos tiempos, que no necesariamente son tan “buenos” como los de la canción de Páez, muchos simpatizantes y amigos destacaron, además de la destreza deportiva de Palma, un rasgo de personalidad que no siempre abunda.

“Era un buen tipo, una buena persona”, dijo a Rosario/12 el “Turco”, un ex chofer del plantel de Rosario Central que lo trasladaba a los partidos de visitante.

“Además les hablaba y aconsejaba a los pibes, era un grande”, completó, al borde las lágrimas, mientras aguardaba en la larga hilera de hinchas para pasar por el salón Centenario del estadio y darle el último adiós al Negro.

Nacido en la provincia de Chaco pero criado en Rosario, Omar Palma se convirtió rápidamente en ídolo de Central. Así lo recordó un famoso hincha del club de Arroyito: “Hasta siempre Omar querido. La familia canalla hoy llora tu ausencia. Fuiste un auténtico grande entre los grandes y vivirás por siempre en nuestros corazones. Un gran abrazo a la familia Palma de parte de todos los Páez”, posteó Fito en sus redes sociales.

El presidente de Rosario Central, Gonzalo Belloso, acompañó a la familia durante el extenso velatorio y en declaraciones a la prensa comparó a Palma con un superhéroe: “Omar para nosotros era Superman”.

Unos minutos antes de las 10, y luego de que “el pueblo canaya” lo despidiera en el salón Centenario del Gigante de Arroyito, el féretro fue llevado por familiares de Palma al campo de juego.

Con la marcha del club de fondo –interpretada en vivo con instrumentos de percusión y trompetas- y bombas de humo con los colores azul y amarillo, el Negro hizo su último paso por la cancha en la que emocionó y alegró a más de una generación de hinchas. Dos grandes bombos quedaron al lado del coche fúnebre con la inscripción “Los Guerreros”, en referencia a la hinchada, uno con el número 1 y otro con el 0, formando el 10 que llevó Palma en su espalda en su paso por Central.

“Me vine desde San Lorenzo, me tomé un colectivo y me vine para acá, porque quería estar”, dijo a una mujer a este diario, y recordó a Palma como “un ídolo, un grande”. Muestras de desinhibida emoción y aplausos acompañaron el traslado del féretro hasta el centro del campo de juego, donde estaba la copa Conmebol que Rosario Central ganó en 1995 y que tuvo a Palma como uno de sus indiscutibles protagonistas.

Dos coches fúnebres aguardaban sobre el césped, e iniciaron el cortejo hacia el cementerio de Granadero Baigorria, donde los restos del jugador fueron cremados.

Palma, de 66 años, murió el último lunes por la noche en el hospital Italiano de Rosario.

Estuvo internado en ese centro de salud privado durante una semana, luego de sufrir un accidente cerebro vascular (ACV) en su casa de la localidad de Ibarlucea, de la que hace algunos años fue presidente comunal.

También el club River Plate, en el que jugó el Negro Palma, se hizo eco de su fallecimiento y recordó que fue “figura del fútbol argentino que dejó su recuerdo en River, donde obtuvo la Copa Interamericana 1987 y marcó el gol que definición uno de los mejores superclásicos de la historia”.

 

La Conmebol, por su parte, lamentó también la muerte de quien consideró “ídolo de Rosario Central y campeón” de esa copa en 1995.