Escribo con bronca, hoy mi motor de escritura. Con esta bronca recuerdo a Todorov. Él, en su clásico trabajo "La conquista de América", citaba las Ordenanzas españolas del siglo XVI: "Lo que hay que desterrar no son las conquistas, sino la palabra conquista. La pacificación no es sino otra palabra para designar lo mismo". 

En nombre del déficit cero se designa al saqueo, en nombre de la democracia se convalida el autoritarismo y la represión, llaman a la protesta intento de golpe de estado y a quienes protestamos nos dicen subversivos y nos persiguen con sus armas, el encierro y la intimidación. 

Este gobierno de Milei, Bullrich y el capital financiero, reprime, ajusta y hambrea, pero lo llama democracia como si fuese otra manera de designar lo mismo. Lo que están produciendo es una guerra con medios económicos y con medios represivos. Temerosos ante la pérdida de sus privilegios, Milei es el muñeco de torta que ponen en juego para sustraer recursos y restar valor a los espacios de la representación popular en su perspectiva más clásica. 

Suspender la voluntad del órgano colegiado donde radica la soberanía popular en su sentido más formal, suspenderla por la decisión autoritaria de una persona nos pone ante el mecanismo para reestablecer el poder de los propietarios. La transferencia de riquezas, transferencia de soberanía y transferencia cultural. La primera través de la bruta devaluación de diciembre; la segunda con la salida de toneladas de oro del Banco Central hacia bancos extranjeros y la búsqueda arrastrada de deuda; la tercera a través de la producción de crisis en el sistema científico-tecnológico y el sistema público universitario. 

Ni quieren sanear la universidad, ni su objetivo es auditarlas sino vaciar la potencia que cobija dentro de ellas y crear un nuevo nicho de mercado transformándola en un bien transable, en una mercancía. Si sus propios brujos lo dicen, si hasta el propio Hayek afirmaba, en una suerte de elogio de la ignorancia, que no importa porqué se hacen las cosas, sino simplemente importa el cómo hacerlas, en otras palabras, reemplazar el interrogante crítico por antonomasia por el constatacionismo conservador. 

Esta universidad me ha enseñado que todo intento del "cómo" debe ir acompañado por la pregunta epistemológica del "por qué" sin esta última estamos más cerca del automatismo maquínico que de la creación humana. 

Así como el contraalmirante Arturo Rial supo decir en 1955: “Sepan ustedes que la Revolución Libertadora se hizo para que en este bendito país el hijo del barrendero muera barrendero”, la Universidad Publica Gratuita y de calidad está para lograr que los hijos del subsuelo se subleven e impugnen los lugares que las oligarquías y las burguesías les asignaron en el orden de la dominación. 

El actual gobierno no viene a auditar, viene a restablecer el orden elitista y antipopular de la fusiladora. Hacer lo que el mercado nos manda sin preguntar, un mercado que no es ni invisible, ni tampoco impersonal. 

El déficit cero es el nombre con que bautizaron la rapiña de las riquezas públicas y comunes. Vuelvo a decirlo, aun cuando todo parezca cuesta arriba y la derrota se selle como definitiva, siempre estarán socavando de forma subterránea las resistencias gestadas en este presente ominoso pero que llevan las marcas de las luchas históricas precedentes de nuestros pueblos. Un par de traidores pudieron más que unos cuantos, pero tengan la certeza que esos cuantos no los olvidarán fácilmente.

*CIGE - UNR - CONICET