Fabiola Yañez no entregó su celular por segundo día consecutivo en España y el ministerio público fiscal de ese país decidió desistir la colaboración que prestaba para ese trámite con la justicia argentina. La noticia se conoció horas después del mensaje que la exprimera dama publicó en sus redes sociales, con letras enormes y sólo dos palabras: "Tengo miedo". 

Lo que debía realizarse en España no era un peritaje del teléfono sino una “extracción de contenido”: es decir copia de los archivos, fotos y  mensajes. Iba a enviarse al país vía valija diplomática. Y la fiscalía española la había citado para pedirle ese teléfono y hacer el trámite, primero el martes y luego ayer. Ella no apareció. Hasta aquí, el trámite era importante sobre todo para la defensa en el marco de la causa por violencia de género contra Alberto Fernández. Primero, porque permitiría un análisis original de las fotos en el marco de una controversia: las lesiones y golpes que ella le atribuye a él, él afirma que no existieron. Dijo que no hubo golpes, sí discusiones y argumentó que las marcas oscuras tuvieron que ver con un tratamiento estético en la zona de los ojos. El segundo dato importante del teléfono son las fechas de los chats y las fotografías. La defensa sostiene que algunas fechas de los golpes coinciden con viajes oficiales y no se perciben esos rastros.

Como sea, los investigadores argentinos dejaron constancia ayer de lo que ocurrió en España. “Se deja constancia que en el día de la fecha me comuniqué con la representante del Ministerio Público Fiscal de España con el objeto de conocer el estado del trámite de la rogatoria librada”, escribió el fiscal federal Ramiro González. “Al respecto se me hizo saber que la señora Yañez no se había presentado ni el día pactado ni el día de la fecha, pese a los distintos intentos realizados para que se lleve a cabo la medida requerida y con motivo de ello se devolvería el exhorto internacional en ese estado”. Sobre el tema del inquietante mensaje de Yañez, no hubo novedades en el expediente. No quedó volcada en un escrito ni consta en la justicia. Ella no pidió mayor protección ni nuevas medidas de seguridad. Por lo tanto, es posible que explique de alguna manera las razones para no entregar el celular.