En la noche del 20 de agosto de 1989, José y Kitty Menéndez estaban viendo la televisión en el estudio de su mansión de Beverly Hills cuando sus dos hijos, Lyle y Erik, entraron en la habitación portando escopetas del calibre 12. Fuentes policiales declararon a Los Angeles Times que introdujeron el cañón de una escopeta en la boca de José, que ya había recibido cuatro disparos, y que una última ráfaga le voló la nuca. Kitty, que recibió 10 disparos, intentó alejarse gateando mientras sus hijos recargaban, antes de recibir una ráfaga mortal en la mejilla. Horas después, el hermano mayor, Lyle, llamó al 911, sollozando a la operadora: "¡Alguien ha matado a mis padres!".

Ahora, 35 años después, los famosos asesinatos son el tema de un nuevo drama de Ryan Murphy en Netflix, titulado Monsters: La historia de Lyle y Erik Menéndez. En la serie de nueve episodios, Javier Bardem y Chloë Sevigny interpretan a los padres, y Nicholas Chavez y Cooper Koch a los hijos. Es la segunda entrega de la controvertida saga de crímenes reales de Murphy, cuya primera edición reavivó el interés por el "caníbal de Milwaukee", Jeffrey Dahmer. Aquella serie, titulada Monster: La historia de Jeffrey Dahmer, protagonizada por Evan Peters en el papel del asesino en serie con gafas, alcanzó la estratosfera, con mil millones de horas de visionado en sus primeros 60 días, y suscitó un amplio debate sobre la glorificación de los asesinos. Esta vez, sin embargo, las cosas son diferentes. Esta vez, los "monstruos" podrían ser las víctimas.

Durante los juicios de los hermanos, que tuvieron lugar entre 1993 y 1996, Lyle y Erik -que tenían 21 y 18 años en el momento de los asesinatos- alegaron que habían soportado toda una vida de abusos a manos de su padre, un millonario ejecutivo del mundo del espectáculo de Hollywood. Por ello, la defensa argumentó que la pareja debía ser juzgada por homicidio involuntario y no por asesinato, alegando además que José había amenazado con matar a sus hijos para que se callaran. No funcionó. El 2 de julio de 1996, Lyle y Erik fueron declarados culpables de asesinato y condenados a cadena perpetua sin libertad condicional. Pero más de tres décadas después, a tiempo para la llegada de la esperada nueva serie de Netflix, nuevas pruebas pueden liberarlos.

Dos meses después de los asesinatos, Robert Rand, periodista del Miami Herald que quizá conozca el caso mejor que nadie, viajó a Los Ángeles para entrevistar a la familia Menéndez. En aquel momento, los hermanos aún no habían sido detenidos, y la opinión generalizada era que la mafia era responsable de las muertes de José y Kitty en relación con la condición de José de rico ejecutivo de la inudstria del video hogareño.

"Pasé tres días con Erik y Lyle. No eran sospechosos, públicamente. No tenía absolutamente ninguna razón para sospechar de ellos", dice ahora Rand. "Me contaban historias muy cariñosas y emotivas sobre lo unida que estaba su familia". Poco sabía Rand que sería la primera de las muchas veces que se reuniría con los hermanos durante las siguientes tres décadas y media para una historia que definiría su carrera. Su libro de 2018, The Menendez Murders: The Shocking Untold Story of the Menendez Family and the Killings that Stunted the Nation, acaba de ser reeditado con un nuevo epílogo que revela información crucial descubierta en los últimos seis años.

Anteriormente, los hermanos afirmaban que habían ido al cine a ver Batman la noche en que mataron a sus padres. En realidad, habían tirado las armas en algún lugar de Mulholland Drive, luego habían conducido hasta un cine y comprado entradas para una película que no vieron antes de volver a casa, al lugar del crimen. Durante la entrevista de 1989, Erik le dijo escalofriantemente a Rand: "Nunca he visto nada igual, nunca veré nada igual. Parecían de cera. Nunca he visto a mi padre indefenso, y es triste pensar que alguna vez lo estaría".

En el trailer de la nueva serie de Murphy se ve a Erik y Lyle derrochando dinero tras la muerte de sus padres. De hecho, en los siete meses transcurridos entre los asesinatos y su detención, los hermanos gastaron unos 700.000 dólares. Lyle compró un Porsche 911 Carrera para reemplazar el "pedazo de mierda" Alfa Romeo que le había regalado su padre, así como ropa por valor de 40.000 dólares y un reloj Rolex de 15.000 dólares. Sus compras más excéntricas incluyeron el pago inicial de 300.000 dólares de un restaurante de alitas de pollo fritas en Princeton (Nueva Jersey), donde había estudiado.

Finalmente, Erik confesó los asesinatos a su psicólogo, Jerome Oziel. Lyle se puso furioso y supuestamente amenazó con matar al médico. Sin que ellos lo supieran, la amante de Oziel, Judalon Smyth, estaba escuchando a través de la puerta. "Nunca pensé que creyera en el mal, pero cuando oí hablar a aquellos chicos, lo hice", declaró en 1990 al periodista Dominic Dunne (interpretado en Monsters por Nathan Lane). Tras una complicada ruptura con Oziel, fue Smyth quien alertó a la policía de la existencia de grabaciones de sesiones de terapia en las que los hermanos Menéndez admitían los asesinatos de sus padres.

Tras su detención en marzo de 1990, se tardó tres años en conseguir que Lyle y Erik subieran al estrado, ya que los abogados debatían si el uso de las cintas como prueba violaba el privilegio médico-paciente. El juicio fue retransmitido por Court TV, lo que atrajo la atención internacional. "Hay que recordar que en los años 90 no había Internet ni redes sociales", dice Rand. "Así que una vez que los principales medios de comunicación fijaban el perfil o la agenda del caso -niños ricos y codiciosos matan a sus padres-, ya estaba todo cocinado. Y a la defensa le resultaba muy difícil defenderse".

Chloe Sevigny y Javier Bardem en Monsters.
 

Los hermanos admitieron haber matado a sus padres, pero sostuvieron que lo hicieron por miedo, especialmente a su padre, de quien dijeron que era un violento pedófilo. Como prueba, la defensa llamó a declarar a varios familiares. Brian Andersen, primo de Lyle y Erik, dijo que José hacía que los niños se ducharan con él después de los entrenamientos de tenis. Le dijo al jurado: "En cuanto José llevaba a alguno de los chicos a su habitación, la puerta se cerraba tras ellos, y Kitty dejaba claro que no se podía pasar por el pasillo". Otra prima, Diane Vander Molen, declaró que Lyle le había confiado los abusos cuando sólo tenía ocho años. Dijo que una noche le había pedido dormir en su habitación "porque su padre y él se habían estado tocando ahí abajo, indicando que era su zona genital".

Sin embargo, los fiscales argumentaron que aunque Lyle y Erik sufrieran abusos, eso no les daba derecho a matar. Se remitieron a la confesión obtenida durante la terapia, en la que no mencionaron la legítima defensa ni temieron por sus vidas. Los hermanos volvieron a ser juzgados y declarados culpables después de que el primer juicio acabara en empate. Ambos fueron declarados culpables de dos cargos de asesinato en primer grado y condenados a cadena perpetua. "Erik y Lyle Menéndez llevan 34 años y seis meses encarcelados, y creo que están en prisión por matar a sus maltratadores de toda la vida", afirma Rand. "El veredicto correcto para el juicio de los hermanos Menéndez debería haber sido homicidio involuntario, no asesinato".

A lo largo de las tres últimas décadas, Rand ha realizado innumerables entrevistas a miembros de la familia Menéndez y a allegados de José. El año pasado, otra presunta víctima de los abusos de José dio la cara. En la docuserie de 2023 Peacock Menendez + Menudo: Boys Betrayed (coproducida por Rand), Roy Rosselló, antiguo miembro de la exitosa banda puertorriqueña Menudo, afirma que fue drogado y violado por José cuando era adolescente. En aquella época, José era el director de RCA Records. "Creemos que Roy fue 'regalado' a José Menéndez después de que éste firmara con Menudo un contrato de 30 millones de dólares", dice Rand. En el documental, Erik le cuenta a Rand desde la cárcel: "Siempre esperé y creí que algún día la verdad sobre mi padre saldría a la luz. Pero nunca deseé que saliera así: el resultado de un trauma que ha sufrido otro niño."

Al día siguiente del estreno del documental, los abogados de apelación de los hermanos Menéndez presentaron un recurso de hábeas corpus para anular sus condenas de 1996 basándose en nuevas pruebas. La petición recoge las revelaciones de Rosselló y una carta escrita por Erik a su primo, Andy Cano, en diciembre de 1988, meses antes de los asesinatos. En la carta, que Rand recibió de la hermana menor de José y madre de Andy, Marta Cano, un Erik de 18 años escribe: "He estado intentando evitar a papá. Sigue pasando, Andy, pero ahora es peor para mí... Todas las noches me quedo despierto pensando que puede venir... Tengo miedo... Está loco. Me ha advertido cientos de veces que no se lo diga a nadie, especialmente a Lyle".

Los abogados de los hermanos esperan que se les vuelva a condenar a tiempo cumplido y se los deje salir de la cárcel. Ahora tienen 53 y 56 años. Gracias a acontecimientos como el movimiento #MeToo, sostiene Rand, nuestra comprensión de las víctimas de abusos ha cambiado drásticamente desde que los hermanos Menéndez fueron juzgados por primera vez. La fiscal de Lyle, Pam Bozanich, por ejemplo, llegó a sostener en los noventa que "los hombres no podían ser violados, porque carecen del equipamiento necesario para serlo".

"En 1993 entrevisté a todos los miembros del jurado tras el primer juicio", dice Rand. "Todas las mujeres votaron por homicidio involuntario. Todos los hombres votaron por asesinato. Todos los hombres me dijeron: 'Bueno, un padre nunca haría eso a sus hijos, ¿verdad? Creo que hemos evolucionado como sociedad en los últimos 30 años y estamos mucho más dispuestos a aceptar que estas cosas ocurren de verdad, no sólo a las mujeres, sino también a los hombres."

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Ryan Murphy, productor.
 

El reclamo de los Menéndez

Nicholas Chavez, uno de los protagonistas de Monsters: La historia de Lyle y Erik Menéndez, ha compartido sus simpatías con los protagonistas de la serie. En declaraciones a People durante el estreno en Nueva York de Grotesquerie, la otra nueva serie de Murphy, Chávez dijo: "Simpatizo mucho con los hermanos, con el hecho de que éste haya sido el momento más traumático de su vida, y que luego lo pongan en televisión para que el mundo lo vea. Imagino que será muy duro". Sobre la variada recepción que tuvo el programa, agregó: "Es un tema delicado e imagino que cada uno se está formando sus propias interpretaciones de lo ocurrido, tal y como imaginábamos y pretendíamos que hicieran".

Las declaraciones de Chávez se producen poco después de que el Erik Menéndez de la vida real, que actualmente cumple cadena perpetua en el correccional R. J. Donovan de California junto a Lyle, acusara a Murphy de lanzar "calumnias descorazonadoras". "Creía que habíamos superado las mentiras y las ruinosas representaciones del personaje de Lyle, creando una caricatura de Lyle basada en horribles y descaradas mentiras que proliferan en la serie. Sólo puedo creer que se hicieron a propósito", dijo Erik, de 53 años, en un comunicado compartido en la red X a través de su esposa Tammi.

La serie incluye los desgarradores abusos sexuales que Lyle y Erik denunciaron haber sido perpetrados por su padre, José (Javier Bardem). Sin embargo, Erik ha arremetido contra Netflix por su "representación deshonesta de las tragedias que rodean nuestro crimen". Dijo que la serie ha "tomado las dolorosas verdades varios pasos hacia atrás - atrás en el tiempo a una época en que la fiscalía construyó una narrativa sobre un sistema de creencias que los varones no fueron abusados sexualmente, y que los varones experimentaron el trauma de la violación de manera diferente que las mujeres."

"Esas horribles mentiras han sido rebatidas y expuestas por innumerables víctimas en las últimas dos décadas que han roto su vergüenza personal y han hablado valientemente. Así que ahora Murphy da forma a su horrible narrativa a través de viles y espantosas representaciones de personajes de Lyle y de mí y descorazonadoras calumnias", dijo.

Murphy respondió a las afirmaciones de Erik, diciendo a Entertainment Tonight: "Creo que es muy, muy duro ver tu vida en la pantalla. Creo que han pasado 30 años desde ese caso, es duro". Agregó que "si ves la serie, diría que entre el 60 y el 65 por ciento" del guión se centra "en los abusos y en lo que afirman que les ocurrió. Y lo hacemos con mucho cuidado y les damos su día en el tribunal y hablan abiertamente de ello". "Presentamos los hechos desde su punto de vista", dijo Murphy. "Pasamos tres años investigándolo: todo eso es cierto".