Pensar y abrazar la mapaternidad. En tiempos de cambio, esa es la propuesta de Subacuática, adaptación teatral de la novela homónima de Melina Pogorelsky, que se estrena este sábado 12 con una puesta inmersiva que combina proyecciones, luces y música y que tiene como escenario principal a la pileta del Centro Cultural y Deportivo Suterh (Venezuela 330). Con la dirección de Fernanda Ribeiz y Luciano Cáceres, y la actuación de Juan Gil Navarro, Ariadna Asturzzi, Maricel Santin y Carolina Vilar, la obra podrá verse todos los sábados a las 21. Las entradas se adquieren en el sitio de Alternativa Teatral

En una piscina, cuatro personajes se mantienen a flote. Pablo lleva cuatro años de duelo, desde que su mujer, Mariela, murió tras el parto de su hija Lola. Zambullido en el agua, mientras su hija toma clases de natación, encuentra media hora para él. En ese lugar, recuerda a Mariela, comparte tiempo con su hermana Luciana, y conoce a Alejandra, una mujer abrumada por la maternidad. “La obra aborda el hecho de aceptarnos como madres y padres, y de aceptar el modo en el que elegimos transitar ese momento de la vida”, apunta Fernanda Ribeiz, quien convocó a Luciano Cáceres a sumarse a la iniciativa. “Subacuática, sin duda, habla de una paternidad y una maternidad activas, con sus particularidades, dificultades, errores, pensamientos múltiples y el deseo de salir adelante”, reflexiona en la misma línea el actor.

-¿Cómo llegaron a formar parte de este proyecto? ¿Y qué les interesó de la propuesta?

Luciano Cáceres: -Fue Fernanda la que me acercó la novela. Y la historia me encantó, porque la vi muy cinematográfica. Como ella es directora de cine, pensé que el proyecto venía por ese lado, pero ahí me comentó que ella quería llevar el texto al teatro, y desde ese momento empezamos a soñar la obra. Así, nos embarcamos en esta locura de que el escenario fuera una piscina.

Fernanda Ribeiz: -Una amiga guionista me trajo la propuesta de dirigir Si te morís, te mato, otra novela de Melina en la cual empezamos a trabajar hace un tiempo. Y así la conocí personalmente. Pero antes ya había leído sus sagas Los Súper Minis y Las Súper 8. Y ese proceso me llevó a leer Subacuática, que era su primera novela para adultos. Esa lectura me zambulló en un relato que abrazaba todas las formas de maternar y paternar. Me recordó mi propia maternidad y sentí una calma que es la que te da el agua cuando nadás. Y enseguida la visualicé como obra de teatro y no pude soltar la idea. Ahí la llamé a la autora, que le encantó la propuesta. Y también hablé con Luciano, porque hacía mucho que queríamos hacer algo juntos. Yo vengo de la dirección de cine y él tiene una experiencia muy jugada en la dirección teatral, entonces este proyecto nos trajo la posibilidad de trabajar en una puesta que va a fondo, en todo sentido.

-La obra transcurre en una pileta real, lo cual le otorga más realismo a la puesta. ¿Cómo trabajaron eso desde la dirección?

F. R.: -Fuimos armando la puesta en escena en función a lo que propone la pileta como escenario. Entendimos que el agua es el común denominador de este relato, y cuando se volvió parte fundante de la puesta, todo creció. Entendimos que para pasar de un plano a otro había que atravesar el agua, nadar, bucear y sumergirse, y ese era un tiempo de relato y puesta que necesitábamos entender para poder contarlo. El agua es un personaje más.

L. C.: -Trabajar con agua generó algunas complicaciones, pero al mismo tiempo también nos dio la libertad de poder imaginar otros tiempos, salir de lo cotidiano a la hora de actuar las escenas y pensar otro tipo de acciones. De alguna manera, algo que parece que nos podía limitar se volvió a su vez algo que expandió la propuesta y se transformó en una gran experiencia que va más allá del hecho de contar una historia.

-¿Cómo fue el proceso de trabajo teniendo en cuenta que esta es una adaptación de una novela? ¿Trabajaron en conjunto con la autora?

F. R.: -Sí. Trabajamos juntas en una primera versión. Después, ella abordó la dramaturgia desde un proceso más personal, y desde ese nuevo texto empezamos a trabajar la dirección, el recorrido de los personajes y la puesta. A medida que el pasaje del texto a la pileta requería reformular algunas situaciones, las trabajamos siempre con ella. Porque si elegimos adaptar una de sus novelas es porque algo de su pluma, su estructura y sus personajes nos fascinaron. Entonces, poder sostener lo que ahí se cuenta es fundamental.

(Imagen: JJ Hanss)

-La obra explora la complejidad de la paternidad y la maternidad. ¿Creen que hoy hay mayor libertad para ese ejercicio de desmontar los mandatos y los lugares comunes que existen en torno a esos vínculos?

F. R.: -La obra abraza todas las posibilidades de maternidad y paternidad sin juzgar, y eso es una forma de desarmar los mandatos y prejuicios acerca de cómo se debe ser padre o madre. Eso es lo más fascinante de Subacuática. Alejandra es una madre que está sobrepasada por su maternidad, pero que sin embargo la vive con una libertad absoluta. Se acepta como es en ese tránsito y, con lo que puede y con lo que tiene, avanza, sonríe y ama a su hijo. Eso es maravilloso. Y Pablo, por su lado, es un padre que le dedica todo su tiempo a su hija y piensa sólo en ella. Encarna ese tipo de paternidad que no quiere soltar ni perderse nada. Y eso es lo que él elige y lo que puede, hasta que entiende que también puede tener un tiempo para él.

L. C.: -En lo personal, lo que más me cautivó de esta obra es que, precisamente, nos permite poder hablar de cómo cambiaron los tiempos, y visibilizar que por suerte hoy hay paternidades más presentes. Pablo se plantea cosas que me pasaban a mí llevando a mi hija a natación, casi con la misma edad de Lola, como la dificultad de no poder entrar a un vestuario a cambiarla. Hoy existen lugares que, de a poco, van modificando estas cuestiones y se adaptan a esta realidad de una paternidad que se involucra.

-En este aspecto, en el cine y el teatro se suele hablar más de los mandatos y las culpas asociadas a la maternidad, pero aquí se abre el espectro y también se invita a poner el foco en las vivencias del varón. ¿Qué reflexiones advierten que habilita la obra en este sentido?

L. C.: -De un tiempo a esta parte, creo que hay propuestas que empiezan a hablar de estos avances, y agradezco que sea así. El mundo que propone Subacuática es muy enriquecedor, porque habla de varios planos, habla del pasado, del presente y del futuro y también de una crianza amorosa y activa. Y a mí me gusta generar este tipo de experiencias que interpelen, que permitan hacer reflexionar y que muestren otras realidades.