Como no podía ser de otra manera, el anuncio de Rafael Nadal desencadenó un interés mayúsculo por ver su adiós del tenis y, como las entradas para los partidos de España en la Copa Davis de fines de noviembre ya estaban agotadas de antemano, los que se dispararon fueron los precios de la reventa: van desde los 1.500 hasta los 34.500 euros.
Hace dos semanas que se agotaron los abonos para las Finales, a jugarse por tercer año consecutivo en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena de Málaga, debido a la gran expectativa ya generada por la presencia del "joven maravilla" Carlos Alcaraz y de Nadal en el equipo seleccionado por David Ferrer.
A poco más de un mes para el comienzo del torneo, que coincidirá con el Mundial femenino de la Copa Billie Jean King también en Málaga, es imposible conseguir por la vía oficial una entrada para el España-Países Bajos de cuartos de final.
Por eso, la única opción es la reventa, cuyos precios siguen creciendo día día según puede observarse en los sitios web de compraventa y aplicaciones especializadas. Los precios oficiales de las entradas para esta edición de las Finales oscilaban entre los 40 euros y los 525 de los palcos VIP en cuartos; desde los 53 hasta los 595 en las semifinales; y desde los 63 hasta los 650 euros para la final. Ahora, se puede encontrar una "grada media" por 34.541 euros.
La Federación Internacional de Tenis confirmó que habrá un acotado cupo de entradas todavía bloqueadas para los países que avancen de ronda a las semifinales y después a la final, por lo que, en el caso de que España avance en dichas fases, se abriría dicha opción.
La capacidad habitual de los partidos de básquet del Unicaja en el Martín Carpena es de 10.600 espectadores pero la particularidad de la cancha de tenis hace que este se reduzca, ya que se colocan dos fondos que sirven de palco para las autoridades.
La noticia del adiós de Nadal ha generado este tsunami de expectativa en Málaga, lugar elegido por esta leyenda del deporte para despedirse, y que quedará pequeño para un acontecimiento de tal magnitud, generando un contraste notorio con lo que se viene viendo en la Davis desde que cambió su formato: tribunas vacías y desinterés creciente, tanto que hace año y medio terminó cerrando la empresa de Gerard Piqué que se hizo cargo de "renovar" el certamen.