Desde septiembre, por primera vez, la cantidad de bonaerenses que desaprueba la gestión del presidente Javier Milei supera a la de los que lo aprueban, en consonancia con los vetos a las leyes de presupuesto universitario y movilidad jubilatoria. Apenas el 17 por ciento de la población tiene expectativas favorables respecto del futuro. Dos tercios creen que Milei debería ser menos agresivo y este universo incluye al 60 por ciento de los que se identifican como libertarios.
Los datos surgen del “Informe Provincia de Buenos Aires”, que la consultora Ad Hoc realizó a mediados del pasado mes de septiembre, sobre una base de 1200 casos respetando cuotas de sexo, edad y nivel educativo, con metodología mixta y un margen de error de 2,8 puntos.
Ad hoc mide el nivel de aprobación del gobierno nacional en territorio bonaerense desde abril pasado. Entonces, cuando comenzó la serie, Milei tenía 54 puntos de aprobación y 44 de desaprobación, con un diferencial positivo de diez.
Desde entonces, mes a mes, la diferencia se fue reduciendo, conforme las políticas de motosierra y licuadora fueron impactando en la vida cotidiana. Sin embargo, la variación intermensual de agosto a septiembre debería encender todas las alarmas de la casa de gobierno: en ese único mes, la desaprobación aumentó cinco puntos, de 47 a 52, y la aprobación cayó casi en la misma proporción, de 52 a 48.
Aunque existe aún cierta paridad entre ambas opiniones, otro dato confirma la percepción de agotamiento de la sociedad respecto del ciclo político iniciado hace apenas diez meses.
Dentro del 52 que desaprueba, hay un 43 que “desaprueba mucho”. En cambio, entre el 48 que aprueba, los que “aprueban mucho” son sólo el 26 por ciento: poco más de la mitad del segmento, cerca de la cuarta parte del universo total.
La aprobación del gobierno nacional es mayor entre los jóvenes menores de 29 años y va decreciendo con la edad. También es mayor en el segmento socioeconómico alto y va decreciendo conforme se desciende en la pirámide.
La posible explicación de ambos fenómenos radica en que los de mayor edad conservan recuerdos y experiencias de la crisis de 2001, a la que se llegó con políticas como las que Milei intenta reeditar, hecho que para los más jóvenes es apenas un “relato de los viejos”.
A su vez, la aprobación de los sectores más altos se vincula tanto con la mayor cantidad de recursos para hacer frente al ajuste como por la identidad e ideología antiperonista, dominante en esa franja.
Comparado con el pasado reciente, es decir, al inicio del presente ciclo, un año atrás, el 46 por ciento manifiesta estar peor, contra un 17 que refiere estar mejor. Sin embargo, donde le va peor a la administración libertaria es en materia de expectativas futuras. Lo que hasta hace poco parecía su principal activo, comenzó a evaporarse. Sólo el 26 por ciento sigue creyendo que estará mejor en unos meses.
En cambio, si se suman los que creen que estarán peor (42 por ciento) y los que creen que estarán igual de mal (14 por ciento), suman 56, más de la mitad del total y más del doble de los que conservan esperanzas.
El estudio también contiene un llamado de atención al estilo de comunicación presidencial. Dos tercios de los bonaerenses consideran que el presidente debería contener o moderar su agresividad. A diferencia de los ítems anteriores, donde los más jóvenes son más indulgentes, esta percepción atraviesa generaciones, clases sociales e incluso identidades políticas.
Alcanza al 89 por ciento de los que se consideran peronistas, al 94 por ciento de los que se consideran kirchneristas, al 85 por ciento de los que se sienten representados por el Pro, principal aliado y sostén político del oficialismo, y también al 54 por ciento de los que se reconocen libertarios.
El estudio incluye un módulo de imagen de dirigentes provinciales. Allí, el ahora libertario José Luis Espert, que se preparaba para encabezar la boleta de diputados pero no es del agrado de Karina Milei, tiene 29 puntos de imagen positiva, 41 de negativa y un diferencial negativo de 12.
En el oficialismo, la mejor performance es la del ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, con 27 de positiva, 29 de negativa y 30 de desconocimiento. El diferencial de tan sólo 2 puntos negativos y, más aún, el alto desconocimiento, son llamativo para quien, antes de ser ministro provincial, fue dos veces intendente y una ministro de la nación.
Conversación digital
La misma consultora también "escucha" y analiza las redes sociales. En su último informe, fechado este viernes, bajo el título "El impacto se desinfla", explican que "Milei sigue siendo el político más mencionado en redes sociales pero ya no es lo que era", dicen y explican: "El desgaste de su figura que evidencian las encuestas es un correlato de la caída de las menciones que se observa sostenidamente desde julio. Su protagonismo en el ecosistema digital cae hace cuatro meses, bajó de 13 a casi 8 millones de menciones. Redes, rating y encuestas dicen lo mismo. El presidente no pierde centralidad pero sí interés".
"Está cambiando el escenario, pierde interés porque se repite a sí mismo y porque va abandonando la figura de outsider y asumiendo lo que es, un político. Podríamos decir que estamos frente a la transición que va de lo abstracto a lo concreto. Caen los indicadores asociados a la expectativa de cambio y centralmente las preocupaciones vinculadas a salario, empleo y pobreza", agrega.
"Lo que algunos ven como desgaste es tal vez la consolidación de una base de apoyo que no soltará fácilmente la mano del presidente. No se gobierna para todos los argentinos, ni siquiera para todos sus votantes". "Milei gobierna para el 30 por ciento y para Twitter", concluye el informe.