El gobierno que acusó a las universidades de actuar como centros de adoctrinamiento, es responsable del repentino brote de politización y radicalización estudiantil que hace recordar a los años ‘70. El veto a la ley de financiamiento universitario, su aprobación y la ofensiva oficial para destruir a la universidad pública tuvieron el mismo efecto que patear a un león dormido. Javier Milei acusó de adoctrinamiento cuando menos participación política había en las universidades. Fue una gran mentira y ahora deberá confrontar con un movimiento estudiantil fortal