Dealer

1999

Can, un joven cuyos padres emigraron desde Turquía, a su vez padre de una pequeña niña, pasa los días vendiendo drogas en el barrio berlinés donde vive, a pesar de los constantes pedidos de su novia de que abandone ese estilo de vida. Las pastillas, los sobres con cocaína y los ladrillitos de marihuana pasan de sus manos a las de los compradores, otros muchachos de su edad. El dinero va a parar al bolsillo del mandamás de esas manzanas suburbanas, otro inmigrante turco que le ha prometido el puesto como encargado de un bar que está a punto de abrir. La amenaza constante de un agente de la policía encubierto pone en el horizonte la posibilidad más temida: la cárcel. Lejos de los géneros puros y duros, el segundo largometraje de Thomas Arslan pone en práctica algunas de las enseñanzas de Robert Bresson en un relato realista y crudo, pero nunca miserabilista. La también realizadora Angela Schanelec –como el de Arslan, uno de los nombres más relevantes de la así llamada “Escuela de Berlín”– hace un cameo amistoso en un par de escenas.

Vacaciones

2007

Karoline Eichhorn y Uwe Bohm, cuyos rostros volverán a aparecer en pantalla en En las sombras tres años más tarde, aunque en roles muy diferentes, interpretan a dos de los personajes que salen de vacaciones de verano en familia, en una casa de campo con bosque y lago cercanos que parece sacada de un sueño hecho realidad. Claro que, como suele ocurrir, el reencuentro de madres, hijos, padres, abuelos y sobrinos no es todo lo apacible que podría imaginarse en un primer momento. Más tarde o más temprano, alguien dirá las fatídicas palabras: “Venir a pasar las vacaciones acá ha sido un verdadero error”. Cuatro generaciones “encerradas” en un mismo ámbito bucólico, Verano es un drama con toques de humor naturalista alejado por completo de los estereotipos y clichés habituales en este tipo de relatos. Para Arslan, la película es, “en el fondo, un intento de aceptar que las familias son siempre un grupo formado por historias de amor exitosas y otras fracasadas, vínculos que deben volver a ponerse a prueba constantemente”.

En las sombras

2010

El personaje de Trojan, encarnado por el actor Misel Maticevic, tiene su primera historia cinematográfica en uno de los films más valorados del realizador. Aquí no se trata de robar un cuadro sino de hacerse con un botín usual en el cine de “golpes” criminales: un camión de caudales. Ostensiblemente mucho más diurna que su secuela, En las sombras presenta en sociedad a un personaje no tanto misterioso como inescrutable, un ladrón solitario que se maneja con sus propias reglas de juego sin deberle nada a nadie. En el momento del estreno, Arslan declaró que Trojan “es un hombre que casi no tiene biografía. El origen de su nombre no es claro, y eso es deliberado. Lo elegí porque a mis oídos suena bien. Casi todo lo que sabemos sobre este individuo se transmite únicamente a través de sus acciones”. Desde luego, el centro de las tensiones dramáticas se ponen en marcha cuando el robo, que sale a la perfección, comienza a tener consecuencias inesperadas ante la presencia de otro criminal acechando en las sombras.

Gold

2013

Para su primer largometraje rodado fuera de Alemania (y su primer film de época), Arslan describe el viaje de un grupo de inmigrantes alemanes recién llegados a la Columbia Británica en plena fiebre del oro, en el verano de 1898. Con un papel protagónico de la estrella del cine germano Nina Hoss, el choque entre el estilo minimalista del realizador y los imponentes paisajes naturales dan como resultado una película particular, en la cual el western de aventuras parece renacer de las cenizas. “Gold es especial porque es mi única película histórica. Nunca fue mi intención hacer un western y todo surgió por un diario íntimo escrito por una mujer que hallé casualmente”, declaró el realizador en el Festival de Berlín hace once años. “Eso me llevó a investigar el tema, porque para mí la película debía ser la historia de unos inmigrantes que intentan iniciar una nueva vida. Hoy, en Alemania mucha gente debe lidiar con sus sentimientos hacia los inmigrantes, pero al ir atrás en la historia se produjo algo similar a la inversa”.