“…Creo porque es absurdo…” expresión atribuida a San Agustín . .Sigmund Freud.
“..En nuestros días, tendemos a temer el futuro tras haber perdido confianza en nuestra capacidad colectiva…” Zymunt Bauman
En la modernidad la primera conquista de la población fue la individuación, es decir el individuo como sujeto de derechos, fue la conquista superadora al feudalismo. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789 y la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791, marcaron todo un avance para la individualidad, integral, única e irrepetible. Las personas lograban rupturar la geografía medieval y la del poder dominante de otrora. El desencanto, que señalaba Max Weber, rompería la homogeneidad de la servidumbre feudal. El salto cualitativo se daría cuando se pudo ver más allá de lo visto, cuando la razón comulgó con la realidad. Es el desencanto el que abriría la puerta hacia la modernidad. Y, desde allí es que nacería la esperanza de una vida mejor. Eran también los tiempos desde donde emergía la consolidación de la geometría de los cuerpos; reclamando para sí una nueva subjetividad para una nueva materialidad. Era la escenografía de Prometeo hecho pueblo, vertiendo el fuego de la subjetividad razonada en los espíritus de los cuerpos. El desencanto esperanzador construye más salud que miles de engaños. Lo mágico desaparece y coaja la realidad. No hay mayor confutación a la inequidad social ambiental que el desencanto a las mentiras vertidas por el dominante para seguir depredando. En la literatura científica hubo grandes desencantadores que ayudaron a la humanidad a crecer. El espíritu emancipador y esperanzador del desencanto, es el que nos alimenta a señalar la actual fragmentación perceptual. La segmentación y tabicación mental está en plena vigencia. Veamos, en la modernidad científica con los métodos inductivos, deductivos y comparativos podían las personas vislumbrar las consecuencias de un acto de maldad depredatoria social y ambiental. Actualmente con la fragmentación y la exogenia (formación subjetiva consumista) de mercado autoritario, está parcelada la sensibilidad y participación pública, que sólo se focaliza al paisaje de cada acto, expulsando todo análisis de las consecuencias. Más del 52, 9% de la población en Argentina es pobre , 7 millones de personas de nuestro país no accede al agua segura integral los 365 días del año, padeciendo pobreza e indigencia de agua, el 70% de los empleados cobra por mes menos 550 mil pesos y están por debajo de la línea de pobreza ante la Canasta Básica Total que asciende a $939.886. No obstante la gravedad de lo señalado anteriormente, las autoridades nacionales no han declarado una emergencia económica, alimentaria, sanitaria y del agua. El gobierno nacional se fragmenta en focalizaciones de supuestos equilibrios económicos sin considerar los graves perjuicios a la vida social y familiar de la comunidad. Es el equilibrio que desequilibra la vida, arrasándola. La fragmentación social se refleja no sólo en los barrios populares desarticulados, sino también en las percepciones consentidas y parceladas.
La fragmentación perceptual de las autoridades también se puede observar con la grave bajante actual del río Paraná. Dado que no analizaron de parte del gobierno nacional lo suficiente e integralmente las consecuencias subyacentes respecto a la comunidad ictícola, a la flora, a la fauna, a la situación de los pescadores artesanales, a la exposición ígnea de los humedales, al tráfico económico agrario y a las consecuencias ecológicas al profundizar más el dragado por la aguda la bajante. Otrora podemos también observar esta insuficiencia de percepción en el Tratado de la Cuenca del Plata. El mismo establece el principio de cooperación y colaboración entre las partes signatarias. Sin embargo, se han construido 57 represas hidroeléctricas en Brasil en la cuenca del Paraná. ¿Cuál ha sido la evaluación de impacto ambiental ante semejante cantidad de represas?, es una pregunta sin respuestas. En el año 2020 la Cátedra del Agua de la UNR, requirió a las autoridades del Tratado de la Cuenca del Plata, una explicitación respecto al control, verificación y estudio de impacto ambiental que hayan realizado a Brasil, en cooperación con los países suscribientes. Estos son ejemplos de la fragmentación perceptual que daña la posibilidad de un proceso de sociedad armonizada con equidad social y ambiental.
La fragmentación perceptual es el proceso cognitivo limitativo, reduccionista, anticientífico, deshumanizado y negacionista de la totalidad de las consecuencias negativas de un acto o proceso que perjudica en el presente y/o en el futuro al ambiente de la vida. Veamos otro ejemplo de reducción perceptual intencionada, respecto a la ciencia económica,. La misma es una disciplina de las ciencias sociales y los neoliberales hacen prevalecer los análisis macroeconómicos sobre los microeconómicos. Siendo los microeconómicos los más importantes porque conforman la vida cotidiana de las personas. ¿Cuál es la valía de los equilibrios macroeconómicos en una disciplina de aproximaciones como la económica, cuándo hay millones de personas que pierden tiempos de sus vidas por la miseria de agua en su diariedad? Así, 4000 infantes y adultos mueren cada 24 hs en el mundo por miseria de agua. Si las personas viven 691.200 horas en un lapso etario de 0 a 80 años, entonces, viene la pregunta de la razón ¿ qué sentido tiene para dicha humanidad que por el equilibrio fiscal y comercial se le extraen 100 mil horas de su vida por el mal vivir macroeconómico?. ¿cuál es el encantamiento que hace que la vida se olvide que es vida y no muerte?. ¿por qué el pensamiento fragmentado que no mide consecuencias dañinas en lo micro, tiene adeptos?. Analicemos una cercanía de respuestas, en los 80´del siglo pasado triunfó y se consolidó en los 90´la mercantilización de la vida, así incidió en las autoridades estatales en su momento, y lo es actualmente en el accionar de los dominantes, focalizados absolutamente en lograr equilibrios fiscales, aunque para ello violen derechos humanos fundamentales: como la salud, la educación universitaria pública gratuita y de excelencia, los derechos sociales, el derecho laboral, la humanización de las relaciones y el rechazo a toda solidaridad.. Este triunfo psiconeoliberal de fragmentación mental, es tan agudo que se lo puede ver no sólo en lo antes señalado sino también en muchas manifestaciones culturales, donde los medios de comunicación y las redes cumplen un rol esencial. Logrando configuraciones performativas. Así, se vislumbran conductas guionadas, movimientos corpóreos mimetizados por videos y fotos, miradas cinematográficas y parcialidades de gestos: es decir los cuerpos de las personas en las redes se encuentran segmentados. No queda allí el fenómeno sociológico, también hay que señalar la cultura de la crueldad. Hay una estetización de lo malo como beligerante implacable contra el amor, la armonía y la salud de la equidad socioambiental. La consigna de la época pareciera ser que el mal “garpa” y la bondad “gasta”
En la Tierra donde ganó Caín, la bondad, la amabilidad, el estudio, la solidaridad y la justicia social se convierten en la mayor de las positivas transformaciones superadoras a realizar frente a la fragmentación perceptual. Son muchos los pensadores que nos pueden ayudar, pero el inicio de una nueva subjetividad, es desencantarnos de lo malo, y encantarnos de la razón, por dura que ésta sea y la herramienta la tenemos en la educación de la universidad pública, gratuita y de excelencia.
Defendamos siempre el derecho a educarnos en el pensamiento crítico y no fragmentario. Para ello, debemos sentirnos en los ecos transformadores de la Reforma Universitaria de 1918 y 1949, y en lo que señaló Martín Heidegger cuándo expresaba “el inicio es aún” y que es la vigencia de los grandes valores humanísticos que están presentes, no atrás sino adelante: democracia, igualdad, educación pública gratuita universitaria de excelencia y equidad socioambiental.
(*) Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales. Magíster en Ambiente y Desarrollo Sustentable , Cientista Social, Abogado, Especialista en Ambiente y Desarrollo Sustentable y Docente de la UNR Fcpolit