“Nosotros acá no pensamos modificar nada”, dijo a Rosario/12 el secretario de Gobierno municipal, Sebastián Chale, luego de que el Concejo Deliberante de la ciudad de Santa Fe aprobara esta semana, por unanimidad, el uso de plataformas como Uber y Cabify y habilitara hasta un 50% más de vehículos para prestar el servicio que comparten con taxis y remises. El funcionario puntualizó que las apps pueden funcionar en Rosario, pero adaptándose a la ordenanza que las regulas, que entró en vigencia en agosto pasado. Y, a diferencia de la capital provincial, “lo que nosotros no queremos son licencias nuevas”, en un mercado cuya demanda mengua.

La sanción esta semana en la ciudad de Santa Fe de una ordenanza que habilita el ingreso de aplicaciones como Uber al sistema de transporte urbano sumó presión en Rosario. El intendente, Pablo Javkin, habló del asunto."Nuestra idea es legalizar. La condición es cumplir con la ordenanza”, dijo el jefe político de la ciudad, para quien “no hay ningún beneficio que tenga una aplicación ilegal que hoy no tenga nuestro sistema legal”.

Sin embargo, la presión que aplicaciones como Uber –originada en 2009 en San Francisco, Estados Unidos, y luego globalizada- generan en el mercado, no son jurídicas sino económicas: ofrecen tarifas más accesibles y, al menos en un inicio, comisiones atractivas para quienes se sumen como choferes “autónomos”. De hecho, el valor de la tarifa lo regula el mercado, por medio de la relación entre oferta y demanda. En horas pico es más cargo, cuando la demanda se reduce el precio también.

“El otro tema es la tarifa. Porque Uber fija su propia tarifa. Algunos dicen que Uber hoy tiene una tarifa muy accesible pero, una vez que logró una posición dominante en el mercado, pone la tarifa que quiere”, sostuvo Chale en diálogo con este diario.

En ese sentido, recordó: “Hicimos una modificación en la ordenanza de la aplicación, porque la tarifa fija es medio de otra época, entonces pusimos un más menos 20% para que las propias aplicaciones puedan jugar con la tarifa en horarios picos, horarios de baja de demanda, para que puedan generar algún tipo de atractivo, promoción y competencia”.

El año pasado el Concejo Municipal de Rosario sancionó la ordenanza 10.554, que regula el uso de aplicaciones para el servicio de taxis y remises. El Ejecutivo la reglamentó en agosto último y es la que está en vigencia. Entre otros puntos, creó un “Registro de Plataformas Electrónicas de Transporte” y estableció pautas para regular el servicio.

El secretario de Gobierno explicó que la sanción de la ordenanza santafesina no generó la necesidad de modificar la rosarina. “Vamos a poner a prueba este sistema nuevo con sus reformas; el verano va a ser la prueba de fuego, está lo del viaje compartido que todavía no se empezó a ver. Vamos a ver cómo funciona y lo vamos a evaluar”, dijo Chale.

“No se adapta”

¿Por qué Uber no opera hoy legalmente en Rosario?, preguntó este diario. “No opera porque no se adapta a la última ordenanza que se aprobó. Nosotros a las aplicaciones las admitimos, todas, siempre que cumplan con algunas condiciones, como inscribirse en un registro”, respondió el funcionario.

La conocida “She Taxi”, una aplicación que ofrece servicios de transporte conducido únicamente por mujeres, fue una de las que pudo regularizarse a partir de la entrada en vigencia de la nueva ordenanza local. “Movi Taxi”, la app municipal, ya existía y también quedó incluida en la normativa.

Chale recordó que en la ordenanza local pusieron un tope a la comisión que pueden cobrar las aplicaciones, porque "muchas veces terminan siendo abusivas sobre el chofer. Y siempre que operen con vehículos con licencias”.

Esa es una diferencia central con la norma aprobada el jueves por el Concejo santafesino, que estableció la cantidad de vehículos a autorizar con un máximo el 50% de los vehículos actualmente habilitados por el municipio como taxis o remises, que son unos 1.200. Es decir que podrían incorporarse hasta 600 nuevos coches al servicio.

En Rosario, ése es un límite. “Lo que nosotros no queremos son licencias nuevas. La diferencia con Santa Fe es que su ordenanza habilita hasta la mitad de las chapas que ya están en la calle. Nosotros creemos que no es un momento para agregar chapas a la calle”, explicó el secretario de Gobierno.

Como en los 90

Entre otras variables, las posibilidades de crecimiento de aplicaciones como Uber o Cabify, en mercados regulados como el rosarino, mejoran en contextos de crisis, cuando la “malaria” tiende a suavizar aspectos legales.

El miembro del gabinete de Javkin recordó un escenario similar a fines de los 90. Entonces, cuando el mundo digital aún usaba pañales, la “competencia desleal” al status quo del transporte legal lo representaban los llamados remises sin licencia.

“Como en los 90 fueron los remises truchos, que se pagaba más barato porque no tenía la carga del remis legal, que además tenía un seguro más caro y debía cumplir con algunas exigencias legales”, recordó Chale. “Hoy es la versión plataforma, que lo que le permite al chofer es no estar deambulando, buscando viaje, sino trabajando punto a punto. En Latinoamérica muchos de los Uber son eso”, añadió, en relación a una chance de generar ingresos inmediatos, pero de difícil sostenimiento a mediano plazo.

El titular de Gobierno sabe que “es cierto que las aplicaciones funcionan, la gente las adopto” y, paralelamente, “el control es materialmente muy difícil”. Un caso de tensión entre mercado y Estado.

“En Europa se lo ha combatido mucho, pero no existe ciudad en el mundo en el que el control haya sido efectivo”, dijo Chale, porque “estás controlando gente que va en un auto. Se debería hacer una tarea casi de Inteligencia”.

Por eso, el gobierno local apuesta a “legalizar” las aplicaciones, pero con condiciones y sin largar a la calle nuevas licencias. En los hechos, desde hace tiempo muchos taxistas descargaron la aplicación en sus celulares y prestan el servicio para Uber o Cabify.

“No tenemos una situación de conflicto, porque muchos taxis están usando Uber”, dijo Chale, para quien “la única situación sería que acepte alguna mínima condición que estamos plateando para inscribirse en el registro de aplicaciones y operar”.

Hasta el momento, las aplicaciones apuestan a ganar espacio en el mercado e imponer, desde esa posición dominante, sus propias reglas.

En Santa Fe

La ordenanza aprobada por unanimidad el último jueves en el Concejo santafesino establece, como la de Rosario, que las aplicaciones deberán inscribirse en el registro municipal, constituir un domicilio legal en la ciudad capital, designar un representante, apoderado o encargado de negocios que tenga residencia permanente allí y exigirle a cada conductor la licencia de conducir profesional.

Las plataformas digitales deberán presentar cada mes la nómina de conductores y vehículos registrados y abonar la alícuota correspondiente al Derecho por el Servicio de Transporte de Personas. También se les exigirá un seguro establecido por la Resolución 615/19 de la Superintendencia de Seguros de la Nación, de una compañía argentina.

Paralelamente, el Concejo santafesino aprobó una norma que reduce la carga tributaria de taxis y remises, por lo que dejarán de pagar tasas como el Derecho de explotación del servicio de automóviles de alquiler; Inspección mecánica de vehículos; Derecho a la cesión y cambio de titularidad; y el Derecho a desarrollar actividades en la vía pública.

 

Además, el órgano parlamentario estableció una tarifa máxima para el servicio, pero habilitó la negociación entre partes, a la baja. Algo similar a lo que Chale explicó en relación a la norma local, que habilita un “regateo” de hasta el 20%.