Las fuerzas de seguridad no son entrenadas para disuadir a quienes ejercen su derecho a manifestar. El objetivo es enfrentar, golpear, gasear e incluso provocar lesiones. A tal punto que en uno de los entrenamientos a cargo de la Policía Federal (PFA) terminó herido y hospitalizado un agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que ahora no puede ni trabajar, algo que se intentó ocultar