Javier Milei arremetió contra la universidad pública, una vez más, en el discurso con el que celebró el cambio de nombre del Centro Cultural Kirchner.  “La universidad ha dejado de ser una herramienta de movilidad social para convertirse en un obstáculo para la misma”, dijo en la inauguración del Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento, donde aseguró que el sistema “no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y los ricos, la clase media alta”. 

A tres días de haber obtenido el aval parlamentario para poder vetar la norma que destinaba 738.595 millones de pesos para financiar las universidades nacionales, el Presidentes aseguró que “el mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres hacia los ricos, cuyos hijos son los únicos que llegan a la universidad con los recursos, la cultura y el tiempo común para poder estudiar”.

La insitencia sobre el debate da cuenta de que las masivas movilizaciones de las últimas preocupan tanto a Milei que continúa su pelea acusando a "la casta" de "apropiarse de causas nobles" para ponerlas a jugar en su contra. Sin embargo, continúa con los ataques que, desde la comunidad universitaria profundiza las acciones de resistencia

Luego de que se confirmara el veto, las repercusiones no tardaron en llegar en cada una de las casas de estudios situadas en la provincia de Buenos Aires. Las manifestaciones, las clases públicas y las vigilias se desparramaron por todo el territorio bonaerense, el rectorado de la Universidad Nacional de La Plata fue uno de los casos más sobresalientes. Allí, miles de estudiantes se reunieron en avenida 7 entre 47 y 48, en plena capital bonaerense, para manifestarse a puro canto, bombo y platillo. 

Las banderas colmaron la entrada, las escalinatas, y luego el patio interior y los balcones del rectorado. BuenosAires/12 dialogó con Valentina González, la consejera superior de la Universidad Nacional de La Plata por el claustro estudiantil, que de entrada fijó cuál debe ser el eje de la discusión: "Es fundamental que la discusión sea mancomunada y entre todos, porque esta situación la sufren docentes, no docentes y graduados, pero hay que poner el foco en los estudiantes, porque somos los primeros en caernos del sistema universitario".

González asegura a este diario que la vigilia y el ruidazo fueron "una respuesta inmediata" del movimiento estudiantil y la comunidad universitaria en su conjunto, pero remarca: "El revuelo que causó la medida de Milei se explica también en la necesidad urgente que tenemos de encontrarnos, porque uno de sus principales enemigos siempre fue la universidad pública y todos los que la habitamos, transitamos y defendemos día a día".

La consejera estudiantil asegura que lo que hace el Gobierno nacional con el congelamiento presupuestario, los salarios por debajo de los índices de pobreza y el congelamiento de las becas Progresar "demuestran que la emergencia es universitaria en su conjunto, pero también entendemos que a los estudiantes nos afecta particularmente". "Nosotros no vivimos de la universidad, no trabajamos allí, y ahí es donde entra en juego lo que le está pasando a las juventudes y al pueblo argentino en su conjunto, que es que aquellos que están en la universidad pública tienen dos o tres trabajos para sostener una cursada por cuatrimestre", agrega.

Franco trabaja todas las mañanas de 8 a 14 y cobra alrededor de 500 mil pesos. De 14 a 19 es el tiempo que utiliza para cursar todas las materias que pueda de la tecnicatura superior en periodismo deportivo, ya que a esa hora de la tarde ingresa en un kiosko que está a dos cuadras del café, donde trabaja hasta las doce de la noche. Allí gana unos 400 mil pesos.

"Por cuatrimestre puedo hacer, como mucho, cuatro materias. Se me complica porque no hay muchos horarios de cursadas disponibles, pero aunque los hubiera, no me da la cabeza ni el tiempo para llevar adelante tantas cursadas", explica el joven de 21 años a este diario. "Muchas veces pensé en dejar, porque los dos laburos los tengo que mantener ya que vivo solo y de otra forma no llegaría a fin de mes, pero hago lo que puedo y sigo a pesar de que a veces tengo que dejar alguna que otra materia", agrega.

Comenta que, con un amigo de la facultad, están planeando irse a vivir juntos el año que viene, para aminorar los gastos y ver si con un trabajo le alcanza. "Yo mucha expectativa no tengo, esa es la verdad, porque la situación está cada vez más dificil y nada parece cambiar, pero mi objetivo es terminar la carrera lo antes posible y ver si consigo algún laburo relacionado a la profesión que me gusta", añade.

Un recurso estratégico

Mientras de fondo suenan canciones como "universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode", González remarca que lo que está sucediendo, tanto en las dos marchas federales como un montón de movilizaciones locales, engloba el hecho de que "para los jóvenes la universidad sigue siendo un ordenador de la vida, porque incluso cuando todo lo demás está desordenado, seguimos eligiendo, como podemos, seguir transitando la universidad pública".

"Nos estamos cayendo del sistema y debemos hacerle frente a las políticas y agresiones que toma este Gobierno nacional", sostiene y afirma que Milei y compañía "atacan la universidad pública porque les molesta profundamente la posibilidad de ascenso social de un gran sector de nuestra sociedad, y les molesta que las universidades estén profundamente arraigadas en territorios donde se vuelven estratégicas".

Uno de los ejemplos más sobresalientes a la hora de advertir sobre la forma en que las universiadades naciones se convierten en un recurso estratégico para las ciudades y municipios es el de Bahía Blanca, que es el quinto polo petroquímico más grande de América latina. Allí, en el municipio conducido por Federico Susbielles, la Universidad Nacional del Sur (UNS) cuenta con carreras claves para empujar ese desarrollo. Pablo Marinangeli, director de Relaciones Institucionales de la UNS, explica que la de Ingeniería Química "es de las más pertinentes y de hecho fue uno de los decisores para la radicación del polo petroquímico".

Marinangeli menciona la reciente creación de la tecnicatura en Operaciones Industriales, que se dio "a partir del pedido de la industria y que cuenta con mucha demanda en Bahía Blanca". El directivo de la UNS, además, señala que actualmente están impulsando la tecnicatura en Gas y Petróleo, la cual está en stand by porque "sólo falta el financiamiento".

Más allá del ámbito de los hidrocarburos, Marinangeli asegura que "hay muchas carreras con impacto regional", y apunta que "Agronomía tiene un perfil comprometido con el cuidado de los recursos y se orienta en la producción sustentable en zonas marginales". A su vez, el director de Relaciones Institucionales de la UNS destaca que las carreras vinculadas con la informática "son destacadas y justifican que en Bahía Blanca esté una de las sucursales más grandes de Globant". "En este departamento, además, se iniciaron investigaciones de inteligencia artificial en los años '70, siendo pioneros en el país", agrega Marinangeli.

"Todo ese sentido crítico y esos cuadros técnicos y profesionales que forma la universidad, lo hacen desde un sentido re contra soberano, desde la construcción de una patria con conocimiento, desarrollo científico y tecnológico que permita el crecimiento de nuestro país, al cual este Gobierno nacional le tiene mucho temor", grafica González.

"Lo que tenemos que lograr quienes estamos organizados y organizadas es ir a interpelar y a sumar a quienes no lo están", dice González, que a pesar de la bronca, afirma que de la manifestación en el rectorado se fue "llena de esperanza", al igual que en las marchas federales. Ella, que habla de Cristina Fernández Kirchner como la referenta del campo nacional y popular que con mayor claridad viene expresando lo que pasa en el país, sentencia: "Muchas veces nos plantean que la universidad es una isla, pero es fundamental profundizar en que no lo somos y que todo lo que generamos dentro de ella debe estar pensado y articulado con nuestros proyectos locales, provinciales y nacionales". Justamente Milei, en el Palacio Libertad, afirmó lo primero y negó lo segundo. 

La visión de los rectores

La Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) ya tenía clases públicas desde la semana pasada, para visibilizar la importante que era el hecho de que el veto de Milei se cayera. Germán Pinazo es el vicerrector y anticipa que el lunes mantendrán una gran reunión, una asamblea comunitaria en el auditorio de la universidad que convocará a todos los claustros. "Estamos en alerta porque el veto a la ley de financiamiento es una muy mala noticia", sostiene y que explica que eso "confirma que este año el sistema universitario va a recibir alrededor de 0,57 del PBI, que es el número más que recibe el sistema universitario desde el 2006, cuando las universidades eran muchas menos y tenían menos estudiantes". 

Según entiende, las universidades nacional están ante un recorte presupuestario "que no tiene precedentes en la democracia reciente", y suma: "Argentina, con este recorte, tendrá el menor gasto público en educación universitaria de todo américa latina y la taza de matriculación más alta".

Gran parte de los 2,5 millones de estudiantes universitarios del país estudian en la provincia de Buenos Aires, donde hay 25 universidades nacionales, de las cuales 16 están situadas en el conurbano. Las transferencias a universidades cayeron más del 30 por ciento en los primeros nueve meses del Gobierno de Milei, y más allá de los gastos de funcionamiento que los libertarios festejan haber aumentado, la principal preocupación se centra en el salario de docentes y no docentes, que ya registran, en términos reales, una caída del 30 por ciento.

Jerónimo Ainchil es rector Universidad Nacional de Antonio de Areco. "No podemos decir que el veto nos haya tomado totalmente de sorpresa ", comienza el rector, que asegura a este diario que la situación obliga a pensar nuevas estrategias. "Primero en la local, coordinando con gremios y estudiantes y redoblando los esfuerzos institucionales para intentar que los y las estudiantes puedan culminar con sus trayectorias académicas este cuatrimestre", explica Ainchil.

En la Universidad Nacional de Luján (UNLU), los estudiantes tomaron la sede de San Miguel el miércoles por la tarde, acción que incluyó una declaración de estado de alerta y movilización. Luego de la confirmación del veto, lo mismo ocurrió con la sede de Campana, algo que se replicó a lo largo de todo el país luego de la sesión del miércoles. 

Walter Panessi es rector de la UNLU, y asegura que la confirmación del veto "generó una desazón enorme a nivel institucional". Panessi, que cuenta que tenían computadoras y televisores por toda la universidad que reproducían en vivo el debate de la cámara de diputados, destaca que "muchos diputados y diputadas dejaron en claro que la decisión de avalar el veto fue ideológica". 

Panessi asegura que la decisión adoptada por una minoría del congreso "genera una enorme tristeza, porque los diputados, que representan al pueblo, no lo quieren escuchar", pero recuerda que más de un millón de personas en todo el país, y muchos millones más en redes sociales, salieron el 2 de octubre a "reafirmar el compromiso con una universidad pública, no arancelada y de calidad, tres condiciones que sólo pueden ser llevadas a cabo si hay un presupuesto acorde". 

Y agrega: "Seguiremos insistiendo por todas las vías democráticas con las que disponemos, porque el sistema de universidades públicas somos parte de la solución y no el problema. Sin universidad no hay Patria".