Que el único vigor de la oposición sea el movimiento estudiantil universitario habla muy a las claras de un momento dramático, para quienes necesitan hallar una vía esperanzadora de enfrentamiento contra el Gobierno.
Una pequeña parte del vaso lleno dice que de mínima asoma algo, quizá capaz de ejercer presión. El resto, casi completamente vacío, advierte que, sin conducción de la bronca, el aliento se desvanece.