El itinerario que recorre La Zorra y la Pampa toca ahora a El Cairo Cine Público. La película participó del Festival de Cine Latinoamericano y tuvo proyecciones en varias de las localidades visitadas durante el rodaje, a bordo de una zorra que los directores Leandro Rovere e Ignacio Sánchez Ordoñez hicieron construir especialmente. De Rosario a Espora, con la meta puesta en llegar a la “Fiesta de la Zorra”, el documental de Rovere y Sánchez Ordoñez relata de manera plural un recorrido de afectos compartidos: todos ayudan a que la zorra avance y alcance su destino. Las próximas funciones en Cine El Cairo (Santa Fe 1120) serán el viernes a las 18 y el sábado a las 20.30 (en compañía de la poeta Diana Bellessi, quien participa también de la película).
“Es el viaje de un dúo de cineastas que construye una zorra a vaivén, con el objetivo de ir a Espora, en donde se realiza la Fiesta de la Zorra; por donde pasan, aparecen historias, y si bien la película está basada en el tema del ferrocarril, a la vez se intenta un retrato de esta región”, comenta Rovere a Rosario/12.
“El deseo de viajar en tren nos llevó a querer hacer esta película. Estamos en una ciudad que tiene la infraestructura, las estaciones, pero falta el tren. Fue un deseo compartido, porque está en muchas personas; al decidir hacer este viaje, encontramos que ese sentimiento nos ayudó a lo largo del camino. Fueron muchas las personas que nos acompañaron para llegar a Espora; y también, gracias a las muchas agrupaciones ferroviarias que mantienen viva la memoria, que no dudan en pasar a la acción, como en la recuperación de kilómetros de vías”, continúa.
-Se percibe un agradecimiento compartido, de parte de ustedes pero también de parte de los entrevistados.
-El espíritu del trabajo ferroviario se emparenta mucho con el del cine, es un trabajo que genera mucho afecto, cada momento que se vive es muy fuerte y a veces inolvidable. El ferroviario ama el ferrocarril, y quien por distintas circunstancias dejó de trabajar allí, seguirá siendo ferroviario toda su vida. Hay un sentido de pertenencia.
-Que se legaba.
-Eso también tiene que ver con el cine. En el taller ferroviario aprende de quien más sabe el que recién empieza; y en el cine es parecido. Es un oficio.
-La película construye un relato plural, ¿cuántas de esas historias fueron más o menos previstas?
-Hubo un mapeo previo, de mucho trabajo de preproducción, alrededor de un año, yendo a cada localidad para conocer gente. Hubo una decisión previa sobre ciertos temas que nos interesaba abordar, y así aparecieron las personas. Pero a veces fue al revés, a partir de situaciones imprevistas, durante el camino. Aparecieron, y le fueron dando forma a la película. Este documental no tiene rigidez, sino que va fluctuando y con cierta flexibilidad, como la que también hay que tener para hacer avanzar la zorra.
-Una zorra que hicieron construir especialmente.
-El trabajo lo hizo Jorge Mario Gil, ingeniero mecánico, amigo de mi familia, en un taller de la zona sur de Rosario. Está inspirada en las zorras antiguas, que son a vaivén, construida con materiales nuevos. Jorge me conoce desde chico y la propuesta no le pareció tan extraña, quiso construirla y el trabajo llevó bastante tiempo. Le gustó, lo disfrutamos, y fue muy hermoso.
La Zorra y la Pampa atraviesa las localidades de Pérez, Zavalla, Pujato, Casilda, Sanford, Chabás, Villada, Firmat, Melincué, Labordeboy, Wheelwrigth, Pergamino, Colón, Espora y Plomer. “Hasta el momento proyectamos la película en siete de las localidades, y en esas proyecciones pasaron un montón de historias mínimas, muy emotivas. Nos parece importante que los protagonistas vean la película y opinen; y la respuesta fue muy linda, al terminar la película se devuelve mucho amor. Algo que me sorprendió es que al revés de lo que pensábamos, la película le interesó a los más jóvenes. Uno pensaría que las personas más grandes o que tuvieron la posibilidad de viajar en tren serían los más interesados, pero la pasamos en una escuela secundaria y a los chicos y las chicas les encantó, se rieron y engancharon cierta picaresca, quizás por la forma del lenguaje audiovisual planteado; no es que a los más grandes no les guste, pero tal vez muchos esperan una película de historia pura y dura. Y no es éste el caso. Eso me sorprendió y para bien”.
-Se permiten también poner en evidencia los recursos de la puesta en escena, como las indicaciones para la acción.
-Ya que íbamos a mostrar los hilos de la marioneta, con la cámara y el micrófono, nos parecía que, a ese juego narrativo, a esa performance, había que mostrarla, para ser transparentes en relación a todo el dispositivo de la película; es decir, se revela el detrás de escena no solo técnico sino también de cierta propuesta narrativa.
La exhibición que por estos días tiene La Zorra y la Pampa en El Cairo Cine Público marca de manera distintiva a la película; como dice el director: “Si no tuviéramos un cine público sería imposible hacer esta película, porque es un proceso de diferentes apoyos por parte del estado; y sin el cine público no se podría terminar el círculo. Así que mucho amor y respeto por Cine El Cairo, porque permite que muchas películas independientes lleguen a su estreno. Una película que no hubiese sido posible sin el INCAA, Espacio Santafesino, un crédito que dio la Agencia de Desarrollo Región Rosario, el Fondo Nacional de las Artes, y la Secretaría de Cultura de la Municipalidad”.