La fuga de cerebros no se detiene en los organismos científicos y tecnológicos de Argentina. Si se tiene en cuenta el último año de Alberto Fernández y el inicio del mandato de Javier Milei, entre jubilaciones y renuncias, ya son 62 las bajas docentes en el Instituto Balseiro nada más. El principal problema es que los puestos son cubiertos por jóvenes recién graduados y no equiparan la experiencia de aquellos que d
Los profesores viajan al exterior y los estudiantes no se inscriben a sus doctorados
El Balseiro, el ejemplo más contundente de la fuga de cerebros
Ante un sistema científico cada vez más deshilachado, científicos formados durante décadas en el país emigran en busca de nuevas posibilidades. El crudo relato de Mariano Cantero, director del instituto que desde hace décadas forma a los mejores físicos e ingenieros de Argentina.
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