Un sondeo electoral a nivel bonaerense muestra superioridad de Unión por la Patria sobre el espacio libertario. Si el actual oficialismo nacional y el Pro se presentan por separado, el kirchnerismo lidera con 34,1 por ciento contra 32,8 de LLA y 7,3 del Pro. En cambio, si ambas fuerzas antiperonistas unifican su oferta, se imponen por 38,5 a 34,7.
En el segundo escenario, la alianza de derecha no logra retener la totalidad de los votos de sus integrantes: la opción "en blanco" sube de 3,5 a 5,6 por ciento y "no sabe", de 7,3 a 7,9. En ambos casos, el peronismo antikirchnerista, encarnado en Florencio Randazzo y el cordobés Juan Schiaretti, se mantiene entre 4 y 5 puntos, el radicalismo en torno a los 4 y la izquierda en 3.
El estudio fue realizado entre el 7 y el 11 de octubre pasado, con método CAWI (computer assisted web interviewing) a una base de 1325 casos, con un error muestral de 2,7 puntos, respetando cuotas de sexo, edad y nivel educativo.
Si bien las elecciones legislativas son más favorables para escenarios de dispersión del voto, la conformación de una alianza de derecha fortalecería la percepción de un "mano a mano" con el kirchnerismo, licuando a las otras opciones, forzando al electorado a decantarse por una de las dos mayoritarias.
La otra duda que surge es cuán conveniente para sus potenciales socios es esa alianza, ya que más que los votos obtenidos, lo que cuenta en las elecciones de medio término es la cantidad de legisladores que esos votos representan. Los boques del Pro y LLA ya votan juntos en casi todos los temas, especialmente en aquellos de vital importancia para la supervivencia del gobierno.
Para un gobierno enfocado en la ''realpolitik' y no en los golpes de efectos mediáticos, sería más conveniente presentarse por separado y reunirse directamente en la cámara, con uno o dos diputados más.
A la vez, la performance de los oficialismos suele estar atada a la percepción de la población acerca de su gestión de gobierno y, especialmente, de la marcha de la economía. Casi todas las encuestas muestran al gobierno nacional perdiendo apoyo, hasta hace dos meses por goteo y, desde entonces, aceleradamente.
Este hecho es indisociable de los números que marcan una recesión como no se vio en dos décadas, que hace que la gente tema principalmente a perder el empleo, convirtiéndose la baja de la inflación, después de la devaluación de diciembre, en algo no percibido como beneficio. Si, como indican los expertos, el gobierno no tendrá ninguna ractivación para mostrar, su campaña se centrará en la "batalla cultural", un argumento más útil para consolidar núvleo duro que para conquistar periferias.
En otro de sus ítems, el estudio mide los pisos y techos de los principales dirigentes, esto es de quienes los votarían con seguridad a quienes nunca los votarían. La principal novedad en este aspecto es que el techo de Cristina Fernandez, que los consultores coincidían en los últimos años en considerar bajo por concitar un alto rechazo, parece haber subido bastante.
Con un rechazo del 52,9 por ciento, hay un 28,1 que la votaría seguro, un 13,2 que probablemente lo haría y un 4,8 que no sabe. Con estos números, no sólo su piso duplica al de su competidor inmediato, el carismático diputado José Luis Espert, sino que su techo es el más alto del estudio. Reemplazar como cabeza de lista a Espert por la secretaria general de la presidencia, Karina Milei, tampoco parece una buena opción. Tiene 59 puntos de rechazo y un techo de 35,7 puntos por debajo del economista del CEMA.