El seleccionado argentino de remo, con las duplas Sonia Baluzzo-Evelyn Silvestro y Alejandro Colomino-Pedro Dickson, “logró los objetivos planteados y obtuvo la mejor ubicación histórica para la categoría" doble par ligero en los Juegos Olímpicos, admitió Jorge Enriquez, quien integra el cuerpo técnico del equipo nacional desde 2017.

“Con los botes que fueron a los Juegos pudimos lograr los objetivos planteados desde un primer momento, que fueron estar entre los 12 mejores y de esa manera obtener la mejor ubicación histórica para la categoría. Esto significó una alegría enorme para todo el equipo luego de un trabajo de muchos años para ambos botes”, destacó Enriquez en una entrevista con Página/12.

Y agregó: “Veo que estamos en un momento crucial y que si todos los que estamos en esto empujamos para el mismo lado y con las mismas fuerzas, el deporte debería mejorar en un futuro. Y con esto digo que hay futuro, hay que ser pacientes y seguir trabajando mucho desde cada lugar”.

Enriquez, nacido en San Fernando (provincia de Buenos Aires) hace 52 años y que está como entrenador del bote masculino desde el año pasado, fue, como remero, multimedallista sudamericano, disputó los JJ.OO. de Atlanta 1996 y logró la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995. Además, fue 12 veces campeón nacional y estuvo como entrenador en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y París 2024 y es el actual director coordinador de la Escuela Municipal de Remo de Tigre.

En marzo de este año, Sonia Baluzzo con Evelyn Silvestro y Alejandro Colomino junto a Pedro Dickson lograron la clasificación a París en las pruebas de doble par ligero en el Preolímpico Americano diputado en la laguna Rodrigo de Freitas de Río de Janeiro, Brasil, donde participaron 78 atletas de 21 países.

Baluzzo y Silvestro conquistaron la medalla de oro con un tiempo de 7m45s45/100 en la Final A, en tanto que Colomino y Dickson quedaron en el segundo lugar en su final con un registro de 6m54s94/100.

En los Juegos Olímpicos de este año, la dupla femenina concluyó en el duodécimo lugar al terminar sexta en la final B (del séptimo al 13º lugar) con un tiempo de 7m25s86/100 en la regata que conquistó Francia con 7m03s24/100.

En tanto, la dupla masculina finalizó 12da el quedar sexta, con 6m31s86/100 en la final B que conquistó obtuvo con un registro 6m19s73/100.

Entre los doce primeros botes, incluyendo la finales A (del primero al sexto puesto) en ambas ramas, solo dos botes americanos terminaron arriba de los representantes argentinos: Estados Unidos, sexta en damas en la final A y México, cuarto en la final masculina.

El remo argentino conquistó en Juegos Olímpicos una medalla de oro, una de plata y dos de bronce. La de oro la ganó la dupla integrada por Tranquilo Cappozzo y Eduardo Guerrero en Helsinki 1952; Alberto Demiddi obtuvo la de plata en single scull en Múnich 1972; y las preseas de bronce las ganaron el propio Demiddi en la misma prueba en México 1968 y el binomio conformado por Julio Curatella y Horacio Podestá en dos sin timonel en Berlín 1936.

Antes de los Juegos Olímpicos dijiste que el objetivo era que ambos botes alcanzarán las semifinales. La dos tripulaciones superaron ese listón y lograron meterse en las finales B. ¿Cómo calificás esas actuaciones y qué significan para el remo argentino?

—Con los botes que fueron a los Juegos pudimos lograr los objetivos planteados desde un primer momento, que fueron estar entre los 12 mejores y de esa manera obtener la mejor ubicación histórica para la categoría. Esto significó una alegría enorme para todo el equipo luego de un trabajo de muchos años para ambos botes.

En las finales A y B de ambas pruebas solo hubo un bote del continente americano por arriba de los argentinos: EE.UU. en el caso de las chicas y México en el de los hombres. ¿Qué indica y qué representa de cara al futuro?

—Con respecto a esa comparación de América es muy importante porque posiciona al remo en un lugar destacado dentro del continente tanto para las chicas, que además es el único bote de mujeres de Latinoamérica, en conseguir esa posición. Para los varones, haber estado detrás de México, último campeón panamericano, y tan cerca nos posiciona muy bien. Y para el futuro estos resultados ayudan a que podamos seguir elevando el nivel de los remeros y remeras que vienen detrás. Sube el nivel del remo en general.

¿Qué futuro tienen esos dos botes y el seleccionado argentino en general?

—Estos botes dejan de existir a nivel olímpico para darle paso al remo coastal pero los atletas son quienes ponen esa vara alta para el resto y genera que todos quieran ser como ellos. Por eso, como dije antes, hace que el nivel suba a toda la Selección. Los buenos resultados siempre dan esperanzas y muchas ganas para todo el equipo.

—¿Por qué no salen remeros de la talla de Santiago “Pollo” Fernández, Ariel Suárez, los hermanos Rosso, Gabriela Best o Laura Abalo?

—Bueno, de todos las personas que nombraste la mayoría son únicas y es por ese motivo que no todos los días nos encontramos con alguien de esas características. Tal vez no haya en lo inmediato algún remero con las características de los que vos nombraste pero hay otros con un buen futuro. Estamos en medio de un gran cambio generacional y este deporte necesita mucho trabajo y tiempo. El trabajo se está haciendo y seguramente con el tiempo vendrán los resultados.

¿Qué rol tienen los clubes en el desarrollo del remo en la actualidad?

—El rol de los clubes es como siempre fundamental porque son los que nutren de atletas a este deporte. Ellos trabajan mucho, algunos con más recursos que otros, pero te aseguro que le ponen mucha dedicación para tener un remero o una remera en la Selección. Tanto los clubes como las familias invierten mucha energía para que el remo pueda salir adelante. Más hoy con la crisis económica que hay el esfuerzo es doble para todos.

¿Con qué apoyos cuenta el remo argentino? ¿Son suficientes?

—Yo veo que estamos en un momento crucial y que si todos los que estamos en esto empujamos para el mismo lado y con las mismas fuerzas el deporte debería mejorar en un futuro. Y con esto digo que hay futuro, hay que ser pacientes y seguir trabajando mucho desde cada lugar. El apoyo que tiene el remo viene desde la Secretaria de Deportes, el Enard y la Asociación Argentina de Remeros Aficionados. Todos ellos hacen un gran esfuerzo para que podamos tener lo mejor para cada delegación que participa en el exterior y para las concentraciones internas, pero siempre uno como entrenador pretende tener más recursos porque está en nuestro ADN.

—¿Cómo describís al "semillero" del remo nacional? ¿Ves un panorama auspicioso?

—Se está trabajando desde las categorías más chicas para que si hay algún atleta con buena proyección no se nos escape y, obviamente, con la (categoría) más grande. Yo creo que se puede armar un gran equipo dentro de unos años con los chicos que están asomando. Este deporte requiere de mucho esfuerzo, dedicación y paciencia y veo a muchos con esas características. Por eso estoy convencido de que hay semillero, pero tenemos que ser pacientes y no apurar los tiempos.