Locales e internacionales, recientes y clásicas, documentales y ficciones iluminarán desde este martes 15 la pantalla grande del Cine Arte Cacodelphia, invitando a toda la comunidad a posar la mirada sobre películas que retratan, exploran y visibilizan otras formas de existir por fuera de la normativa heterosexual. A partir de las 19, y durante cinco martes consecutivos a la misma hora, cinco películas (una por martes) se verán en la sala ubicada en Roque Sáenz Peña 1150, con la presentación especial de personalidades destacadas de la cultura y del activismo local.
El ciclo, además de transitar con sus películas una dialéctica entre lo antiguo y lo nuevo, entre lo conocido y lo desconocido, también se asienta en un espacio mítico que posee su propia historia, desde que fue la icónica sala Cine Arte Diagonal hasta el Buenos Aires Mon Amour (BAMA). Ahora recuperado y renombrado como Cine Arte Cacodelphia, el espacio creado por Gastón Gallo, Sebastián Gallo y Oscar Feíto propone el encuentro en la multiplicidad de miradas con tres salas totalmente renovadas que gozan de una programación diferente a los cines comerciales: películas "de autor", cine arte y otras cinematografías no convencionales que no encuentran su lugar en otros espacios.
Pablo Mazzola, programador de la sala, destaca que “poder compartir un ciclo diversidad sexual en estos tiempos que corren nos pareció significativo". "Y creemos que es importante que sea cine en el cine, en pantalla grande, donde se pueda charlar y compartir en comunidad las reflexiones que emerjan de las proyecciones. Buscamos que el cuerpo de películas de una forma u otra genere una mirada total, desde un cine de fuerte carácter e impronta independiente, en particular las películas que son argentinas, y que al mismo tiempo vaya con todos los matices de las formas y los géneros, si pensamos en el ensayo audiovisual, en la ficción o en el documental”.
Presentado por el Suplemento SOY y el Cine Arte Cacodelphia, el ciclo comienza con el multipremiado documental El silencio es un cuerpo que cae, de Agustina Comedi, realizada en 2017 (ver abajo). El 22 de octubre llegará el turno de la francesa Retrato de una mujer en llamas, dirigida por Céline Sciamma, protagonizada por Noémie Merlant, Adèle Haenel, Luàna Bajrami y Valeria Golino, y estrenada en 2019. En la película, el foco está puesto en una relación lésbica clandestina, cuando en el año 1770 la pintora Marianne recibe el encargo de una condesa para realizar un retrato de su hija Héloïse, destinado a ser exhibido en su inminente boda, pero ella, recién salida de un convento, desconfía del éxito y de su deseo de contraer matrimonio. Así, el verdadero retrato del film será el que pinta de cuerpo entero el romance prohibido entre ambas, que parte de las minuciosas observaciones cotidianas de Marianne en las que sus ojos de artista se combinan con un acercamiento apasionado e incontrolable.
El martes 29 de octubre regresa a la cinefilia local para explorar la Breve historia del planeta verde, de Santiago Loza, con protagónicos de Romina Escobar, Paula Grinszpan y Luis Soda. Estrenada en 2019, la película sigue de cerca los pasos de Tania, una chica trans que se hace cargo de un extraterrestre que vivía junto a su abuela, envuelta ahora en una misión interestelar junto a sus amigos Pedro y Daniela. Con un clima de película de aventuras y ciencia ficción ochentera, el film parece armada con el ideario de una odisea en la que la marginalidad de sus personajes enternece hasta redimir la opresión por la que transitan sus identidades. Fue galardonada con el premio Teddy de ese año en el Festival de Cine de Berlín por ser considerada por el jurado como la “Mejor película de ficción de temática lgbtiq”,
El mes de noviembre arrancará con la clásica Filadelfia, estrenada en 1993 por el realizador estadounidense Jonathan Demme, quien logró reunir un plantel de mega estrellas de Hollywood como Tom Hanks, Denzel Washington y Antonio Banderas para llevar al gran público y a la alfombra roja la historia del exitoso y mimado abogado Andrew Beckett. Él fue quien encaró una demanda judicial inédita frente a su antiguo jefe por haberlo despedido de su trabajo al enterarse de que era homosexual y portador del virus del vih-sida, exponiendo al mundo la homofobia, la discriminación y la violencia institucional de un ámbito de la élite laboral norteamericana.
Finalmente, el ciclo cerrará con un estreno latinoamericano reciente: Mi pecho está lleno de centellas, de Gal Castellano. Filmada este año y programada para el 12 de noviembre, la película mexicana se mueve entre archivos fotográficos, pinturas y videollamadas. Tras morir el padre y huir su madre repentinamente hacia Turquía para encontrarse con un amante secreto que había conocido en las redes sociales, Gal y ella inician un intercambio de correspondencia digital que revela circunstancias familiares largamente ocultadas, como las confesiones de su madre luego haber encontrado la libertad lejos de casa y de la maternidad. A la par, Gal reflexiona y expone las imágenes que envuelven las decisiones y el contexto particular de la subjetividad de una persona trans, los procesos, el cambio de nombre, las transformaciones corporales y las permanencias en el entorno de una historia personal y colectiva bajo la lupa documental.
La diversidad de épocas y geografías que exponen las obras fueron explícitamente pensadas a la hora de armar el ciclo y, tal como lo expresa Mazzola, “es importante poder abordar las formas de producción o de relato con las narrativas también relacionadas con distintas partes del mundo, y de distintos tiempos". "De las cinco películas del ciclo, cuatro de ellas han tenido ya su recorrido, pero cuando volvemos a verlas en este contexto sociopolítico, interpelan de una manera mucho más fuerte. Casi que algunas de ellas son un acto de libertad, y otras un acto para repensar y problematizar nuestras políticas de salud pública como profundos llamados de atención. Entre las diversidades de las formas, las diversidades de realizadores o realizadoras, las miradas y las diversidades sexuales en su representación de género, se da un total que creemos que a través de este recorte sí o sí nos invita a pensarnos en este presente".
"El silencio es un cuerpo que cae"
Imágenes borrosas y deseos latentes
Como si de un documental sobre fetichismo se tratara, un enorme pie da comienzo a El silencio es un cuerpo que cae. Pantorrillas, piernas y el resto del cuerpo del David de Miguel Ángel ubicado en la Galería de la Academia de Florencia continúa siendo capturado por una antigua filmadora que, en su imagen borrosa, sugiere una época y también un puñado de deseos latentes. Quien filma el video es Jaime, el padre de Agustina Comedi, guionista y directora de este ensayo documental estrenado en 2017 por el cual los espectadores también se enteraron de que la obsesión por filmarlo todo es una herencia de su padre, que en enero de 1999 perdió la vida en un accidente fatal con su cámara Panasonic en mano.
Con la exploración y selección de un archivo de más de 100 horas de filmaciones, el documental de Agustina Comedi captura viajes, asados y fiestas familiares, shows de travestis y transformistas, entrevistas y testimonios actuales que develan la historia personal de Jaime, su familia y su entorno de la clase alta de la provincia de Córdoba. Sospechosamente, todos los entrevistados a los que la directora interpela sobre el pasado de su padre parecen saber más de lo que dicen, y el misterio no tarda en revelarse: la homosexualidad de Jaime, vivida abiertamente hasta su casamiento heterosexual, del cual tiempo después nació la realizadora.
El extenso noviazgo de Jaime con Néstor, luego testigo de la boda y obstetra que comandó el nacimiento de su hija, son algunos de los descubrimientos que desfilan por la pantalla. Así, El silencio es un cuerpo que cae reconstruye una historia personal y social que no quiere permanecer en el closet. Es por eso que en cada fragmento de cinta que la conforma reinan los misterios y las sorpresas, como las cartas anónimas que revelan secretos inesperados y un pasado que no pretende descansar. Son el reflejo una época de diversión, de viajes, de turismo sexual y de mucha espontaneidad, pero también con peligros, la formación en la educación católica, la dictadura, el miedo a la persecución, los edictos policiales, los inicios de la epidemia de vih-sida y la propia experiencia como policía juvenil a los 16 años. Jaime se desempeñó en ese cargo hasta que los altos mandos de las fuerzas lo despidieron por su homosexualidad, desconociendo que él mismo era el amante del juez.