Este miércoles comienza la segunda edición del Festival Internacional de Cine de la UBA (FIC.UBA). Se trata de una edición potente, repleta de contenido en un contexto marcado por la puja entre las universidades y el gobierno nacional en torno al financiamiento de la educación superior. El Festival se extenderá hasta el 22 de octubre y todas las proyecciones serán con entrada libre y gratuita en distintos espacios de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU, Pabellón 3 de Ciudad Universitaria), el cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635), en el Centro Cultural San Martín (Paraná 310), y en el Cine Cosmos (Av. Corrientes 2046). Esta edición, además, está dedicada a la memoria de Manuel Antin (Don Segundo Sombra).
Desde el Festival señalan que “el evento busca poner en valor los clásicos que formaron la identidad cinematográfica contemporánea, entendiendo que su estudio y comprensión son parte fundamental de esa construcción. El FIC.UBA 2024 propone mirar lo mejor de nuestra historia para resignificar su riqueza y hasta qué punto su influencia sigue vigente en la mirada de los realizadores”.
En total los asistentes al encuentro podrán apreciar más de medio centenar de películas entre la Competencia Internacional de Largometrajes (donde se destaca la participación del cineasta y guionista argentino Alejandro Agresti, quien estrenará aquí Lo que quisimos ser), la Competencia Iberoamericana de Cortos, la Competencia de Cortometrajes UBA y las distintas retrospectivas y homenajes. Ricardo Alfonsín, director general de FIC.UBA, destaca que “la programación de este año sintetiza el espíritu del FIC.UBA, un espacio donde el cine argentino conecta generaciones y promueve el diálogo entre lo clásico y lo contemporáneo para incentivar a los nuevos realizadores a que construyan una identidad propia y proyecten un futuro que refleje nuestra diversidad cultural y democrática”.
Además de las competencias oficiales, el FIC.UBA reconocerá con Doctorados Honoris Causa a Mirtha Legrand, por su carrera actoral, al cineasta Héctor Olivera (El caso María Soledad, La noche de los lápices, La Patagonia rebelde) y a la historietista y animadora franco-iraní Marjane Satrapi (quien lo recibirá en teleconferencia). En los tres casos se proyectarán películas emblemáticas de su obra. El Festival también homenajeará a Daniel Tinayre con una proyección de La Mary y al estudio Argentina Sono Film con una proyección de Rosaura a las diez.
Además, este año el FIC.UBA abre una nueva sección: “Terror a cielo abierto”, un ciclo de cine de terror que se verá al aire libre. En esta ocasión estará dedicado a la filmografía de Demián Rugna, que se consagró recientemente con Cuando acecha la maldad, que se convirtió en la película de terror nacional más taquillera de la historia argentina, cosechó notables premios en el exterior y cristalizó también el crecimiento de un género del cine argentino que hasta entonces no había sido suficientemente bien atendido por la crítica especializada. Esta retrospectiva incluirá sus cuatro largometrajes: ¡Malditos sean! (2011, codirigida con Fabián Forte), No sabés con quién estás hablando (2016), Aterrados (2017) y, claro, la consagratoria Cuando acecha la maldad (2023). El propio Rugna será uno de los invitados oficiales del FIC.UBA.
En diálogo con Página/12, el propio Rugna se sorprende por la retrospectiva que se le dedicará. “No pensé que me iba a llegar tan rápido, pero bueno, la presbicia también me llegó y me hizo sentir viejo –bromea-, me hace sentir un viejo choto, pero un viejo choto feliz. “Que me hayan llamado ahora me llena de felicidad porque significa que no lo hacen porque esté viejo, sino porque a mis últimas películas les fue bien y eso en cierta forma pone en valor el resto de mi carrera, poner en valor esas pelis y que las vea el público”, celebra.
Más allá de la humorada, Rugna no ignora el contexto dramático que atraviesan las universidades de todo el país –que incluso llevaron a tomas de facultades en enclaves históricamente conservadores-. “El contexto es nefasto y me pone un poco más serio, me da más responsabilidad en mi participación del Festival, para que no bajen los brazos. Yo cuando arranqué a hacer cine lo hice en condiciones desfavorables para el cine de terror, pero creo que ahora los pibes están teniendo una perspectiva bastante gris, así que intentaré con mis películas transmitir motivación. Me gustaría encontrar alguna palabra para poder orientar a los más pibes en una situación donde todo es incertidumbre”, reflexiona el cineasta.
“Lo que está haciendo este modelo, este cambio de matriz cultural que el tipo (Javier Milei) propone, es no ayudar a la industria nacional, no ayudando a la industria las pequeñas y medianas como son las productoras pequeñas y medianas productoras de cine, sino que juega a favor a las grandes casas productoras que no necesitan del INCAA. El cine es una industria más y todos los países apoyan a su propia industria para que crezca y se desarrolle. Y la ley de cine está enfocada a eso, pero estos tipos (por el gobierno) la están frustrando”.
En cuanto al gobierno nacional y sus políticas vinculadas a la cultura, Rugna sostiene que “son unos especialistas en querernos frustrar y frustrar a una generación, frustrar a una generación de cineastas, de actores, de argentinos que se quieren dedicar a la cultura, de nuestro lado tiene que estar la contrapropuesta”.