Bajo el lema “Por la democracia, la vida y el bien común”, la “Mesa ecuménica”, un nucleamiento interreligioso integrado por cristianas y cristianos de diferentes denominaciones realizó su primer encuentro en la plazoleta de la avenida Belgrano y la calle Lima, junto al edificio del exMinisterio de Desarrollo Social para compartir la oración y reclamar que “nos se nos muera ningún niño de hambre, que los jubilados –a quienes tienen hambreados- reciban lo que les corresponde después de una vida de trabajo y que la educación pública sea para todos y todas”, según lo expresó en una breve alocución Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz.
En la plaza, poblada de símbolos religiosos, se veían también carteles dirigidos al presidente Javier Milei y a la ministra Sandra Pettovello, en los que se afirmó que “basta de hambre, la vida reclama”, mientras se señalaba que “quien le quita el pan al pobre es un asesino”.
En la oportunidad Pérez Esquivel hizo público un pedido urgente de audiencia dirigido a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, “para dialogar, porque no puede ser, es inhumano, que hayan secuestrado toneladas de alimentos y que no los compartan con el pueblo”. Recordó además que “detrás de los números que muestra este gobierno que solo piensa en los números hay niños y niñas, hay rostros de hombres y mujeres que lo cuestionan, lo interpelan y reclaman un lugar digno en la vida”.
Bajo una carpa roja, rodeada de banderas y de símbolos religiosos, Pérez Esquivel explicó el sentido del encuentro que los organizadores pretenden continuar los martes de cada semana en el mismo lugar y siempre a las 15:30 horas. Dijo que “estamos aquí para compartir la oración y para pedirle a Dios que no de fuerzas, que cambie la mentalidad de quienes que están dominando la vida del pueblo”. Y sostuvo que “tenemos que unirnos y tener fe, porque si nos unimos podemos mover montañas; tenemos que unirnos en la diversidad para construir un nuevo amanecer, apuntando a la lucha y a la unidad del pueblo”. Recordó también el principal referente del Servicio de Paz y Justicia que “el pueblo argentino es capaz de la resistencia, de la rebeldía contra las injusticias y lo ha demostrado muchísimas veces en el caminar”.
“Somos hoy un grupo pequeño –dijo el Nobel de la Paz- pero esperamos que este número vaya aumentando y que la gente tome conciencia crítica de los valores, que entienda que esto significa derecho e igualdad para todas y todos y no solo para algunos que se enriquecen a costa de pobres que están excluidos de la sociedad”. Señaló también que “tenemos que tener muy presente que en esta Mesa Ecuménica convocamos desde la diversidad en la fe, en la esperanza y en el compromiso”.
Pero aclaró además que “la paz no es ausencia de conflicto” y que “no habrá paz sin pan y sin trabajo”. Y agregó que “la paz es la dinámica permanente de relaciones humanas entre las personas y los pueblos, es compartir el pan y la libertad… y hoy estamos en un país donde esto no existe”.
La “Mesa ecuménica” está integrada por la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ), Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (CAREF), Pastoral Social Evangélica (PSE), Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), Curas Villeros, Curas en Opción por las y los Pobres (COPP), Fundación Hora de Obrar y la Red Nacional de Mujeres Argentinas Construyendo Comunidad.
Del acto participaron además de Pérez Esquivel, referentes de las diferentes organizaciones, fieles de las iglesias, ministros y ministras de las mismas y sacerdotes católicos.
En el acto los presentes se unieron en oración para “pedir a Dios que nos de fuerzas, esperanza y resistencia para construir la paz” para lo cual “necesitamos pensar con serenidad, no con odio ni revanchismo, porque todos tenemos derechos a una vida en democracia, en paz”.
Y recordando palabras del beato mártir argentino, el exobispo riojano Enrique Angelelli, proclamaron que “hay que seguir andando nomás”.
Antes de finalizar el encuentro las y los participantes entonaron el himno religioso “Venceremos” cuya estrofa principal afirma que “vamos a vencer al fin”, y en el que se recita que “solo con justicia nos haremos dueños de la paz, quiero que mi país sea feliz con amor y libertad”. En la misma canción se alega que “en nombre de los más pobres no tenemos miedo, nunca más”.
El encuentro se cerró con la convocatoria para la semana próxima en el mismo lugar con la pretensión de “ejercer nuestro legítimo derecho de resistencia pacífica contra la vigencia de tantas hambres que los actuales funcionarios de esta dependencia y de otras del Estado, multiplican en contra del bien común, para el equivocado bien de pocos y el multiplicado mal de muchos”.
El gesto, señalan los organizadores, será una forma de seguir el ejemplo de la resistencia pacífica de las Madres de Plaza de Mayo, de sumarse a la manifestación que jubiladas y jubilados hacen cada miércoles frente al Congreso de la Nación y a las demandas por el financiamiento de la educación pública.