El resultado fiscal de octubre arrojó un déficit primario de 32.495 millones de pesos, lo que representó una disminución de 47 por ciento respecto del rojo de igual período del año pasado (de 61.868 millones), informó ayer el Ministerio de Hacienda. El ahorro provino de una fuerte contracción de subsidios, del 49 por ciento, y en gastos de capital –que refiere a erogaciones estatales que incrementan el patrimonio público– con un ajuste de 28 por ciento, principalmente viviendas (83 por ciento). De todos modos, el resultado financiero –que incluye el pago de servicios de la deuda– exhibió una baja de menos de la mitad, más precisamente de 20 por ciento, debido a que casi la totalidad de lo que el Gobierno está ahorrando en inversión y quita de subsidios lo está pagando en mayores intereses de la deuda contraída en el último año y medio. En octubre se abonaron intereses por 29.437 millones de pesos, un 88 por ciento más que en el mismo mes de 2016 (15.632). Si se suman todas las erogaciones realizadas en los primeros diez meses del año, la administración Cambiemos abonó casi lo mismo, según cifras oficiales, en gastos de capital (179.087 millones de pesos) que en intereses de deuda (178.047 millones). En el acumulado del año, el principal recorte fue en subsidios (23 por ciento).
“Mientras la Argentina tenga déficit fiscal como tiene va a tener que seguir tomando deuda porque tenemos el compromiso central que es reducir la pobreza”, fueron las palabras del presidente Mauricio Macri tras las elecciones legislativas. Pero el incremento del endeudamiento para gastos corrientes se convierte en un obstáculo en sí mismo para lograr sanear las cuentas públicas. Según un informe del Observatorio de la Deuda Externa de la UMET, que difundió ayer PáginaI12, desde el inicio de la gestión Cambiemos, el Tesoro Nacional emitió deuda externa (sin contar renovación de vencimientos) por 61.664 millones de dólares, que equivale a más del 10 por ciento del PIB argentino, de los cuales el 75 por ciento se destinó a financiar fuga de capitales.
La emisión creciente de deuda generó en lo que va del año la obligación de cancelar intereses por 178.047 millones de pesos, 79 por ciento más respecto de los primeros diez meses de 2016. Pero la situación es todavía peor. Para compensar los desembolsos por mayores compromisos con los acreedores, el Gobierno realiza ajustes en otras áreas que sí podrían ser vitales para reducir la pobreza, como la inversión en infraestructura y el recorte de subsidios que impacta en las tarifas de servicios públicos.
De acuerdo con el comunicado de Hacienda, el menor déficit “es producto de una importante desaceleración en el crecimiento de los gastos (primarios), que aumentaron sólo 6 por ciento con respecto a igual mes de 2016 y del crecimiento de los ingresos de 32 por ciento”. Si se compara con la inflación interanual (según el índice CABA) de octubre del 24,5 por ciento, la caída del gasto en términos reales es aún mayor. “El aumento interanual del gasto observado en octubre es el más bajo en más de una década”, señala la cartera que conduce Nicolás Dujovne, la cual omite que el incremento en el pago de intereses es el más elevado desde el default de 2002. En lo que va del año los ingresos crecieron 31 por ciento, mientras que los gastos primarios lo hicieron un 24.
El principal recorte de gastos corrientes se registró en el rubro subsidios económicos, con un tijeretazo en términos absolutos del 49 por ciento en octubre, principalmente en el sector energético, con 65 por ciento, y Transporte, 2 por ciento. También hubo reducción en términos reales (descontando la inflación del período) en salarios, con un aumento nominal de 17 por ciento, y transferencias a las provincias, que no variaron en el período comparado.
El ajuste fue más salvaje en gastos de capital, inversión que realizan las dependencias y entidades de la administración pública federal en áreas de Energía, Transporte, Educación, Vivienda y Agua Potable y Alcantarillado, al que se suma el Fondo Federal Solidario. El recorte en este segmento en octubre fue de 28 por ciento. Dentro de este capítulo, el gasto en vivienda se retrajo un 83 por ciento, que Hacienda justificó en “una elevada base de comparación del año anterior, cuando se realizó un aporte extraordinario en el programa ProCreAr”. Pero también hubo caídas en las erogaciones de capital en Transporte, de 17 por ciento; en Agua y Alcantarillado (-15 por ciento), y, en términos reales, en Educación (subió un 9 por ciento).
En el rubro prestaciones sociales hubo una mejora de 35 por ciento interanual durante octubre, que se explica por alzas en jubilaciones y pensiones (42 por ciento) y asignaciones familiares y por hijo (25 por ciento). Este último apenas por encima de la inflación, mientras que “otros programas y prestaciones” se ubicaron por debajo, con un incremento en términos absolutos de 17 por ciento. Por su parte, el aumento de los ingresos tributarios ascendió a 32 por ciento, impulsado por IVA (39 por ciento), Ganancias (35), Contribuciones a la seguridad social (34) y a los Créditos y débitos (28).