Cuando Messi metió el cuarto gol , el segundo de su colección, el de derecha, el arquero boliviano Guillermo Viscarra, enfocado por las cámaras, meneó la cabeza y se pudo leer algo así como "no puede ser tan hijo de puta este monstruo".
En el banco, después de ese mismo gol, las cámaras enfasí es imposible, contra Messi es imposible