La fumata blanca del peronismo bonaerense parecía quedar en la distancia. Los dirigentes de ambas listas inscriptas para competir en las internas del 17 de diciembre mantuvieron ayer una larga reunión en la que no llegaron a limar asperezas. Fernando Espinoza pidió la vicepresidencia para la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, y la mitad de los representantes de las ramas juventud y gremial. El alcalde de Merlo, Gustavo Menéndez, le ofreció nuevamente ocupar la secretaria gremial. Al cierre de esta edición continuaban negociando.
“Llegamos a un acuerdo el jueves pasado y no tenemos mucho margen para modificar. Si cambiamos los lugares de arriba se pierde el equilibrio al que llegamos”, explicó a PáginaI12 un dirigente de la Primera sección electoral que desgranó la dificultad que se presentó a partir de lo que acordaron la mayoría de los intendentes de la Primera y la Tercera sección para presionar a Espinoza y su lista. La idea de mostrar un peronismo unido de cara a las elecciones generales del 2019 parece quedar en el recuerdo y la disputa interna se dirimirá en las urnas.
La reunión comenzó pasado el mediodía y se desarrolló en las oficinas del Congreso del diputado y presidente del PJ a nivel nacional, el sanjuanino José Luis Gioja. Además de Gioja allí estuvieron Menéndez y el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, que encabezan la lista Unidad y Renovación y según el acuerdo al que llegaron se intercambiarán los cargos cada dos años, y, por la lista Unidad Peronista, Espinoza, la intendenta de La Matanza Verónica Magario y su par de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Los del matancero pusieron sobre la mesa la solicitud de la vicepresidencia para Magario y la mitad de los representantes de las ramas gremial y juvenil. Los de Menéndez dejaron nuevamente la secretaría general a disposición de Espinoza y trascendió a último momento la posibilidad de que Espinoza fuera también el primer candidato a congresal por la Tercera Sección. Ninguno de los dos espacios políticos internos del peronismo bonaerense dio el brazo a torcer.
El dilema del justicialismo de la provincia de Buenos Aires quedó empantanado en superficie entre los votos del distrito de Espinoza –el de mayor caudal de afiliados a los que se suman municipios del interior– y la mayoría de los intendentes del Conurbano que armaron una lista con la idea de renovar la cúpula después de ocho años del ex intendente de La Matanza al frente. En el fondo la diferencia es política: los seguidores de Espinoza ven en la lista de Menéndez un “peronismo light, aggiornado” que se acercará más al macrismo de lo que hará oposición y por el otro ven a un presidente partidario que lideró las últimas tres derrotas electorales (2013, 2015, 2017) y una supuesta cerrazón política para negociar con el macrismo.
De continuar cerradas las posiciones de ambas listas, la cúpula del PJ bonaerense se dirimirá en las urnas el 17 de diciembre por primera vez en muchos años. Fortalecer el peronismo bonaerense era la idea central de una lista de unidad para llegar a las elecciones del 2019 con posibilidades de recuperar la gobernación y algunos distritos. Tenían tiempo hasta las doce de la noche.