El periodista y conductor de La Mañana Víctor Hugo Morales hizo un duro editorial por la 750 y cuestionó que el Gobierno ataque nuevamente al fútbol argentino, marcando un enorme contraste entre la alegría que se vivió anoche con la golpeada de la Selección contra Bolivia y su embestida con las SAD en contra de los clubes y sus socios. “En vez de la alegría por la selección; eligen la oscuridad del pacto con las SAD”, dijo sobre los privatizadores del fútbol.
El editorial de Víctor Hugo Morales
A veces el fútbol, o alguna de las otras artes, puede darnos esa felicidad que en la cosecha propia escasea. No nos va bien en muchos temas, pero de pronto la pelota va hacia Messi y el mundo cambia, es mejor.
Anoche, el artista extraordinario dio una clase abierta, como los profesores que a esa hora daban clases sentados en las veredas de Buenos Aires. Messi lo hizo en el espacio azulado de la noche de Buenos Aires, bajo las luces del estadio de River.
Los pibes no lo podían creer. Estaban viendo algo que dentro de ochenta años, cuando sean viejitos y caminen lento, será una postal que aún ven. Podrán decir en los boliches cibernéticos, en un bar de la luna, comiendo galletitas galácticas, que ellos, cuando eran niños, vieron la noche de Messi contra Bolivia.
El fútbol goza de una salud extraordinaria, y, sin embargo, se lo quieren robar. La mafia de Clarín hoy titula sobre el supuesto triunfo de Milei sobre Tapia, de las SAD sobre el pueblo.
Exalta a un loco suelto que se metió en un vestuario para agredir a un árbitro. Dice la tapa sobre Tapia, la portada de la mafia, que fue insólito suspenderlo, y que por eso Milei mandó a Barra al frente para actuar su clásico servilismo al sistema.
No conozco a Tapia, creo que nos dimos la mano una vez, a la pasada, pero Argentina es campeón del mundo y vive este presente gracias a Tapia. Fue Tapia quien mantuvo a Scaloni contra viento y marea, incluida la mafia de Clarín, que le pegaba en sus canales miserables y con la tinta venenosa de sus páginas enfermas.
Nada de lo que se vivió sabemos si pudo haber ocurrido sin Tapia, sin Scaloni, al que ahora la camorra elogia.
Parece mentira. El pueblo está feliz, y ellos quieren robarle también el fútbol. Y todo por sus malditos negocios. Solo a gente fea como Magnetto se le puede ocurrir que la tapa de hoy, después de lo de anoche, sea el golpe del gobierno a la Asociación de Fútbol en vez de la alegría por la selección; eligen la oscuridad del pacto con las SAD.