Dentro del catálogo de MCs argentinos se encuentran raperos de agua, que fluyen, se escurren y surfean; están los de aire, etéreos y poéticos; y también los de tierra. Alkoy es uno de ellos. De presencia dura, áspera, realista y con un fulgor ancestral, sobre el escenario parece una montaña. Y lo volverá a parecer este sábado, cuando dispute la final nacional de la Red Bull Batalla en Obras.
"A veces uno no sabe de dónde adquiere estos tintes en su manera de rapear. A mí me gusta el rap que está seguro de lo que dice y de por qué lo dice", concede el salteño de 27 años. "También me gusta la metáfora, la uso intercalada con lo que baja la tierra, el facto, la realidad. Disfruto del uso de la metáfora señalando algo real, creo que así adquiere mucha más fuerza."
Alkoy está en su Salta natal, trabajando en la producción de eventos de hip hop. "Realmente llevamos muchos años sin que haya una movida a nivel vamos a llamarlo 'de entretenimiento'. O sea, la oferta siempre tiene que ver con cultura, pero a nivel entretenimiento siento que las producciones locales estaban flojas en ciertos aspectos. Estoy intentando cambiar eso y ofrecer de manera más seguida un espectáculo de calidad a un precio accesible", comunica.
"Cuando empecé a rapear, acá en la ciudad la movida ya llevaba una década, o sea que hay mucha historia, pero se está intentando poner la vara al mismo nivel de las producciones nacionales -insiste-. Traer eventos de esa calidad, trabajar con lugares que dispongan de más herramientas para un buen espectáculo, como luces y pantallas." Además, prepara un disco debut que proyecta lanzar a fin de año, en el que predomina el drumless y que incluye samples específicos de su región.
Mientras tanto, una parte de su cerebro trabaja en segundo plano en la preparación de la final nacional de la Red Bull Batalla, que se va a disputar este sábado desde las 18 en Obras, Avenida del Libertador 7395. Alkoy accedió por haber sido semifinalista de la edición 2023, y va a ser uno de los dieciséis en busca de un cinturón que deje grabado su nombre en la historia de la disciplina y le permita viajar a la Internacional.
"La preparación lleva semanas, hasta meses. A estos niveles de competitividad, es muy amplio el abanico de dificultades con las que te podés encontrar", explica. "Red Bull es como el escalón más alto, en el cual necesitás un mayor preset mental. Trato de estar tranquilo, de distraerme haciendo otras cosas sin perder el hábito de escuchar rap, de escuchar música, de informarme, del cypher. Al ser una disciplina tan abstracta, no puedo cuantificar un entrenamiento o una preparación como lo podría hacer un atleta. Pero confío más en ciertos estados mentales que en otros."
- Participaste de tu primera nacional en 2018. ¿Cambió mucho el evento desde entonces?
- Sí, principalmente el público. Antes era muy fácil que viniera alguien de la elite de otros lugares, hiciera algo dentro de lo normal y que la gente comprara. Hoy creo que estamos muy contentos con nuestro producto nacional, la cantidad de estilos que surgieron en el under hicieron que evolucionaran la manera de rapear y también las cosas que le gustan al público. Hoy el público argentino escucha rap, entiende algunas cosas que, aunque se reconozca la dificultad, en otros países no te sirven para ganar una Nacional. Siento que somos el público de batallas más rapero.
- En los últimos años, la Nacional fue un escenario de disputa entre under y mainstream. ¿De qué lado te ubicás?
- Me encuentro en un punto muy confuso. Por un lado, siento que tengo más fácil acceso que otros competidores, pero el mensaje que doy y el modo en el que lo hago están direccionados cien por ciento para adelante. En este camino me hice de la filosofía de hacer las cosas que me gustan, que si tiene que volver algo va a volver, pero realmente nosotros rapeamos porque nos gusta la pirueta lirical, nos gusta el rap. Así que diría que estoy del lado del under; y todavía puedo disponer de ese argumento en caso de que me toque competir con alguien del mainstream. De todos modos, creo que esta edición da por cerrado el cambio generacional. Los participantes son todos de nombres asentados que no son el futuro sino el presente del freestyle argentino.
- ¿Cuál es tu mayor virtud como rapero?
- La capacidad de adaptación. Siendo alguien que va al acote crudo, me divierto mucho compitiendo con alguien al que le gustan las técnicas. Siento que puedo jugar en casi todos los estilos y a un nivel alto. Lo único que me complica un poco, y es lo que me jugó en contra el año pasado, son ciertos ritmos donde otras personas encajan con más naturalidad. Pero no significa que no pueda meterme a jugar ahí.
- Este año empezaste a hacer batallas escritas en Liga Bazooka, con dos participaciones que dieron que hablar. ¿Cuán diferente es el Alkoy de escritas en comparación al freestyler?
- Creo que comparten esencia, pero la escrita me da la posibilidad de enroscarme más en algunos juegos de palabras. No sé si todavía hay un método definido para competir en español. Los mexicanos usaron mucho esto de los dobles sentidos, pero siento que el español no está explorado totalmente en su plasticidad. Fue muy divertido encarar las batallas escritas desde ese lado: el juego de palabras que todavía no está dicho, incluir un calambur, dirigir al español hacia donde uno lo necesita. Tirarse a propósito al fallo y tratar de sacar de ahí algo positivo.
- Este año estuviste a una batalla de lograr el ascenso a FMS. ¿Por qué buscabas lograrlo?
- Por dos cosas. Principalmente, por algún tipo de sostén económico proveniente del freestyle, teniendo en cuenta los años que le dediqué. Por otro lado, para difundir lo que hago. Afortunadamente, esto de llegar a más personas llegó por el lado de Liga Bazooka. No volvería a intentarlo con el método planteado, no volvería a hacer un ascenso, es muy duro. Me tocó viajar y viajar, metía 3 o 4 meses seguidos de viaje para volver a mi casa dos semanas y salir de nuevo. Si hubiera otra manera de entrar, probablemente lo intentaría.
- En una de tus canciones, decís: "Vuelvo a escupir insatisfacción". ¿Pensás que ese es el motor último del rap?
- Totalmente. Un género como el rap nace de la incomodidad de estar en el lugar en el que estás. Algunos dicen que el rap no tiene política; para mí, si no la tiene, al menos está asentado en la base de ir contra el que te oprime, contra lo establecido. Es un instrumento muy lindo de nuestro género: la queja es lo que te moviliza, y eso tiene tintes revolucionarios.